Mundo Tradicional es una publicación dedicada al estudio de la espiritualidad de Oriente y de Occidente, especialmente de algunas de sus formas tradicionales, destacando la importancia de su mensaje y su plena actualidad a la hora de orientarse cabalmente dentro del confuso ámbito de las corrientes y modas del pensamiento moderno, tan extrañas al verdadero espíritu humano.

sábado, 30 de junio de 2012

BARCELONA. LA CIUDAD DE LAS AVES (I), por Josep M. Gràcia *

Imagen de Barcelona del libro 
Civitates Orbis Terrarum
Braun Hogenberg (1572)


I. Historia y geografía

La Ciencia sagrada o simbólica, cuyo objeto es la hermenéutica del Kósmos y del Hombre basada en los principios metafísicos, Leyes inmutables que rigen el acontecer vital y el devenir cíclico, abarca diferentes disciplinas entre las cuales la Historia y la Geografía conforman un ámbito de conocimiento ejemplar.  Junto con el estudio de las Religiones comparadas, la Geometría, la Numerología y la Mitología, la Historia y la Geografía adquieren un profundo significado cuando nos preguntamos no ya por los orígenes de nuestra cultura sino por su naturaleza, y por el sentido de nuestro mundo contemporáneo, encadenado con el de nuestros ancestros por un hilo sutil que como imagen y expresión de la Providencia religa los acontecimientos históricos en una unidad de sentido de orden superior no sometido al vaivén de la circunstancia.
Hay, pues, cierta necesidad de calificar de “sagradas” unas disciplinas que hasta el siglo XVII, con el auge del Racionalismo y del Empirismo, no necesitaban ser adjetivadas como tal; desde la Ilustración todo lo que tiene que ver con la Ciencia sagrada ha sido devaluado como poseyendo sentido incierto, subjetivo y anecdótico. Ya el Renacimiento, como valor ético y estético, y salvando ciertas corrientes de pensamiento vinculadas a la tradición pitagórica y platónica, anunció el declive de la Ciencia sagrada en favor de una incipiente ilustración en donde la razón era el valor único y excelso bajo el impulso del cual aparece radiante la “verdad” sobre las cosas del mundo. Los studia humanitatis, que hasta el siglo XV aunaban el saber Humanista, dejan paso a un conjunto de nuevas disciplinas cuyos métodos de investigación se incorporan de forma natural a la Academia de las Ciencias, como la Historia, que junto a la Geografía, la Antropología y la Paleografía permiten, a la luz de la también incipiente Filología, pasar de la explicación mitológica a otra basada en hechos comprobables. Todas estas nuevas disciplinas, sobre todo la Filología, han permitido disponer de datos de un valor incalculable, muchos de los cuales hemos utilizado aquí; lo que conviene comprender es el radical cambio de punto de vista que se produce a partir del siglo XV: si hasta ese momento lo que interesaba es “lo que siempre es y nunca deviene”, por tomar una expresión platónica, a partir de esta época el sentido de eternidad se substituye por el de temporalidad; el interés se centra en lo específico de cada tiempo o época, profundizando en lo mensurable, en la complejidad de la diversidad, en las normas sociales y políticas y en la relación contextual entre culturas en contraposición a una visión paradójica y tradicional en torno al símbolo, rito y mito, verdaderos útiles hermenéuticos de la Ciencia sagrada.  


sábado, 16 de junio de 2012

TRANSMISIÓN DEL PARAMÂRTHASÂRA परमार्थसार DE ABHINAGAVUPTA, por Arcadio Rojo

 Aum… Nama Śivāya      नमः शिवाय

VERSO  33.   EL DIVINO JUEGO DE  Paramaśiva 

Es importante, como punto de partida del Paramārthasāra, leer y meditar el verso 33 en el que se resume  el “Divino Juego” de Paramaśivaeterno  Divino Juego de “atarse, limitarse y liberarse”. Todo el contenido de la No Dualidad desde la perspectiva del Shivaismo Kashemir está aquí presente. 

