lunes, 15 de septiembre de 2014
PERSPECTIVA GEOMÉTRICA Y COSMOVISIÓN DEL RENACIMIENTO, por Manuel Plana
Resulta cuanto menos curioso, dado el relieve cultural que la pintura siempre ha tenido (hasta la aparición de la fotografía), que hasta el llamado Renacimiento europeo no haya interesado aplicar la perspectiva para sus obras, siendo que ya conocían esta ciencia geométrica (subsidiaria de la óptica) los antiguos grecorromanos (ver de Euclides: Elementos y perspectiva. Vitruvio…) aunque no la utilizaran sino para corregir las aberraciones ópticas de los grandes monumentos. (1) Nunca hasta el Renacimiento se había empleado para ordenar la superficie del cuadro o el mural para dar más realismo a las escenas. En el periodo anterior, el gótico tardío, es cierto que la perspectiva, es decir, las tres dimensiones (el volumen, la profundidad y el claro oscuro) ya se insinúan bastante ostensiblemente (2), pero sin ningún interés “científico” ni un tratamiento geométrico sino más bien “naif”. Sin embargo, bastarían pocos años (3) para que la perspectiva asumiera un papel central en la pintura, tan estimada en el Renacimiento. Los tratados de Luca Paccioli, Alberti, Leonardo, Durero, sentarían las bases de una nueva visión del mundo, del hombre y del arte, una visión directamente antropocéntrica y no ya teocéntrica como en el Románico y el Gótico anteriores. Para ello era necesario “geometrizar” el espacio en relación a esa nueva visión. El universo “orgánico” anterior queda obsoleto quedando suplantado por otro geométrico y luego “mecánico”, la “Máquina del Universo”. El siglo XV inaugura un interés exhaustivo por la geometría proyectiva que aplicada a la óptica deviene “perspectiva natural”, la atención se centra en hallar las “razones geométricas de la visión”.
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