sábado, 30 de octubre de 2010
SOBRE LA PROSTERNACIÓN RITUAL (el Suÿud), por Manuel Plana
En tanto gesto ritual (el Mudra hindú), la prosternación es algo que de una u otra manera encontramos presente en todas las formas tradicionales con un mismo sentido de sumisión con respecto al Principio. En el antiguo Testamento abundan ejemplos de prosternación ante la Presencia Divina (Sakina) y en el Islam sabido es que forma parte importante de la oración canónica (el suÿûd; mezquita -de masÿid- significa precisamente “lugar de la prosternación”). De hecho, Islam y muslim tienen por igual el sentido de sumisión a Dios, de lo cual esta postura es un símbolo perfectamente explícito. "Y ante Allah se postran voluntariamente o contra su voluntad, cuantos están en los cielos y en la tierra, y también sus sombras las mañanas y las tardes". (Corán XIII, 15. Ver también: C. VII, 206. XVI, 49-50. XVII, 107-109. XIX, 58. XXII, 18. XXII, 77. XXV, 60. XXVII; 25-26. XXXII; 15. XLI, 37-38. LIII, 62. XCVI, 19.) En efecto, la total dependencia del ser particular con respecto al Ser universal no encuentra mejor representación gestual que esta. También la genuflexión es señal de lo mismo en otras tradiciones, pero de una manera menos completa (1), al menos si se considera que la prosternación implica todo el cuerpo en posición horizontal, mientras aquella sólo incumbe a las piernas quedando el tronco erguido.
jueves, 28 de octubre de 2010
RECENSIÓN DEL LIBRO "EL SECRETO DE MUHAMMAD", de A. Aya, ed. Kairós, 2006, por 'Abdel Hakim.
Esta es una obra insólita en el panorama de las biografías existentes en torno al Profeta del Islam. El mismo autor pretende entrar directamente en la inmediatez y cotidianeidad de Muhammad, para analizar sus vivencias más íntimas. Todo ello, eso sí, absolutamente documentado, recopilando gran cantidad de hadices (de fiabilidad reconocida en el mundo musulmán) sobre lo más inhóspito.
Dicha investigación pretende superar las dos variantes y deformaciones que se han dado en torno a la figura del Profeta: por un lado, el cúmulo de siglos que lleva Occidente, y heredado por el arabismo en sus inicios, de descripciones tendenciosas y malintencionadas que abocaban a Muhammad a ser o bien un loco o bien un farsante; y por otro lado, la misma comunidad musulmana que, cayendo en un costumbrismo más que en un auténtico tradicionalismo, han mitificado no pocos aspectos de su vida, creando una especie de entelequia, resaltando unos hadices y olvidando otros.
miércoles, 27 de octubre de 2010
EL ISLAM HOY: ENTRE EL DESCONOCIMIENTO Y LA TERGIVERSACIÓN, por Sergio Trallero Moreno
La realidad presente exige cada vez con mayor pericia desenmascarar ciertas tendencias y prejuicios que enturbian día a día nuestra mentalidad. En especial debido al sensacionalismo e inmediatez de los medios de comunicación, que como relámpagos modulan hipnóticamente la opinión de las masas. Una gran víctima de esta falta de criterio, desconocimiento y uso abusivo del lenguaje fruto de la rapidez informativa ha sido el Islam, ayudada a su vez por la ya dispar y conflictiva situación interna.
Definir qué es y qué no es el Islam resulta imperativo en unos tiempos en que se extiende una conciencia generalizada de la problemática y dialéctica entre Oriente y Occidente. Cualquier persona con una cultura media reconoce la valía y esplendor de aquella civilización islámica de antaño que tanto aportó a Occidente, ya sea con la arquitectura, la filosofía, la medicina, el arte ornamental, la astronomía o la matemática. De hecho constituyó la puerta por la que entró la ciencia griega tantos siglos olvidada: ciudades como Damasco, Bagdad o Córdoba sirvieron como puente donde los sabios musulmanes estudiaban y traducían al árabe tanto obras persas y de la India como diversos trabajos clásicos, desde Aristóteles a Euclides. Sin ir más lejos no se puede minimizar la importante labor integradora que representó la Escuela de traductores de Toledo que vertería al latín progresivamente todo este legado alejandrí y posibilitaría tanto la Escolástica medieval como el futuro Renacimiento.
Definir qué es y qué no es el Islam resulta imperativo en unos tiempos en que se extiende una conciencia generalizada de la problemática y dialéctica entre Oriente y Occidente. Cualquier persona con una cultura media reconoce la valía y esplendor de aquella civilización islámica de antaño que tanto aportó a Occidente, ya sea con la arquitectura, la filosofía, la medicina, el arte ornamental, la astronomía o la matemática. De hecho constituyó la puerta por la que entró la ciencia griega tantos siglos olvidada: ciudades como Damasco, Bagdad o Córdoba sirvieron como puente donde los sabios musulmanes estudiaban y traducían al árabe tanto obras persas y de la India como diversos trabajos clásicos, desde Aristóteles a Euclides. Sin ir más lejos no se puede minimizar la importante labor integradora que representó la Escuela de traductores de Toledo que vertería al latín progresivamente todo este legado alejandrí y posibilitaría tanto la Escolástica medieval como el futuro Renacimiento.
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