Con ocasión de un homenaje al profesor Ferran Iniesta, conocido especialista de las culturas africanas, profesor de la universidad central de Barcelona, algunos compañeros suyos le dedicaron un libro coincidiendo con su jubilación (Reis negres, cabells blancs, terra vermella. Ed. Bellaterra, 2016). De uno de ellos, el profesor Arcadio Rojo, del cual M. T. ha publicado varios trabajos, incluida la traducción de varios versos del PARAMÂRTHASÂRA de Abhinavagupta, publicamos el texto incluido en el libro por su importante interés con respecto al pensamiento y la lógica no-dual.
La Redacción
A Ferran Iniesta, con quien tanto he vivido la difícil singladura tradicional a través del ignorante mar del Occidente moderno, que también es Shiva.
¿Qué alternativas se pueden plantear a las diferentes crisis a las que nos aboca en Occidente nuestro modo de vida particular? Como veremos con más detalle, quisiera subrayar que cuando un Sistema o Sociedad está en crisis aguda, la primera reacción que se produce es la del surgimiento y desarrollo de un tipo de movimientos sociales que luchan para que esta Sociedad cumpla sus fines. En el caso de nuestro mundo occidental esto se concreta en conseguir trabajo industrial para todos, creación de empleo y de empresas, mayor producción de artefactos, salarios dignos, servicios sociales de calidad, etc., en definitiva, la consolidación del llamado «estado del bienestar». Pero, lo que es más difícil, es que se plantee una crítica radical a ese modelo social en crisis y que se hagan las reflexiones necesarias para recurrir a otros principios y reglas diferentes y alternativas.
Precisamente las reflexiones, que siguen a continuación van en esta línea, es decir, la de mostrar otras formas de estar en el mundo radicalmente diferentes a la del modelo de vida occidental. En este sentido quiero señalar que no adopto como lema «otro mundo es posible» ya que esos otros mundos existen y son mejores que el Occidental. Por tanto, prefiero enunciar el lema de esta otra manera: «otros mundos, otros valores están en presencia, conozcámoslos». Creo que el primer paso en esta dirección es salir de la concepción de que somos la sociedad más progresista y avanzada del mundo, cuyos valores tienen carácter universal. Por tanto, pido un esfuerzo de reflexión sobre cuáles son los principios y los valores que conforman nuestra particular sociedad occidental moderna. Me centraré en lo que yo creo que condiciona desde su raíz todas nuestras concepciones, sentimientos y acciones a nivel social e individual: nuestra visión dual de la Realidad en sus diferentes modos y expresiones.
Se trata, por tanto, de saber desde donde procesamos la realidad, desde que principios y concepciones, desde que valores. Y es que la realidad no se refleja tal cual en nuestro entendimiento sino que se procesa. Este procesamiento es lo que nos interesa a los antropólogos cuando analizamos una tribu o una sociedad. Así, por ejemplo, si preguntásemos a un occidental y a un hindú tradicional, ¿Qué es el sol? El occidental podría contestar que es una fuente de energía, comercializable, y que le puede proporcionar una rentabilidad usando los artefactos adecuados como son las placas solares. El hindú tradicional no-Dual nos dirá: «el sol es el Yo Conciencia Absoluta. Todo es Él». Es cierto, que el occidental nos podría dar otras respuestas pero todas serían el resultado de su específico procesamiento dual de la realidad. Mientras que el hindú tradicional lo haría desde una visión no dual.
Se hace, por tanto, necesario entender las diferencias fundamentales que existen entre la visión dual y la visión no dual así como las diferentes concepciones de la realidad que nacen de ellas. El mundo occidental es, con diferencia, el máximo exponente de la visión dual y sus sociedades muestran con terrible nitidez la tremenda ignorancia resultante, que preside su forma de vivir. Con este propósito voy entonces a exponer a continuación los elementos clave que fundamentan las concepciones duales presentes en nuestra cultura occidental de modo que ayuden a una mejor reflexión y conocimiento de las mismas.
Las concepciones duales: las lógicas dialécticas de «las identidades separadas alienadas» que son ellas y su contrario
La Lógica Dialéctica establece que cada identidad particular es ella y su contraria, manteniendo, por tanto, la visión dual de la realidad, es decir, todo son identidades separadas y enfrentadas entre ellas. Lo cual da lugar al proceso de TESIS- ANTITESIS- SINTESIS. Pero vayamos a los modelos y ejemplos concretos de este tipo de Lógica (1).
