Mundo Tradicional es una publicación dedicada al estudio de la espiritualidad de Oriente y de Occidente, especialmente de algunas de sus formas tradicionales, destacando la importancia de su mensaje y su plena actualidad a la hora de orientarse cabalmente dentro del confuso ámbito de las corrientes y modas del pensamiento moderno, tan extrañas al verdadero espíritu humano.

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viernes, 7 de diciembre de 2018

CRISTIANISMO Y MASONERÍA. INICIACIÓN CRISTIANA FRENTE A MASONERÍA MODERNA, por Ferrán Iniesta

El mundo masónico esta lejos de ser un bloque uniforme y monolítico. A parte de diferentes rituales, grados y tendencias, también tiene diferentes linajes, muchos de los cuales poco o nada tienen que ver con los antiguos constructores de catedrales. Desde su reforma andersoniana (1723), la masonería moderna, llamada “especulativa”, ha edificado un llamativo aparato administrativo por encima de cimientos cada vez más profundos y lejanos, en detrimento, a veces, de una operatividad real sofocada por un discurso tributario del pensamiento profano-moderno, bien poco simbólico y espiritual.
Presentamos un estudio muy bien documentado del profesor de historia Ferrán Iniesta sobre el Rito Escocés Rectificado (RER), interesante desde muchos aspectos que igualmente enfoca, aunque nos cueste convencernos algunas de sus conclusiones finales, bastante audaces a nuestro parecer, como dar por sentada una superioridad iniciática de este rito con respecto a los demás, y sobre el de ser el legítimo depositario de lo que otrora fuera el verdadero esoterismo cristiano.

La redacción


* Enlace al documento pdf:  Cristianismo y Masonería.

viernes, 13 de octubre de 2017

NOTA: ¿EXISTE “UNA” TRADICIÓN OCCIDENTAL Y “UNA” TRADICIÓN ORIENTAL?

Dada la presencia de grupos –sobretodo por internet- que declarándose incondicionales de René Guénon se reclaman igualmente herederos directos de “una”  o de “la” tradición occidental, con el cristianismo de base, entendiendo por esta tradición la Hermética, la Rosacruz, la Cábala (cristiana), el neoplatonismo renacentista y alguna otra más (disciplinas como Tarot, Astrología, Alquimia…), en tanto surgida de la Tradición Primordial pero presentando al mismo tiempo su oferta o programa “espiritual” formado por un batiburrillo de nociones simbólicas de diferentes tradiciones, incluidas también algunas orientales, citaremos al respecto lo que el propio René Guénon opina  del asunto, extraído de su artículo: Les contrefaçons de l’idée traditionnelle, (publicado en los números de noviembre y diciembre de 1936 de la revista Études Traditionelles, formando parte de varias recopilaciones posteriores):

“…es por el procedimiento “sincrético” del que acabamos de hablar, que se ha visto constituir una pretendida “tradición oriental”, la de los teosofístas, no teniendo de oriental más que una terminología mal comprendida y mal aplicada; y como este mundo –el de los “grupos esotéricos”- está siempre “dividido contra él mismo”, siguiendo la palabra evangélica, los ocultistas franceses, por espíritu de oposición y de “concurrencia”, edificaron a su vez una supuesta “tradición occidental” de mismo género de la que muchos elementos, especialmente aquellos que sacaron de la Kabala, pueden difícilmente llamarse occidentales en cuanto a su origen, sino en cuanto a la manera especial de cómo ellos lo interpretan. Los primeros presentan su “tradición” como expresión misma de la “sabiduría antigua”; los segundos, quizá un poco más modestos en sus pretensiones, buscaron sobretodo hacer pasar su “sincretismo” por una “síntesis”, pues hay pocos que hayan abusado tanto de esta última palabra. Si los primeros se mostraban así tan ambiciosos, es quizá porque de hecho, había en el origen de su “movimiento” influencias bastante enigmáticas y de las que ellos mismos habrían sido bien incapaces de determinar la verdadera naturaleza. Por lo que respecta a los segundos, no sabían más que demasiado bien que detrás de ellos no había nada, que su obra no era más que la de algunas individualidades reducidas a sus propios medios, y si llegó a darse que “alguna cosa” diferente se introdujo allí también, no fue ciertamente más que mucho más tarde. No sería muy difícil hacer a estos dos casos, considerados bajo esta relación, la aplicación de lo que hemos dicho hace un momento, pudiendo dejar a cada cual el cuidado de sacar por él mismo las consecuencias que le parecerán derivarse lógicamente.

jueves, 16 de febrero de 2017

EL CENTRO, PREMISAS PARA UNA POSIBLE VIVENCIA ... por Sergey Kitaev Kitaev

Dice el ritual, que los secretos verdaderos del M :. M :. que se han perdido, se encontrarán en el Centro, porque es donde el M :. M :. no puede equivocarse. La interpretación de este postulado casi clásica es que estar en el Centro es estar con el Principio, o, según algunos, con Dios. Lo cierto es que esta interpretación no deja de ser una abstracción, al menos para mí. ¿Cuándo estoy con Dios? ¿Cuándo dejo de estar? ¿Por qué? En este trabajo no pretendo describir la experiencia del Centro que podemos tener en la vida ordinaria, pero pienso que para llegar a tenerla deben cumplirse ciertas premisas, surgir y realizarse ciertos procesos interiores. Posiblemente no diré nada nuevo, pero he aquí un intento de interpretación de este símbolo casi psicológica, inspirada en mi experiencia y trabajos de otros hermanos.