  Es Paramaśiva  quien sufre la ignorancia a través de las distintas formas que asume como es el caso de tú “yo” o “mi yo” y que no son sino puras construcciones mentales en tanto que no existen en la realidad como distintas del Yo Absoluto. Lo que llamamos “nuestras historias personales” no son otra cosa que su “Divino Juego” como Único Experimentador, que es a la vez todos los experimentadores. Solo existe una “historia” que es la Suya.

    Este Divino Juego es inseparable de Su naturaleza que es la Absoluta Conciencia (prakāśa)  y  la Conciencia de Sí Mismo (vimarśa) o su Divino Dinamismo (spanda) o su Libertad Absoluta (svātantrya).

    En este Divino Juego se resumen todos los tattvas en su “proceso” de bajada hacia Māyā y pthvī, hacia la total Auto-limitación del Yo Absoluto (atarse voluntariamente) y el movimiento de  ascenso o de liberación, es decir, de recuperación de su Ilimitada Conciencia y Dinamismo. Y este Divino Juego de ninguna manera afecta a su Plenitud.

domingo, 20 de mayo de 2012

NOTA SOBRE LA ASCESIS MASÓNICA, por H:. Graal

Un tema que atañe directamente a todo iniciado y a la entidad grupal que lo acoge en su seno, es la ascesis espiritual, es decir, la efectivización de los grados que posibilitan la realización metafísica, que no es sino la consciencia efectiva del verdadero Sí-mismo, o dicho de otro modo, el reconocimiento de la verdadera Identidad. La palabra ascesis (del griego askeo: me ejercito, practico, ejerzo…) se toma a menudo en el sentido de “ascenso” con el que nada tiene que ver, confusión que aquí, empero, reviste poca o ninguna importancia sabido que la vía espiritual coincide precisamente con un ascenso por los estados superiores del ser; pero el sentido literal vemos que no es ese sino el de llevar a la práctica, actualizar, que es lo propio del rito efectuado conforme al orden de los principios, aunque en ese sentido tampoco deben confundirse los medios con los fines.  

La peregrinación hasta el centro, que incluye el pasaje por el laberinto (ritualizado por los tres viajes iniciáticos del Aprendiz –Agua, Aire, Fuego-  más la prueba de la Tierra en el Gabinete de Reflexión) necesario a su regeneración anímica, no es un proceso exactamente homogéneo, ni continuo, ni lineal, ni uniforme, porque no es un movimiento cuya direccionalidad sea exclusivamente horizontal. Es continuo pero con discontinuidades, es homogéneo con altibajos y es uniforme pero seguido de ciclos diferentes. Además, el tránsito laberíntico incluye perderse y encontrarse, aproximarse al centro para después alejarse y viceversa según los diferentes meandros de su diseño, idénticos a la propia estructura anímica del ser individual. Como todo ascenso (el de la montaña del Purgatorio o del Paraíso), implica el paso por puntos que no se encuentran en el mismo plano.  El salto de uno a otro se produce por rupturas o cambios de nivel; cada uno es, dentro de un mismo estado -el humano aquí- una muerte y un nacimiento que, por pequeños que sean, sitúan al ser en otra perspectiva ontológica de sí mismo; estas rupturas actúan como catarsis (purificación) regeneradora y fácilmente desencadenan crisis y recapitulaciones en la estructura psíquica del individuo, la cual es, de hecho, la materia de la Obra, la Piedra Bruta que devendrá después Cúbica y Cúbica en Punta. 

lunes, 7 de mayo de 2012

PARAMARTHASARA (29-33)* de Abhinavagupta (y comentarios de Yogaraja). परमार्थसारः


        
Verso  29
तद्वद्धर्माधर्मस्वर्निरयोत्पत्तिमरणसुखदुःखम्। 
वर्णाश्रमादि चात्मन्यसदपि विभ्रमबलाद्भवति। २९॥ 
         Tad-vad dharmādharma
          svar-nirayotpatti-maraa-sukha-dukham|
varāśramādi cātmany asad api 
          vibhrama-balād bhavati || 29 ||

  De forma semejante, los méritos y los no méritos, el cielo y el infierno, el nacimiento y la muerte, la alegría y la tristeza, las castas (vara) y los diferentes estados de la vida (āśrama), a pesar de que no existen en el Sí Mismo puro, surgen debido a la fuerza de la ilusión.