La lógica dual dialéctica con visión transcendente
Comencemos por la Lógica Dialéctica con visión transcendente cuyo modelo está descrito en el Libro del Génesis. En el principio era Dios, el Bien Absoluto y el ser humano era bueno (TESIS), pero la serpiente tienta al ser humano que come del árbol de la ciencia del Bien y Mal. En consecuencia, su naturaleza cae en pecado, está dominada por el Mal (ANTITESIS). Así lo expresa el Libro del Génesis: “La serpiente replicó a la mujer: - No moriréis en modo alguno: es que Dios sabe que el día en que comáis de él se abrirán vuestros ojos y os haréis como Dios, conocedores del Bien y el Mal. Viendo, pues, la mujer que el árbol era bueno para comida y deleite para los ojos y apetecible para lograr la inteligencia, tomó de su fruto y comió, dando también a la vez a su marido el cual comió”(2).
Este enfrentamiento dialéctico entre Dios, el Bien Absoluto, y el Mal, provocado por la caída del ser humano, tiene como consecuencia que la Realidad es Dios y su contrario el Mal hasta acabar al final de los tiempos en la SINTESIS: el triunfo del Bien Absoluto, o sea, Dios, que prevalecerá finalmente tras vencer al Mal en el ser humano. La consecuencia de esta dialéctica dual se traduce en el siguiente proceso. En el principio, en el pasado, el ser humano es creado puro y bueno, pero come del árbol de la ciencia del Bien y del Mal y a partir de entonces entra en un presente histórico muy largo: el ser humano será él y su contrario, bueno y malo. Necesitará de una Redención Divina para proyectarse hacia un futuro en el que recupere finalmente el Paraíso inicial, su bondad y pureza primigenia. Es preciso también señalar que en la posterior Tradición Cristiana el dualismo religioso identifica el Mal con Lucifer o Satanás, que es el que tienta a Jesús e incita a pecar al ser humano, y que estaría enfrentado a Dios, el Bien Absoluto (3). Es cierto constatar también que existe en el cristianismo una Lógica No-dual en determinadas formulaciones como La Trinidad o la triple relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Al igual que en la Tradición Judaica la Cábala interpreta el contenido del Libro del Génesis en forma no dual. Desgraciadamente la visión dual religiosa ha prevalecido tanto en la Tradición Cristiana como en la Tradición Judaica.
Pero de la visión expuesta en el Libro del Génesis se desprende un Paradigma de interpretación dual de la realidad, el Paradigma de la Teoría de la Alienación, que podemos sintetizar así: en el Origen, en el pasado, nuestra verdadera naturaleza está en plenitud. En el Presente: se produce la Alienación de nuestra verdadera naturaleza, somos nosotros y nuestro contrario. Y en el Futuro: tendrá lugar la desalienación de nuestra verdadera naturaleza, la liberación por medio del Mesías, el Redentor, el mediador que nos desaliene, que nos reajuste (4).
La laicización de este dualismo dialéctico: una visión materialista de esta lógica
A partir de este paradigma dual de tipo tradicional religioso se produce una laicización de sus categorías o interpretaciones materialistas del mismo, suprimiendo toda alusión a un plano transcendente. Empecemos por la primera de esas interpretaciones: La lógica Dialéctica Marxista.
La lógica dialéctica marxista
En el origen, en el Pasado era el Comunismo primitivo, la Abundancia de medios de subsistencia, «el Paraíso». Los seres humanos, que son por naturaleza productores de artefactos, eran libres e iguales. Dice Marx en La Ideología Alemana: «El hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida» (5). Pero a continuación en el largo presente histórico se produce la escasez, hay poco para muchos. Un pequeño grupo de hombres se apodera de lo poco que hay. Nacen las clases sociales. La naturaleza humana queda alienada: los productores serán ellos y su contrario, y vivirán auto-extrañados con su actividad productiva y con lo que producen. Y esto, en la presente sociedad capitalista se expresa principalmente en las siguientes formas, que describe George Ritzer: «Primero, en la sociedad capitalista los trabajadores están alienados en su actividad productiva. En tal sociedad los trabajadores ya no trabajan para satisfacer sus propias necesidades. Trabajan para que el capitalista les pague un salario de subsistencia a cambio del derecho a utilizarlos en lo que deseen… Puesto que la actividad productiva pertenece al capitalista, y puesto que es él quien decide lo que hay que hacer con ella, es fácil comprobar que los trabajadores están alienados respecto a su actividad. En lugar de ser un proceso satisfactorio en y por sí mismo, la actividad productiva en el capitalismo se reduce, según argumenta Marx, a un aburrido e idiotizante medio de cumplir el único objetivo que de verdad importa en nuestra sociedad capitalista: ganar el suficiente dinero para sobrevivir”(6).