La figura del Centro, aunque en el REAA pertenece al Grado de Maestro, la encontramos desde el Grado de Aprendiz. La manera de movernos en el Templo indirectamente denota la existencia del Centro. ¿Qué tenemos, pues, en el Centro de la Logia? Los tres pilares, que, como dice el ritual, "sostienen la Logia", y el Cuadro de Logia, - que es, podríamos decir, la misma Logia en miniatura. Es decir, en realidad, en el Centro lo tenemos todo, al menos en miniatura y potencia, y el catecismo, dándonos las medidas casi cósmicas de la Logia y diciéndonos que es "Universal", de alguna manera lo confirma. Si partimos de la premisa de que la Logia es una especie de plano de nuestro mundo interior, entendemos que Todo está dentro de nosotros, y ese Todo descansa sobre los tres pilares y tiene unas dimensiones extraordinarias. También podemos ir un poco más allá y suponer, que los pilares son nuestras cualidades interiores básicas, y llegar y permanecer en el Centro es devenir, ser la fuente de estas cualidades, las cuales podríamos denominar Intelecto/Intuición/Sabiduría (son las que conciben), Voluntad/ Energía/Fuerza (estas ejecutan), y Amor/ Compasión/Belleza (y estas adornan). De hecho, para mí no son tres cosas diferentes, sino tres aspectos de una misma cosa, que es la Conciencia activa manifiesta. Y es que es fácil de comprobar: donde se efectúa un acto verdaderamente consciente, necesariamente encontramos;una medida, una planificación y posterior supervisión del mismo acto (Sabiduría), voluntad de permanecer con atención consciente ejecutándolo (Fuerza), y una clara tendencia de hacer el Bien, ya que un acto verdaderamente consciente nunca supone un mal (Belleza). Hasta aquí bien, pero el ritual nos dice, que para permanecer en el Centro, debemos ser Maestros, en otras palabras, hemos de haber pasado por una determinada experiencia interior. Veamos por cual.

domingo, 1 de enero de 2017

¿NECESIDAD O NO DE LA PRÁCTICA EXOTERICA?, por H:. Graal

Siendo un tema bastante recurrente, hace algún tiempo hubo cierta polémica entre algunos “guenonianos” al pronunciarse sobre la necesidad o no de la práctica de un exoterismo por parte de los iniciados en alguna forma de esoterismo. Tomando como referencia el capítulo siete: Necesidad del exoterismo, del libro Iniciación y realización espiritual, Guénon insiste en que lo más normal y recomendable para un iniciado es la práctica de ambos aspectos de la misma tradición.  Sin embargo, unos lo suscriben pero otros lo rebaten después de hacer verdaderas filigranas con el texto para llevar el agua a su molino. A parte de afirmarlo claramente, Guénon da buenos argumentos para apoyarlo. Pero los que no están de acuerdo afirman que, a un masón, por ejemplo, le basta su programa iniciático para cumplir espiritualmente, sin necesidad de practicar ningún exoterismo  (eso dicho, precisamente, por quién toma a Guénon como “su guía intelectual”). 
Para ser exactos, Guénon toca el tema considerando exclusivamente a los iniciados que pertenecen a tradiciones religiosas, sean musulmanas y/o sobre todo para el caso de los masones cristianos. (1) Y es lógico, ya que en las formas tradicionales que no tienen ese doble programa, es decir, que son exclusivamente iniciáticas-esotéricas, el dilema no se presenta. 

jueves, 17 de noviembre de 2016

CERRADURAS EN FORMA DE CORAZÓN, por H:. Graal

La forma de corazón que presentan muchas cerraduras que decoran las puertas de los templos e iglesias antiguos, y también de muchas viviendas civiles de la época, es un modelo ya presente en la Edad Media (seguramente muy anterior) pero que prolifera especialmente a partir del siglo XVII al XIX, impulsado sin duda por el culto cristiano del Sagrado Corazón de Jesús (1).  Este modelo puede variar; se presenta bien sólo, flamígero, irradiante o con diferentes emblemas añadidos, como una corona en la parte superior, una cruz, etc... Es muy interesante encontrar en una sola pieza diferentes símbolos ligados por una misma analogía: la puerta y el pasaje, el corazón y el centro, el cerrojo y las llaves, amén de otras decoraciones añadidas.  En todo caso es bien conocida la importancia que tienen todos esos elementos dentro del simbolismo sagrado de la mayoría de tradiciones, que aquí se reúnen para formar una especie de síntesis o compendio del proceso iniciático mismo. 

No nos extenderemos sobre el simbolismo de la puerta, solo recordar que el Verbo en el cristianismo, el Logos platónico, es el arquetipo espiritual de la puerta, por la que se accede al Reino de los Cielos y al Padre. Y dado que este Reino "está dentro de nosotros", su aplicación microcósmica coincide igualmente con el corazón, centro del ser y sede vital del organismo, el cual es también aquí la cerradura de una puerta.  En el caso del templo, esta puerta comunica un espacio sagrado con otro ordinario;  en el caso del microcosmos, es el centro del estado humano el que comunica con el Corazón del Cielo, así llamado en muchas tradiciones distintas al Sol como representante sensible del Principio divino, pues, efectivamente, por su papel vivificador y central su función natural es análoga a la del corazón en el organismo.   Es por el centro del estado humano, por el corazón, que el ser comunica con el Eje del Mundo, es decir, con otros estados superiores del Sí mismo y la realidad universal, totalmente inaprensibles fuera de ese centro.

miércoles, 3 de febrero de 2016

LA VULGARIZACIÓN DEL SECRETO, por Arjuna

Al concluir la lucha que Jacob mantuvo con el ángel de Dios, durante toda la noche, Éste le dijo: - ¡A partir de ahora, ya no te llamarás Jacob, sino Israel! que significa: el que lucha con Él. Este hecho hizo que los descendientes de Jacob, en lugar de llamarse Jacobitas, se llamaran Israelitas; y que el pueblo que constituían, en lugar de llamarse Pueblo de Jacob, se llamara “Pueblo de Israel”. Esto incita a pensar a simple vista -o, lo que es lo mismo: de forma exotérica-, que el Pueblo de Israel, lo constituyen todos los descendientes biológicos de Jacob, el tercer Patriarca que, junto con su abuelo Abraham y su padre Isaac, constituyeron la trilogía conocida como los tres Patriarcas, de los que nacieron las Tradiciones Sagradas Judaísmo y Cristianismo (Recordemos que en el Islam, el único que intervino fue Abraham).

