sábado, 21 de diciembre de 2013
ENTREVISTA SOBRE MEDICINA TRADICIONAL CHINA A MANUEL MORENO
MJM: Me licencié y posgradué en Medicina en la R. P China, cursé estudios de literatura médica clásica, y estoy llevando a cabo unas investigaciones sobre medicina en la época Han. Soy director de la Escuela Superior de Estudios Clásicos Chinos (ESECC) de BCN donde abordamos los textos y los manuscritos de la antigüedad desde una hermenéutica simbólica que permita al alumno (iniciado) vivenciar la medicina tal y cual se cultivó en la antigüedad.
DP: ¿Cómo ha evolucionado su práctica (Acupuntura, osteopatía, famacopea, masaje Tuina) desde el final de sus estudios y qué dirección ha tomado usted en la actualidad?
MJM: Se ha transformado a medida que he profundizado en los clásicos. Frente a la propuesta médica maoísta, el encaminarme hacia la comprensión de la literatura médica clásica, o incluso de la medicina popular, me ha abierto perspectivas en todos los sentidos, personales y terapéuticas.
DP: ¿Qué propuesta hace ud. en los cursos que imparte?
MJM: Me he puesto como objetivo general promover la enseñanza y la investigación en el campo de los Estudios Clásicos Chinos, y en lo particular redescubrir e impartir la medicina clásica. Es una iniciativa pionera en España, puesto que nos proponemos ofrecer una formación continua basándonos en los conocimientos, la operatividad y la sabiduría que nos ofrece la literatura médica. Todo ello, con la intención de subsanar las lagunas que puedan tener aquellos estudiantes y profesores que estudian y practican la MTC.
DP: ¿Dista realmente de lo que se enseña hoy en día desde la MTC?
MJM: La MTC reduce los conocimientos ancestrales de la medicina china al uso exclusivo de la razón, utilizando criterios y protocolos modernos que en realidad distan de la comprensión que en la antigua china se tenía del cuerpo, la salud y del ser humano.
DP: ¿Medicina Clásica y MTC no tratan acaso lo mismo?
MJM: En cierta medida sí. Pero creo que una está más acotada a los criterios de la ciencia moderna. La MTC trata enfermedades o síndromes, mientras que los clásicos proponen una vía de conocimiento de ‘lo humano’. Y ‘lo humano’ lo abraza todo, todo lo que nos hace ser quienes somos y quienes no somos, funcionar como funcionamos, y enfermar por lo que enfermamos en mente, corazón y cuerpo.
DP: ¿Qué supone para usted este proyecto?
MJM: Para mí, esta propuesta se revela como una vía de reconocimiento en la unidad. Es un camino de perfeccionamiento y refinamiento, un regreso a la simplicidad.Como terapeutas, a menudo pretendemos tratar a otros cuando en realidad carecemos de un conocimiento de nuestra propia realidad, no nos conocemos a nosotros mismos…
DP: Cierto...
MJM: cultivo de la persona desde la conciencia es una cuestión fundamental en toda la literatura clásica, y por supuesto presente en el Huangdi neijing. En épocas de mayor o menor turbulencia política y social, muchos pensadores se han cuestionado el origen en esencia del ser humano, como una búsqueda de las causas internas que preceden a los desequilibrios en el mundo manifiesto. Conocernos a nosotros es conocer nuestra naturaleza esencial, así Mencio dice:
盡其心者,知其性也。知其性,則知天矣。存其心,養其性,所以事天也。殀壽不貳,修身以俟之,所以立命也。」
Aquél que se emplea con todas sus fuerzas en mente y corazón [en el cultivo de su propio ser], conoce su naturaleza. Conociendo su naturaleza reconoce aquello que le es connatural. Preservando su mente y su corazón, y criando su naturaleza, puede servir lo connatural. Cuando ni la muerte prematura ni la larga vida generan [en su mente] la duplicidad de la duda, se detiene en enmendar su carácter personal, y de esta manera se dispone ante la vida.
El Lingshu 29 propone ‘poner orden en los demás [el otro o los otros] y poner orden en uno mismozhi bi yu zhi ci 治彼與治此, no estamos desligados de aquellas personas que vienen a vernos, o de aquellas personas que aparecen en nuestra vida y nos ayudan a desvelar quienes somos. Todas ellas forman parte de nuestro aprendizaje, y la medicina clásica además de indagar sobre la dinámica del cuerpo y del ser humano, nos ayuda a reconocernos a través de los demás: el Suwen 5 habla de ‘conocer a los demás a través de [conocerse a] sí mismo’ yi wo zhi bi 以我知彼.