Comentario de Yogaraja al verso  29
    Exactamente como un trozo de cuerda, que aunque  exista realmente como tal cuerda, es percibido [erróneamente] como una serpiente debido a la ilusión, y, por tanto, da lugar  a una respuesta [en el que percibe] en concordancia con esa mala percepción, igualmente en el caso del mérito, etc., a pesar de que no existen en realidad [ en el Sí Mismo puro], sin embargo son conocidos falsamente como existentes [en el Sí Mismo] debido al poder de la ilusión de māyā. Acciones meritorias como la realización del sacrificio del aśvamedha; acciones no meritorias como  matar a un Brahmin etc.; el cielo, es decir, el disfrute de una felicidad insuperable; el infierno, o sea, un sufrimiento terrible; el nacimiento y la muerte que es el final de la vida; el estar contento y triste, todos estos son productos de rajas. Igualmente var en referencia al sentimiento de “Yo soy un Brahmin” y āśrama en referencia a los diferentes estados de vida como el de brahmacarya así como el caso de tapas (las acciones ascéticas) y vrata (los votos religiosos). Todos estos estados son creaciones mentales producidas por el poder de la ilusión de māyā Śakti y son falsamente experimentadas en el Sí Mismo al que se identifica como el cuerpo. Todos ellos surgen del poder de la ilusión a causa del cual los seres limitados se convierten en sujetos destinados a nacer y morir y a disfrutar del cielo y del infierno. Pero, en realidad, el mérito y el no mérito existen aparte del puro Sí Mismo cuya naturaleza es la Pura Conciencia y la masiva Felicidad etc. 

miércoles, 25 de abril de 2012

APROXIMACIONES A LA TRADICION PRECOLOMBINA Y A SU SIMBOLISMO, por Armando Montoya

1ra parte. Aspectos fundamentales para una doctrina del Hombre precolombino


Hablar de los principios metafísicos, cosmológicos y mitológicos de las culturas precolombinas desde una perspectiva tradicional necesariamente nos remitirá al plano de lo simbólico, en vista que solo una perspectiva que tome en cuenta los aspectos fundamentales manifiestos en tales principios en su total realidad, es decir los aspectos hieráticos, podrá acercarnos a la cosmovisión que determino el sentido de la existencia y la realización del ser humano en las civilizaciones precolombinas, y de este modo poder establecer una serie de vínculos reales con los fundamentos de la ontología espiritual cultivadas por los hombres de la antigüedad americana. 
No sucede lo mismo con las perspectivas del pensamiento secular posmoderno,  cuyas  metodologías responden, en principio y de manera taxativa, a categorías que están  alejadas del pensamiento tradicional debido a su enfoque meramente historicista. Lo que confirmaría que dichos enfoques aparecen más bien como concepciones del mundo escindidas con respecto a las realidades universales. Consecuentemente no poseen el lenguaje adecuado –ni mucho menos la cualidad intelectiva- para poder aproximarse a los fundamentos que hicieron posibles dichas culturas y de esta manera poder comprender el sentido de realización cultivada por aquellas. 
Esta sospecha no resulta nada descabellada para un tipo de pensamiento que busca profundizar en los estudios del simbolismo tradicional y de hecho ha sido ya confirmada por ciertos círculos en el seno de la propio intelectualidad occidental. Nos referimos principalmente a  las corrientes de hermenéutica simbólica influenciada  por los trabajos de Gaston Bachelard, Mircea Eliade o incluso Henry Corbin en el campo del arte, la religión y los aspectos más claves del mito (1). Dichas corrientes han puesto particular énfasis en una acérrima crítica a los fundamentos que sostienen los paradigmas científico-filosóficos establecidos por la cultura contemporánea  y su más hipertrófico legado, el pensamiento analítico. Y el resultado de dichos exámenes ha establecido que esta última adolece de las categorías supra-racionales capaces de poder dar testimonio del legado de las sociedades tradicionales, precisamente por ser un tipo de pensamiento reducido a sus meras representaciones empíricas-racionalistas, consecuencia directa de la ruptura de dicha concepción del mundo con la cosmovisión de los mundos antiguos. 
Reconocer este aspecto resulta cardinal para poder plantear la cuestión –por lo demás hartamente reconocida ya por algunos sectores del pensamiento contemporáneo más próximos a las perspectivas espirituales- sobre si la intelectualidad que se autoafirma como la depositaria del oficialismo cultural posmoderno no sería sino el resultado de una fase de disolución del intelecto humano, acorde con el punto culminante de una época que ha arribado a un desgaste histórico y que en su desesperado intento por auto-afirmar una existencia caída en el espiral del nihilismo, se aferra obsesionada a un realismo asfixiante, amparándose en la tecnología y las ideologías cientificistas.  