Pero todo iniciado, al profundizar en los Misterios, percibe que “Israel” no es un nombre designado por el hombre, sino que es uno de los pocos nombres designados por Dios, como lo fue el de Adán, el de Jesús en la Anunciación a María y el del Apóstol de la fe, a quien Jesús cambió el su nombre de Simón por el de Cefás o Pedro, que significa Piedra. Y cuando es Dios quien lo designa, el iniciado sabe que es ese nombre, el que permanece durante el tiempo. Por ello, sabe también que el Pueblo de Israel, no lo forman los descendientes biológicos de Jacob, sino todo aquel que durante su vida, después de cruzar el río del Segundo Nacimiento, mantiene su lucha interna con Dios. Y ése es el auténtico iniciado, pues la filiación biológica está limitada a eso: la Biología, mientras que la filiación espiritual, es la que constituye la auténtica Tradición Sagrada, por donde el espíritu viaja de generación en generación. Es israelita, todo aquel que lucha con ese Dios, que todos llevamos dentro.

viernes, 15 de mayo de 2015

SOBRE ALGUNOS RITOS MASÓNICOS SUPLEMENTARIOS, por H:. Graal

Dentro de la regularidad masónica existen algunas prácticas iniciáticas compatibles con su ritual que algunas logias incluyen en sus trabajos. La ausencia de actividad ritual regulada entre la apertura y la clausura de los trabajos ha dado pie a ello si lo que se pretende es salir del protocolo normal de tipo administrativo más que iniciático. Las prácticas pueden ser variadas siempre que se atengan al grado y a las características de la Orden; los sincretismos, aquí como en cualquier otro contexto iniciático, son funestos para la coherencia y unidad de la vía tradicional en juego y, desde luego, para la salud espiritual del iniciado. La invocación de ciertos nombres sagrados, por ejemplo, siempre ha revestido polémica al tener que elegir. Se sabe que El-Shadai (el Omnipotente) era una fórmula de invocación y evocación ritual entre los antiguos operativos, lo cual ha quedado fijado en algunos grados del R.E.A.A. No obstante, su invocación ritual en las logias actuales presenta algunas dudas a parte de ser muy incierta.
De hecho, si tuviéramos que atenernos a los libros sagrados, es decir, a las tradiciones que la Masonería acepta como compatibles (los que figuran y pueden figurar encima del Altar de los Juramentos), algunos de los nombres sagrados que aparecen en ellos podrían invocarse ritualmente en logia y como parte de la labor iniciática, sólo que cabría afinar muy bien las características simbólicas de cada uno con respecto al grado y a la función, cosa que exigiría una sólida formación simbólica de ambas tradiciones por parte del cuadro de oficiales. Pero aunque así fuera, al tratarse de ámbitos iniciáticos, para invocar un nombre sagrado hebreo, islámico o hindú, por ejemplo, no lo podría decidir el sólo criterio del taller sino el permiso y la transmisión de un representante autorizado de la tradición concertada. 

martes, 7 de enero de 2014

LA INFLUENCIA CABALÍSTICA EN LA ELABORACIÓN DEL GRADO DE MAESTRO EN LA FRANCMASONERÍA, por Henrik Bogdan

El propósito de este artículo es aportar una nueva visión de las teorías de Arthur Edward Waite (1857-1942), erudito en francmasonería, que defendió la idea de una influencia de la cábala sobre el grado de maestro en francmasonería. Según Waite, la búsqueda masónica de la palabra perdida del Maestro presenta una intrigante similitud con las especulaciones cabalísticas sobre la pérdida de la correcta designación del nombre de Dios, el Tetragramaton (YHVH). Después de una breve descripción de la elaboración de los grados fundamentales, abordaré la leyenda de Hiram para compararla luego a la búsqueda cabalística de la verdadera pronunciación del Nombre de Dios. Finalmente, nos referiremos al estado actual de la investigación para evaluar la aportación de la teoría de Waite.

Los “Craft Degrees” o grados fundamentales

Los grados masónicos fundamentales tal como los conocemos actualmente son el resultado de un proceso largo y progresivo. Tenemos poca información sobre la evolución de los rituales operativos de admisión y sobre su transformación en rituales de iniciación en la masonería especulativa, pero el poco que sabemos muestra claramente que los rituales especulativos deben en gran parte su forma y su contenido a los rituales operativos que les precedieron. Como hemos dicho se trata de un proceso gradual, un proceso en el que el período más productivo se sitúa probablemente en el siglo XVII y en las tres primeras décadas del XVIII. Antes de 1730, los rituales fundamentales consistían únicamente en dos grados, “Aprendiz” y “Compañero o Maestro Masón”. Luego, en 1730, el grado de Aprendiz se dividió en dos, “Aprendiz” y “Compañero”, insertando un nuevo grado entre los otros dos. El segundo grado se convirtió en el tercero con el nombre de “Maestro masón” (1). Lo que completó la elaboración de los grados fundamentales es la publicación en 1730 de la Masonry Dissected de Samuel Prichard, que remató la elaboración de los grados fundamentales con la aparición de los tres grados tal como los conocemos actualmente: Aprendiz, Compañero y Maestro masón.