DP: ¿Es esta una batalla significativa en la búsqueda del equilibrio y la salud?
MJM: í es. El arte de la guerra de Sunzi aclara que ‘quien conozca a su adversario [al otro] y se conozca a sí mismo, librará cientos de batallas sin ponerse en peligro, quien no conozca a su adversario y se conozca a sí mismo, ganará una y a la siguiente caerá derrotado; y quien no conozca a su adversario ni se conozca tampoco a sí mismo, será inevitablemente vencido en cada batalla que libre’. 知彼知己,百戰不殆;不知彼而知己,一勝一負;不知彼,不知己,每戰必敗。Este enemigo que vemos fuera también lo llevamos dentro, dentro y fuera son la extensión de una misma realidad.
DP: ¿Cómo podemos lograrlo?
MJM: conciencia y observándonos. Nos observamos en cada situación de la vida, como sujetos y objetos. Esto es emprender el camino hacia uno mismo. Mientras más límpido esté el prisma con el que dejemos manifestarse la realidad, y menos intervengan los juicios del ego o los automatismos de nuestras propias imposturas, más se nos revela el sentido profundo de las cosas.
Conocernos ‘nous connaître’ en francés, es volver a nacer ‘re.naître’ en uno mismo, y renacer en uno mismo es vivir en el Dao. El Huainanzi habla de esta vía de conocimiento: ‘[tener la vista] lúcida, no consiste en ponerse a mirar a los demás, sino solo en mirarse a uno mismo; [tener el oído] agudo no consiste en ponerse a escuchar a los demás, sino solo a escucharse a uno mismo, ser inteligente no consiste en conocer [mejor] a los demás, sino solo en reconocerse a uno mismo. Por ello, ser persona es encomendarse a la vía, logrando [realizar]se, se realiza la vía.’
所謂明者,非謂其見彼也,自見而已;所謂聰者,非謂聞彼也,自聞而已;所謂達者,非謂知彼也,自知而已。是故身者,道之所托,身得則道得矣。齊俗訓
DP: ¿Cree ud. que esta vía es más genuina o verdadera que otra?
MJM: No lo es. Si le venden que la medicina clásica es la ‘única medicina verdadera’ es puro márquetin. La verdad en el saber no existe, el saber nunca puede acercarse a la verdad, al menos desde la perspectiva iniciática de la antigüedad. Nosotros escogemos aquello que queremos que sea verdad, y revestimos nuestra realidad de los elementos y hechos que confirmen la verdad que nos hemos creado. La medicina clásica es una vía, una vía para reconocer aquello que está más allá y más acá de todas las verdades, para reconocernos en nuestra propia creación a través de nuestros actos. De ese modo, lo que hacemos nos hace únicos, únicos en la unicidad, no especiales en la diversidad. Hay caminos más o menos directos, más o menos largos y tortuosos, más o menos confusos, pero todos ellos son caminos.
DP: Por lo que entiendo, es una búsqueda de uno mismo…
MJM: La ciencia confirma hechos que el humano crea. Por eso cuando en español decimos ‘a ciencia cierta’, en realidad no existe tal cosa, es un oxímoron. Nosotros hacemos mejor o peor a la ciencia, no al revés. Vivir desde el empirismo científico es supeditarse a ser esclavos de las circunstancias. Es vivir desde el paradigma de la víctima, de aquél que tiene que ser salvado, de aquel que espera del mundo que le rodea aquello que pondrá fin a su ignorancia. Aquí otra vez nos deslizamos en nuestras propias ciénagas al creer que la economía, la política, la ciencia o la religión nos salvarán de nuestras propias desdichas.
DP: En fin, Vaclav Havel dijo un día: “La salvaguardia de nuestro mundo humano no está en otra parte más que en el corazón humano, el pensamiento humano, la responsabilidad humana” ¿Podría comentarnos esta alegación?
MJM: No hay más mundo que el mundo despierto a la luz de la conciencia. Desde el punto de vista de la literatura y la medicina clásica, todo pasa y se amplifica desde el corazón: pensamientos, emociones y la potestad que tomamos sobre nuestros actos están guiados por el corazón y el espíritu. Una de las primeras citas de la literatura médica no deja lugar a duda en este sentido, ‘en el espacio [que ocupa] la punción con una lanceta de piedra, …, el espíritu subsiste en el límite del corazón y de la mano’ 針石之間…神存於心手之際.
Si no existe una conciencia despierta, un espíritu lúcido, ni un corazón afable, ¿cómo podemos salvaguardar este mundo?
DP: Le agradezco calurosamente su recibimiento, la riqueza de sus respuestas y su tiempo dedicado.