miércoles, 28 de marzo de 2012

ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL SIMBOLISMO DE LOS EQUINOCCIOS, por Manuel Plana

Equinoccio significa literalmente: "noche o noches iguales", ya que es en los equinoccios de primavera (Marzo) y de otoño (Septiembre), cuando la duración de los dias y las noches se iguala, quedando equilibrada la proporción entre luz y tinieblas. Como muchas otras derivaciones (ecuador, equidad, equilibrio, etc...) esta palabra proviene del latin aequus, cuyo sentido etimológico expresa la idea de lo igual, lo idéntico y también como veremos, de lo homogéneo, lo uniforme, lo liso, lo plano y lo horizontal.
Si en el ciclo anual los solsticios de verano e invierno marcan el eje vertical Norte-Sur, (relativamente vertical pues son determinaciones del mismo plano terrestre) los equinoccios marcan el horizontal Este-Oeste, marcando ambos la cruz o cuadratura del círculo anual. En efecto, estos puntos cardinales, al entrar en relación directa con las estaciones señalan la unidad indisoluble del tiempo y el espacio y en otro aspecto, como veremos, la del Cielo y la Tierra. En el día o ciclo diario, que es el microcosmos del año, estos mismos puntos señalan el amanecer y el atardecer, los que auguran el nacimiento y la muerte del sol en relación a la línea del horizonte (del griego horizón, de horizo: "yo delimito"), pues sale por el Este (Levante) y se pone por el Oeste (Poniente), línea que delimita así dos niveles de realidad diferentes, el cielo y la tierra; o también el cielo y el inframundo o mundo subterraneo, siendo el horizonte mismo el plano intermedio. Estos tres planos de la realidad natural los encontramos en todas las tradiciones simbolizando los tres niveles o "mundos" de la cosmogonía, respectivamente el espiritual, el anímico y el corporal terrestre. A veces el mismo esquema varía intercambiándose los niveles, cuando por ejemplo, es la atmósfera el mundo intermedio y la tierra el nivel más inferior, o cuando toda la manifestación cósmica es relativamente subterranea en relación al Principio (como la caverna de Platón y la cosmogonía de algunas tradiciones de centroamérica). Pero en todo caso, la idea de dos mundos opuestos y uno intermedio que los une y separa a la vez, es consustancial a la naturaleza misma de todo lo creado.