jueves, 5 de diciembre de 2013

EL DR. ANDERSON, UN HERMANO DESCONOCIDO (y II), por Sergey Kitaev

Este es el único retrato contemporáneo de Anderson (aunque tampoco podemos estar seguros de que sea él). El grabado es de William Hogarth y se llama “Los misterios de la masonería sacados a la luz por Gormogones” (circa 1724). Anderson, supuestamente, camina con la cabeza metida entre los peldaños de la escalera, lo cual probablemente sea una alusión a las pruebas iniciáticas. Otros posibles personajes en el cuadro: la figura en la armadura probablemente sea Philip, Duque de Wharton, y la otra, la figura montada en el asno, suponemos que es Desaguiliers.


Tras finalizar el breve repaso de los datos biográficos de Anderson, ahora intentaremos aclarar algunos puntos de su biografía masónica que, por ser poco claros, generan rumores de todo tipo, muchos de los cuales carecen de fundamento alguno. Debido a la gran falta de datos históricos, la fecha exacta de iniciación de Anderson y por tanto, su legitimidad como masón y como autor de las Constituciones masónicas, es un punto que suscita muchas dudas. Existen varias opiniones sobre el año de adhesión de Anderson a la Gran Logia de Londres, aunque, en todo caso, el margen del error es de dos o tres años. 
Gracias a fuentes externas sabemos que en uno de los panfletos que denunciaban el sermón sobre Carlos I de Anderson, éste fue calificado como “un Hermano fraudulento”, “maestro del fraude” o “Maestro de Oficio” (Craft Master, aquí Craft también significa “tramar”, “engañar”, “confabular”). Esta prueba de que Anderson podría haber sido masón antes de pertenecer a la Gran Logia aparece en 1715, aunque en cierta manera no es más que una prueba circunstancial.
Según A. E. Waite, “algo después de 1717” (otras fuentes hablan de 1721) Anderson se afilió a la logia Old Horn num. 4 (9). Sin embargo, en los registros de las Constituciones de 1723 Anderson figura como Maestro de la Logia núm. 17. Dos años más tarde aparece “Jaques Anderson Maître [de] Arts” como miembro de la French Lodge (Solomon’s Head, Hemmings Road), el Venerable Maestro de la cual era el mismo Desaguiliers. En los años 1730, ya reconocido como Gran Vigilante de la nueva institución, Anderson asistió a las reuniones de la Gran Logia. Con todo esto, no sabemos la fecha de la iniciación de Anderson, ni tampoco nos ha sido posible averiguar si ésta ocurrió en Escocia o Inglaterra.

domingo, 20 de octubre de 2013

EL DR. ANDERSON, UN HERMANO DESCONOCIDO (I), por Sergey Kitaev


Frontispicio de la primera edición de las Constituciones (grabado por John Pine, 1723). Posiblemente, es la primera imagen que pertenece a la masonería “andersoniana”. En el cuadro: John de Montagu, 2º Duque de Montagu, entrega el rollo de las Constituciones y compases a Philip, Duque de Wharton. El Dr. John Desaguiliers es el último a la derecha.

Todos hemos oído hablar del
Dr. Anderson, autor de las dos primeras redacciones de las Constituciones de la Gran Logia de Inglaterra (1723 y 1738). Estos dos documentos marcaron un hito en la historia de las escuelas iniciáticas de Occidente, ya que formalizan y establecen por primera vez el marco regulador de lo que hoy día entendemos como la Masonería “moderna” o “especulativa” (1). 

Sin embargo, sospechamos que aunque muchos hermanos conocen a este hombre por los frutos de su trabajo como autor de las Constituciones, es posible que ignoren su trayectoria y su implicación personal en la creación de la Masonería a la que todos pertenecemos. Habrá otros que, a falta de datos, tienen una perspectiva un tanto distorsionada de su aportación masónica. Es más, muchos de los hermanos de corte “tradicionalista” tienden a “diabolizar” en extremo la figura de Anderson, achacándole todo tipo de posibles manipulaciones y profanaciones de la supuesta “masonería pura”, anterior al periodo que solemos denominar “especulativo”. Y si algunos masones hasta trabajan con la obra del H. Anderson en sus aras, otros lamentan la intervención epistolar y creativa de este hermano, calificándolo de historiador pésimo y bárbaro innovador, sobre todo por sus reformas de la Orden, reformas con tintes modernistas entre otras cosas. 

En el presente trabajo pretendemos repasar los datos biográficos de este hermano que nos son conocidos, una tarea bastante humilde a primera vista. Pero esperamos que esta incursión casi únicamente histórica no sólo nos permita ver de manera más clara al propio personaje, sino que también nos brinde la posibilidad de reevaluar su aportación a la Masonería Universal. A lo largo de este artículo también intentaremos aclarar algunos de los puntos más controvertidos acerca de los clichés que circulan de boca en boca por el mundo masónico.

sábado, 17 de agosto de 2013

LA POSIBLE SACRALIDAD DE CIERTOS TEXTOS TRADICIONALES: LA “ILIADA”, por Arjuna

Los poemas épicos han constituido siempre un denominador común dentro de las diversas civilizaciones, y todos han sido objeto de una tradición más o menos amplia, que los ha ido rememorando hasta su dilución en el tiempo. Un ejemplo de tradición favorecida en este aspecto, ha sido la griega, pues algunos de sus poemas ya llevan más de treinta siglos sin pasar al olvido, “Iliada” y “Odisea” son un ejemplo de ello, y sobre el primero es sobre el que queremos tratar concretamente en este trabajo.  Así de pronto, sabemos que su autoría le es atribuida a Homero, de quien, en una biografía de urgencia, podríamos decir que se trataba de un aedas ciego, considerado como un poeta errante que utilizó para la composición de sus magnas obras, “Iliada” y “Odisea”, antiguas tradiciones y cantos de otros aedas. Se supone que debió vivir entre los siglos XII y VII a. de J.C., y cuyo nacimiento se le atribuye en Esmirna o en Chíos, aunque han aparecido otras muchas ciudades que pretenden haber sido su cuna. 

Su nombre, en realidad, no era Homero, pues Homero quiere decir “que no ve”, es decir, “ciego”; por lo que, según ciertos historiadores, pudo ser Meónidas, Melesígeno o, más bien, Melesígenes, es decir nacido el día de “las Melesias”, fiestas celebradas en Esmirna en honor a su río, el “Meles”. Pero la posteridad lo ha conocido por su apodo, a causa de haber perdido la vista a mediados de su vida, lo que le incitó más a dedicarse a la escritura de sus obras.  No han faltado quienes nieguen la existencia de Homero como autor de los poemas “Iliada” y “Odisea, atribuyéndoselas a una compilación de la poesía popular griega, elaborada en el transcurso de los siglos. Hecho, que no debe considerarse imposible, cuanto más que, el mismo Homero, las extrajo de antiguas tradiciones y cantos de otros aedas. Federico Augusto Wolf, autor de “Prolegomena ad Homerum sive de opera Homericorum prisca et genuina forma veriisque mutationibus”, afirma que “Iliada” y “Odisea” no podían ser obra de un solo hombre, sino de numerosos poetas, apoyándose en las contradicciones que se observan en algunos cantos de la “Iliada”. Wolf considera, sin embargo, “viva y existente” la personalidad de Homero, aunque como recopilador de todo un caudal épico-poético de siglos anteriores.

viernes, 24 de mayo de 2013

EL CERO METAFÍSICO Y LA UNIDAD, por Arjuna

Cuando los creyentes leemos: Y Dios dijo: “Hágase la Luz” y la Luz se hizo, nuestra fe nos hace intuir que fue así, pues, de no haber sido así, es de suponer que no estaríamos ahora aquí y nada existiría.
Y hablando de existir ¿qué significado tiene en realidad esta palabra? Parece proceder de la expresión “ex_estare”, que significa etimológicamente, “estar fuera de”. Lo que implicaría que los que existimos, estamos fuera de algo a lo que se le designa simplemente como “de”. ¿Pero fuera de qué? Porque, desde el mundo de la existencia, distinguimos unas cosas de otras para poder reconocerlas, es decir nos basamos en la distinción, y en ese simple “de” del que estamos fuera, al expresarlo solo y aislado, da la sensación de un lugar de esencial importancia, como si, existir, fuera haber salido de un “Todo” donde no hubieran distinciones. 
Aunque designarlo como el “Todo”, también sería un error, pues, si fuera del Todo, puede haber algo, el Todo ya no sería todo, sino una parte. De ahí que debamos deducir que ese “de”, del que estamos fuera los que existimos, sea la parte esencial del Todo, de la que puede salirse a esa otra situación (la existencia) donde se aprecian las individualidades por el procedimiento de la distinción. Y esto implicaría que ese “Todo”, al que podríamos designar como “Posibilidad Total”, estaría compuesto por la “posibilidad de existir” y la de “no-existir”, es decir por la posibilidad de “salir de” y la de “no salir de”. A esto los metafísicos lo designan como la “Posibilidad de Ser” y la “Posibilidad de No-Ser”, o, más comúnmente, como el “Ser” y el “No-Ser”. Éste último constituiría la esencia pura de lo indiferenciado, de donde todo procede, y, aquél, la posibilidad de diferenciación.

sábado, 4 de mayo de 2013

LA LOGIA Y EL HUEVO DEL MUNDO, por H:. Graal

En cierto punto del manual masónico de instrucción del grado de aprendiz del R. E. A. A. se pregunta: "¿A que puede compararse una Logia regularmente cubierta?".  A lo que se responde: "a la célula orgánica y más especialmente al huevo, que contiene un ser en potencia. Todo cerebro pensante figura como un taller cerrado, una asamblea deliberante y al abrigo de la agitación exterior". La comparación que aquí se establece entre la Logia y el huevo difiere en apariencia de la visión mineral de la misma como imagen arquitectónica del cosmos, identificándola con un ser vivo y orgánico, con un ente pensante, autosuficiente, pues en ella coincide el Templo y el Taller, el espacio sagrado y ritual del trabajo iniciático, lugar de concepciones, gestaciones y elaboraciones rituales, idéntico al "laboratorio" (orar y laborar) y al Athanor alquímicos. La comparación de la Logia con el huevo se extiende también a la célula orgánica y al cerebro, que como él contienen la potencialidad de la vida y el pensamiento, es decir, del Verbo, que es pensamiento (ad-intra) y palabra de vida (ad-extra).