martes, 20 de marzo de 2012

EDITORIAL PRIMAVERA DE 2012

Desde su inicio en Octubre del 2010 M.T. ha seguido una norma editorial basada en la publicación de estudios originales inéditos en castellano, salvo algunas excepciones que consideramos de oportuno interés para nuestros lectores y para nosotros mismos.
El hecho de integrar en una misma publicación trabajos sobre diferentes tradiciones, todas vivas, creemos que enriquece y fomenta el interés general por la espiritualidad, permitiendo contrastar puntos de vista diferentes de lo mismo, no para fusionarlos a lo “new-age” en una misma papilla digesta y consumible para el mayor número posible de incautos y turistas esotéricos. El Tasawwuf islámico y el Shivaismo Cachemir, por ejemplo, de los que se han vertido versiones inéditas de autores de acreditada solvencia, son poco conocidos por no decir casi nada, y la Franc-Masonería no mucho mejor a pesar de ser una forma iniciática occidental. Vale decir que, a medida que estén disponibles nuevos estudios, intentaremos ampliar el espectro tradicional. 
Comprender lo esencial de una cosmovisión sagrada abre sin límite las posibilidades de la consciencia a otros modos insospechados de la realidad y de ella misma, que a partir de ahí se verá abocada a una severa revisión de todos sus contenidos y de su naturaleza propia. Cada tradición es un enfoque majestuoso de la realidad, pero en algunas podemos encontrar desarrollados aspectos vitales de la doctrina que en otras apenas están sugeridos, siendo además vías de acceso reales a una realización efectiva, siempre en acuerdo a las posibilidades del interesado y de la intensidad de su deseo de conocer la Identidad verdadera. 
Con casi año y medio de vida, M.T. ha tenido un número de visitas más que apreciable considerando las circunstancias actuales y el propio medio en el que se difunde, el espacio “virtual” de Internet donde ahora circula lo mejor y lo peor del ambiguo psiquismo general, siendo la propia red una “fijación” cybernética suya. Esa misma ambigüedad hace deplorar, por un lado, la mediocridad y nula honestidad intelectual de muchas páginas sobre estos temas (no solo en castellano) y, por otro, felicitar la labor de nuevas publicaciones y blogs de especial interés tradicional, hechos a consciencia y con consciencia de lo que se habla, de los cuales M.T. procura insertar enlace y recomendar su visita.
Apreciamos cordialmente el interés mostrado por algunos lectores y estamos a su disposición para cualquier consulta.

La Redacción

miércoles, 7 de marzo de 2012

PARAMARTHASARA (23-28)* de Abhinavagupta (y comentarios de Yogaraja). परमार्थसारः

Prakti al igual a Māyā  kañcuka, sirve como velo que cubre a puruSa. Esto se describe [en el verso siguiente].        


             Verso  23
          तुष इव तण्डुलकणिकामावृणुते प्रकृतिपूर्वकः सर्गः। 
पृथ्वीपर्यन्तोऽयं चैतन्यं देहभावेन॥२३॥ 
tua iva ta.dula-kaikām āvṛṇute
prakti-pūrvaka sarga |
pthvī-paryanto 'ya 
        caitanya deha-bhāvena || 23 ||

 La creación, que se extiende desde prakti  hasta pthvī  (tierra), cubre la Conciencia pura proporcionándole un cuerpo físico de la misma forma que la cáscara cubre un grano de arroz.

Comentario de Yogaraja al verso  23

   Esta creación, que se extiende desde prakti  hasta pthvī  (tierra), sirve como la envoltura más externa de la Conciencia pura, al igual que la cáscara que envuelve al grano de arroz. La Conciencia pura está ya cubierta por el velo de māyā actuando como una envoltura (kañcuka). La Conciencia pura está cubierta de nuevo por [el velo proporcionado por prakti] en la forma de un cuerpo físico, el cual sirve como la envoltura más externa al igual que la cáscara del grano de arroz, proporcionando como una especie de muro, que cubre a cada ser individual (mónada espiritual). Estos sujetos  individuales, dotados  con los tattvas, que se extienden desde los indriyas (órganos de los sentidos), también llamados Kalās, hasta los elementos específicos materiales físicos que constituyen el cuerpo físico, son técnicamente llamados sakalas (seres encarnados). [También hay sujetos que están] desprovistos de los elementos específicos de tipo físico y material, y, por lo tanto, no están encarnados. Estos sujetos son llamados pralayākalas. Así pues, la creación entera comprende siete tipos de sujetos empezando por Śiva y acabando por los sakalas, y está presidida conjuntamente por Rudra y ketrañas (seres encarnados).

domingo, 19 de febrero de 2012

NOTA SOBRE EL DHARMA Y ALGUNOS DE SUS SIGNIFICADOS PRINCIPALES, por Manuel Plana

Muy a menudo se ha asimilado el concepto hindú de Dharma al de religión o ley religiosa, pero eso no coincide con lo que se trata, especialmente si tomamos el concepto de religión entendida al modo occidental, es decir, el exoterismo cristiano. En este caso, tendríamos de considerar primero que de la tradición cristiana original tan solo quedan las organizaciones exotéricas, es decir, las religiosas, como la católica, la ortodoxa, la copta, la siríaca, la etíope y tal vez algunas más que ignoramos sin contar las heterodoxas como el protestantismo y sus indefinidas ramificaciones. Además, y sobretodo por los cambios producidos en el seno del catolicismo después del Concilio Vaticano segundo, el propio exoterismo se ha visto alterado profundamente del original en su estructura ritual y en sus dogmas, lo cual lo aleja más aún del concepto universal de Dharma hindú. En efecto, las organizaciones esotéricas cristianas, es decir, las iniciáticas (considerando que el cristianismo original era una organización de este tipo y sólo más tarde devino una iglesia) han desaparecido desde entrado el S-XVII, con lo cual y desde el punto de vista de una tradición completa, falta lo más importante, el núcleo esencial y la verdadera autoridad en materia de doctrina y transmisión espiritual. Y decimos esto porque, de querer asimilarlo de algún modo o buscar el equivalente de Dharma en la tradición cristiana, tendría de hacerse, en todo caso, considerándola completa y unificada en estos dos aspectos suyos originales. 

Ésta distinción entre exoterismo y esoterismo está especialmente remarcada, como se sabe, en las tres tradiciones abrahámicas, cosa que en todas las demás no está ni tan señalado ni es tan clara la distinción, aunque siempre existe en la mayoría un culto general y más o menos popular a distintos aspectos divinos, y otro de élite al Principio supremo que se desarrolla siempre dentro de vías iniciáticas, que son las que detentan siempre la autoridad espiritual más importante. En el Islam, la competencia de un ayatollah, de un ulema o de un fukaha en materia de shari’a o de fiq está bien reconocida, pero no es precisamente superior, ni la misma, ni la que atañe al sheikh-murshid de una tariqa, es decir, a las autoridades de órdenes sufíes. Éstos son guías y maestros espirituales, no especialistas tan sólo en materia de tafsir coránico o sunna profética, aunque muchas veces se da el caso de recaer las dos funciones sobre una misma persona.


sábado, 4 de febrero de 2012

LA MATRIZ MILAGROSA DE LOS NOMBRES DIVINOS (II), por Abdelbaki Meftah

Clave del orden de los capítulos del “Fusus al-Hikam” (Los engarces de la Sabiduría) de Ibn 'Arabi y de sus suras coránicas

La sabiduría, como indica el sheikh al final del façç consagrado a ‘Issâ (Jesús), es: “poner las cosas en su sitio sin por ello apartarse de lo que requieren e imponen sus realidades esenciales (haqâ’iq) y sus cualidades (çifât)”. Cada grado del Ser está dispuesto según una sabiduría divina (hikma ilâhiyya) en la estación espiritual (maqâm) correspondiente. El sheikh dedicó el capítulo 198 de las Futûhât al-makkiyya (Las iluminaciones de la Meca) a la explicación de los estados múltiples del Ser (marâtib al-wujûd) que se manifiestan en el soplo “rahmaniano” que se compone de 28 grados siguiendo el número de letras; pues el hombre es creado (makhlûq) de acuerdo con la forma (sûra) de al-rahmân, y el aliento humano, por el que se manifiestan las letras cuando pasan por sus lugares de articulación (en el aparato fonatorio), es acorde a la forma del aliento rahmâniano.
En este capítulo 198 de las Futûhât, el sheikh dedica una sección (façl) a cada grado, de la sección 11 a la 38. La clave del secreto del orden de los Fusûs se encuentra en estas secciones: a cada façç, una sección, y en el mismo orden. La totalidad de los fusûs corresponde a la 28ª y última sección, pues no se relaciona con ella ningún estado distinto del Ser, y no es más que una expresión de la determinación principial (ta’yîn) de los grados, independientemente  de su producción (ijâd). Los capítulos de los fusûs son la forma de los grados del aliento rahmâniano a lo largo de su descenso (tanazzul) desde lo no-manifestado (al-ghayb) a lo manifestado (al-shahâda). El sheikh confirma el sentido del aliento rahmâniano en numerosos capítulos de los Fusûs, como el 10º consagrado a Hûd, el 12º consagrado a Shu’ayb, el 15º consagrado a Issâ, el 22º consagrado a Ilyâs (Elías) y el 27º consagrado a Muhammad. La elección por el Sheikh del término “verbo” (kalima) en el título de cada façç revela también esta relación entre los fusûs y el aliento rahmaniano.