  La diferencia entre el lenguaje arquitectónico (mineral) y el orgánico (animal), solo es aparente, pues la célula es de hecho la "construcción" más simple y sintética del mundo corpóreo, aunque no por ello menos compleja en sus estructuras fundamentales. Y una verdadera construcción arquitectónica también es, por otro lado, un todo "orgánico", una unidad viva que no se limita a la simple suma de sus partes. La propia etimología de célula nos lo confirma: del latín cellula: "celdita", de cella: cuarto pequeño o habitación, de ahí la palabra: celda. El signo astrológico del Sol, idéntico al alquímico del Oro, es una circunferencia con el centro destacado, imagen gráfica también de la célula y del Ser primordial.

domingo, 13 de enero de 2013

NOTA SOBRE LAS TRES PEQUEÑAS LUCES DEL TEMPLO, por H:. Graal

Uno de los emblemas más representativos de la Masonería y de su dinámica ritual son las Tres Pequeñas Luces, relativas a las tres columnas dispuestas en escuadra que marcan el ombligo del Templo (1), dedicadas a la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza. 
Si en Oriente es el Delta luminoso, en el centro del Taller son las Tres Pequeñas Luces las que presiden todos los trabajos masónicos, los grupales celebrados en Logia como en particular los que realiza cada hermano con su Piedra, sea Bruta o Cúbica, aplicándose las enseñanzas. Ellas tienen en las Tres Grandes luces su instrumento ideal, la Sabiduría en el Libro de la Ley Sagrada, la Fuerza en la Escuadra, y la Belleza en el Compás.
La circulación en el interior del Templo se efectúa siempre en sentido dextro-céntrico alrededor de las Tres Luces, y todo lo que la Orden tiene en depósito se sitúa entre ellas, en el Cuadro de Logia relativo al grado como mapa y resumen de toda la simbólica del grado. Los trabajos masónicos no pueden abrirse hasta que las tres columnas quedan iluminadas por los principales oficiales del Taller. El V:. M:. exclama: Que la Sabiduría presida la construcción de nuestro Templo. El primer V:. : Que la Fuerza lo sostenga, y el segundo V:. : Que la Belleza lo adorne
La Masonería tiene un linaje constructivo y artesanal, el Templo es la Gran Obra y el propio Espíritu constructivo del que deriva toda organización humana de este tipo toma las características de Gran Arquitecto del universo, es decir, de Cosmocrator (es bien conocida la iconografía de Cristo como Cosmocrator y Cronocrator, delimitando la circunferencia del mundo con un compás trazándola sobre el Caos.) Su Plan es Él y el Sello de su impronta está en todos los mundos, en todos los seres y en todas las cosas. Él ilumina las tinieblas primordiales y ordena los elementos (Ordo Ab Chaos) realizando permanentemente la unidad de la consciencia y la materia, con Sabiduría, con Fuerza y con Belleza. Dice Salomón : “Tú todo lo dispusiste con número, peso y medida.” (Sabiduría. 11, 20), lo cual podría relacionarse directamente con las Tres Pequeñas Luces, la Sabiduría con el número, la Fuerza con el peso, y la Belleza con la medida.

sábado, 27 de octubre de 2012

SOBRE LO SAGRADO, LO LAICO Y LO PROFANO EN LA MASONERÍA, por H:. Graal

Quisiéramos destacar brevemente un importante tema de reflexión: el caracter sagrado de los trabajos rituales, así como de la doctrina masónica y los símbolos que la expresan, tema tanto más oportuno cuando ya es un tópico desgastado que gran parte de la Masonería moderna es un reducto del pensamiento laico, ateo y materialista, y por tanto moderno, acaparando de tal modo la atención que ante la opinión pública toda la Orden pasa por ser un baluarte de este tipo de pensamiento, lo cual sabemos que es falso además de incompatible con sus más importantes Landmarks. Para muchos talleres –y obediencias- es cierto que al sentido de los trabajos rituales no le ven ningún caracter sagrado (y ni falta que hace para ellos, que entienden lo sagrado como algo de capilla y sacristía), ni ninguna espiritualidad real, rebajada a una cómoda y mediocre moral democrática de tolerancia y hermandad que no pasa de amiguismo cuando mejor. Los  trabajos, así, quedan asimilados a cualquiera de las ceremonias civiles que efectúa para sus convenios la sociedad profana.

Recordemos que la palabra laico viene del latín “lego“, el que no sabe leer, es decir, el ignorante o profano que no conoce su tradición (especialmente cuando es una tradición del “Libro”), condición que poca justicia hace a un verdadero masón que, aunque sea aprendiz, al menos ya sabe “deletrear”. Es cierto que también se entiende por laico lo que no es directamente religioso y que, en algunos casos, lo laico está comprendido, aunque indirectamente, en la religión o la tradición –ver el budismo o el cristianismo y sus órdenes terciárias- pero también lo es que, de saber el sentido original de la palabra, pocos masones se jactarían de quedar definidos por ella. 

martes, 31 de julio de 2012

BARCELONA. LA CIUDAD DE LAS AVES (II), por Josep M. Gràcia *

V. La Colina de Hermes.

En la Odisea (XVI, 471) se describe una “colina de Hermes” en donde los hombres son alcanzados, arrebatados y guiados, por un “veloz mensajero… heraldo también de los hombres” (es decir, Hermes). Esta colina es, simbólicamente, la alcanzada por el Augur, el magistrado instructor del rito fundacional de la ciudad, pues allí recibe la intuición, el mensaje de los dioses (de enunciado oracular) que él mismo es encargado de descifrar y actualizar. No es de extrañar, pues, que en el rito fundacional al Augur se lo llegara a asimilar a Hermes, de hecho, se entendía que era la personificación del dios, y que situado en la cima de la colina, la “colina de Hermes”, fuera el “mensajero” portador de los buenos o malos augurios en virtud de los cuales se convenía o no fundar la ciudad. El Augur, que toma aquí la función de Pontifex, literalmente el "constructor de puentes o caminos", era representado en Grecia por Iris (el Arco Iris es un símbolo del pontificado), la "mensajera de los dioses", diosa que simbolizaba la unión de la Tierra con el Cielo y quien, aún perteneciendo a otra estirpe divina, compartía funciones y atributos con Hermes. Pero también, Augur significa literalmente tanto “observador de las aves” como “adivinación mediante el canto y el vuelo de las aves” y tiene el sentido de señal, presagio, indicio en sentido oracular en virtud del cual se recibe la intuición intelectual. Los antiguos etimologistas dicen que augur deriva de otra palabra más antigua, àuger, compuesta a su vez de la voz ÀV-IS (ÀU-IS) “ave” y GÈR-O “actuar”, “hacer”, es decir, “lo que hacen o dicen las aves”. Pero también, augur tiene vinculación etimológica con augère “aumentar” en el sentido de “consagrar”. Es así como el Augur aparece como el Pontífex que oficia el rito mediante el cual se consagra un determinado lugar advirtiendo los presagios o signos mediante el canto o la observación de las aves, y en el caso que nos ocupa, es bien significativo que antes de que el Augur de tradición romana demarcara los límites o fundara Barcino en la cima del Monst Táber ya había un culto análogo, el de Laia, “la que habla bien”, es decir, la que según ciertos signos oraculares que tienen que ver con el canto de las aves dice o da los buenos augurios, lo que veremos más adelante con detalle. El Mons Taber es la Colina de Hermes de Barcelona.


sábado, 30 de junio de 2012

BARCELONA. LA CIUDAD DE LAS AVES (I), por Josep M. Gràcia *

Imagen de Barcelona del libro 
Civitates Orbis Terrarum
Braun Hogenberg (1572)


I. Historia y geografía

La Ciencia sagrada o simbólica, cuyo objeto es la hermenéutica del Kósmos y del Hombre basada en los principios metafísicos, Leyes inmutables que rigen el acontecer vital y el devenir cíclico, abarca diferentes disciplinas entre las cuales la Historia y la Geografía conforman un ámbito de conocimiento ejemplar.  Junto con el estudio de las Religiones comparadas, la Geometría, la Numerología y la Mitología, la Historia y la Geografía adquieren un profundo significado cuando nos preguntamos no ya por los orígenes de nuestra cultura sino por su naturaleza, y por el sentido de nuestro mundo contemporáneo, encadenado con el de nuestros ancestros por un hilo sutil que como imagen y expresión de la Providencia religa los acontecimientos históricos en una unidad de sentido de orden superior no sometido al vaivén de la circunstancia.
Hay, pues, cierta necesidad de calificar de “sagradas” unas disciplinas que hasta el siglo XVII, con el auge del Racionalismo y del Empirismo, no necesitaban ser adjetivadas como tal; desde la Ilustración todo lo que tiene que ver con la Ciencia sagrada ha sido devaluado como poseyendo sentido incierto, subjetivo y anecdótico. Ya el Renacimiento, como valor ético y estético, y salvando ciertas corrientes de pensamiento vinculadas a la tradición pitagórica y platónica, anunció el declive de la Ciencia sagrada en favor de una incipiente ilustración en donde la razón era el valor único y excelso bajo el impulso del cual aparece radiante la “verdad” sobre las cosas del mundo. Los studia humanitatis, que hasta el siglo XV aunaban el saber Humanista, dejan paso a un conjunto de nuevas disciplinas cuyos métodos de investigación se incorporan de forma natural a la Academia de las Ciencias, como la Historia, que junto a la Geografía, la Antropología y la Paleografía permiten, a la luz de la también incipiente Filología, pasar de la explicación mitológica a otra basada en hechos comprobables. Todas estas nuevas disciplinas, sobre todo la Filología, han permitido disponer de datos de un valor incalculable, muchos de los cuales hemos utilizado aquí; lo que conviene comprender es el radical cambio de punto de vista que se produce a partir del siglo XV: si hasta ese momento lo que interesaba es “lo que siempre es y nunca deviene”, por tomar una expresión platónica, a partir de esta época el sentido de eternidad se substituye por el de temporalidad; el interés se centra en lo específico de cada tiempo o época, profundizando en lo mensurable, en la complejidad de la diversidad, en las normas sociales y políticas y en la relación contextual entre culturas en contraposición a una visión paradójica y tradicional en torno al símbolo, rito y mito, verdaderos útiles hermenéuticos de la Ciencia sagrada.  


domingo, 20 de mayo de 2012

NOTA SOBRE LA ASCESIS MASÓNICA, por H:. Graal

Un tema que atañe directamente a todo iniciado y a la entidad grupal que lo acoge en su seno, es la ascesis espiritual, es decir, la efectivización de los grados que posibilitan la realización metafísica, que no es sino la consciencia efectiva del verdadero Sí-mismo, o dicho de otro modo, el reconocimiento de la verdadera Identidad. La palabra ascesis (del griego askeo: me ejercito, practico, ejerzo…) se toma a menudo en el sentido de “ascenso” con el que nada tiene que ver, confusión que aquí, empero, reviste poca o ninguna importancia sabido que la vía espiritual coincide precisamente con un ascenso por los estados superiores del ser; pero el sentido literal vemos que no es ese sino el de llevar a la práctica, actualizar, que es lo propio del rito efectuado conforme al orden de los principios, aunque en ese sentido tampoco deben confundirse los medios con los fines.  

La peregrinación hasta el centro, que incluye el pasaje por el laberinto (ritualizado por los tres viajes iniciáticos del Aprendiz –Agua, Aire, Fuego-  más la prueba de la Tierra en el Gabinete de Reflexión) necesario a su regeneración anímica, no es un proceso exactamente homogéneo, ni continuo, ni lineal, ni uniforme, porque no es un movimiento cuya direccionalidad sea exclusivamente horizontal. Es continuo pero con discontinuidades, es homogéneo con altibajos y es uniforme pero seguido de ciclos diferentes. Además, el tránsito laberíntico incluye perderse y encontrarse, aproximarse al centro para después alejarse y viceversa según los diferentes meandros de su diseño, idénticos a la propia estructura anímica del ser individual. Como todo ascenso (el de la montaña del Purgatorio o del Paraíso), implica el paso por puntos que no se encuentran en el mismo plano.  El salto de uno a otro se produce por rupturas o cambios de nivel; cada uno es, dentro de un mismo estado -el humano aquí- una muerte y un nacimiento que, por pequeños que sean, sitúan al ser en otra perspectiva ontológica de sí mismo; estas rupturas actúan como catarsis (purificación) regeneradora y fácilmente desencadenan crisis y recapitulaciones en la estructura psíquica del individuo, la cual es, de hecho, la materia de la Obra, la Piedra Bruta que devendrá después Cúbica y Cúbica en Punta. 

miércoles, 28 de marzo de 2012

ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL SIMBOLISMO DE LOS EQUINOCCIOS, por Manuel Plana

Equinoccio significa literalmente: "noche o noches iguales", ya que es en los equinoccios de primavera (Marzo) y de otoño (Septiembre), cuando la duración de los dias y las noches se iguala, quedando equilibrada la proporción entre luz y tinieblas. Como muchas otras derivaciones (ecuador, equidad, equilibrio, etc...) esta palabra proviene del latin aequus, cuyo sentido etimológico expresa la idea de lo igual, lo idéntico y también como veremos, de lo homogéneo, lo uniforme, lo liso, lo plano y lo horizontal.
Si en el ciclo anual los solsticios de verano e invierno marcan el eje vertical Norte-Sur, (relativamente vertical pues son determinaciones del mismo plano terrestre) los equinoccios marcan el horizontal Este-Oeste, marcando ambos la cruz o cuadratura del círculo anual. En efecto, estos puntos cardinales, al entrar en relación directa con las estaciones señalan la unidad indisoluble del tiempo y el espacio y en otro aspecto, como veremos, la del Cielo y la Tierra. En el día o ciclo diario, que es el microcosmos del año, estos mismos puntos señalan el amanecer y el atardecer, los que auguran el nacimiento y la muerte del sol en relación a la línea del horizonte (del griego horizón, de horizo: "yo delimito"), pues sale por el Este (Levante) y se pone por el Oeste (Poniente), línea que delimita así dos niveles de realidad diferentes, el cielo y la tierra; o también el cielo y el inframundo o mundo subterraneo, siendo el horizonte mismo el plano intermedio. Estos tres planos de la realidad natural los encontramos en todas las tradiciones simbolizando los tres niveles o "mundos" de la cosmogonía, respectivamente el espiritual, el anímico y el corporal terrestre. A veces el mismo esquema varía intercambiándose los niveles, cuando por ejemplo, es la atmósfera el mundo intermedio y la tierra el nivel más inferior, o cuando toda la manifestación cósmica es relativamente subterranea en relación al Principio (como la caverna de Platón y la cosmogonía de algunas tradiciones de centroamérica). Pero en todo caso, la idea de dos mundos opuestos y uno intermedio que los une y separa a la vez, es consustancial a la naturaleza misma de todo lo creado.

sábado, 15 de octubre de 2011

NOTA SOBRE EL RITO SOLSTICIAL Y LA LOGIA DE MESA, por H:. Geometria

Como es sabido, la celebración de los dos solsticios de invierno y de verano forma parte importante del calendario ritual masónico, siendo las fiestas principales de esta Orden iniciática. Su caracter axial, igualmente presente en el orden de apertura y clausura de los trabajos, mediodía y medianoche del ciclo diario, y en el propio ritmo quincenal de las tenidas, que de hacerse en cada luna llena y nueva de mes coincidiría perfectamente con la axialidad de los solsticios, este caracter, decíamos, las pone en relación directa con el simbolismo de las dos puertas del cosmos, representadas en el mandala zodiacal por los signos de Capricornio y de Cancer, el norte y el sur del mismo respectivamente. Son el Deva-Yana y el Pitr-Yana del hinduismo, la puerta de los dioses y la de los hombres o ancestros de la antiguedad grecorromana.  Por la última el ser se incorpora al mundo en el estado humano, del que deberá realizar la integridad de sus posibilidades mediante el cumplimiento de los Pequeños Misterios, inherentes a los grados azules de la Franc-masonería. La muerte a lo profano y el nacimiento iniciático se operan, en efecto, bajo los auspicios del signo de Cancer y del solsticio de verano (1).  Los dos ganchos del signo pueden equipararse, en este caso, a las dos columnas J y B de la logia (aunque corresponden también a los dos solsticios), por entre las cuales se alumbra al neófito en el rito iniciático.  Los dos aspectos lunares de Cancer, asimilados a Diana y Hécate en la antiguedad, simbolizan la doble posibilidad que dicha puerta ofrece, ya sea el acceso a los estados supraindividuales en el primer caso, ya a los estados individuales en el segundo respectivamente. Ambas posibilidades estan comprendidas dentro del propio ámbito cósmico.  Por la puerta de Capricornio, en cambio, el ser se libera de las vicisitudes de la manifestación cósmica en todo su conjunto, dando acceso a lo supracósmico, es decir, también a los estados supraindividuales pero en su aspecto incondicionado, inmanifestado y permanente, estados que conciernen a los Grandes  Misterios y al cumplimiento total del proceso iniciático. Por esta misma puerta y en el momento invernal que le corresponde en el año, pasa el germen espiritual que nacerá en el mundo como el Avatar divino y en el corazón del iniciado como la chispa de luz, letra Yod o letra G (de God) en el simbolismo microcósmico, germen que augura la efectivización del "segundo nacimiento".