Igualmente los trabajadores están alienados también con respecto al fruto de su trabajo: el producto, el artefacto, ya que no pertenece a ellos y no ejercen control sobre el mismo. Dice Marx: «El objeto que el trabajador produce, su producto, [su artefacto] se enfrenta a él como a un ser extraño, como un poder independiente del productor…El trabajador se relaciona con el producto de su trabajo como un objeto extraño»(7).
En resumen, la contradicción entre las fuerzas productivas [de carácter social] y las relaciones de producción [de carácter privado] explican el presente. Las fuerzas productivas sociales están alienadas por las relaciones de producción privadas, capitalistas. Pero inevitablemente la Leyes de la Historia conducen a la humanidad al Futuro liberador, el Comunismo, es decir, a la abundancia de bienes [artefactos] y servicios, que pondrá fin a las clases sociales, y con esto a la desalienación del «homo productivus – demo-artefactual», recuperándose, realizándose a un nivel superior el comunismo primitivo. Y ¿quién es el redentor? El proletariado, clase revolucionaria debido a ser el productor de los artefactos capaces de devolvernos a la abundancia. Esta es la definición que hace Marx de la Sociedad Comunista: «En una sociedad comunista, donde nadie trabaja en una única esfera o actividad, sino que puede realizarse en la rama que se desee, es la sociedad la que regula la producción general, lo que me permite hacer una cosa hoy y otra distinta, cazar por la mañana y pescar al atardecer, retirar el ganado al anochecer y dedicarme a reflexionar después de cenar, porque jamás pretenderé convertirme en cazador, pescador, pastor o crítico»(8).
La lógica dual artefactual, liberal, liberal-capitalista, basada en la «ética protestante»
Veamos, pues, ahora la otra formulación dual del Sistema Productivo Industrial, que es el que se ha impuesto hoy en día, el capitalismo liberal, cuyo modelo más realizado sería el de los Estados Unidos.
Para analizar este sistema es clave aquí recordar la relación estrecha que establece Max Weber entre el Espíritu del Capitalismo y la Ética protestante. George Ritzer señala con acierto como Max Weber «descubrió que los líderes del sistema económico - los grandes magnates, los dueños del capital, los trabajadores altamente especializados y el personal tecnológica y comercialmente más preparado - eran todos predominantemente protestantes. Esto quería decir que el protestantismo fue una causa significativa en la elección de esas profesiones y, a la inversa, que otras religiones (por ejemplo, el catolicismo romano) fracasaron en la producción de sistemas ideológicos que impulsaran a los individuos hacia estas vocaciones»(9).
Para entender el Espíritu del Capitalismo Liberal Protestante hemos de enunciar los principios o valores desde los que este Sistema procesa la realidad. Estos valores fueron enunciados con precisión por Benjamín Franklin, y Max Weber los cita en su obra. En síntesis serían los siguientes:
«Piensa que el tiempo es dinero…»
«Piensa que el crédito es dinero. Si alguien deja en mis manos el dinero que le adeudo, me deja además su interés y todo cuanto puedo ganar con él durante ese tiempo. Se puede así reunir una suma considerable si un hombre tiene buen crédito y además sabe hacer uso de él».
«Piensa que el dinero es fértil y reproductivo. El dinero puede producir dinero, y ese dinero producido puede producir todavía más y así sucesivamente…»
«…Aparte de la diligencia y la moderación, nada contribuye tanto a hacer progresar la vida de un joven como la puntualidad y la justicia en sus negocios. Por eso, no retengas nunca el dinero recibido en una hora más de lo que prometiste, para que el enojo de tu amigo no te cierre su bolsa para siempre».
«Las más insignificantes acciones que pueden influir sobre el crédito de un hombre, deben de ser tenidas en cuenta por él. El golpear de un martillo sobre el yunque, oído por tu acreedor a las cinco de la mañana o a las ocho de la tarde le deja contento para seis meses; pero si te ve en la mesa de billar u oye tu voz en la taberna, a la hora que tu debías estar trabajando, a la mañana siguiente te recordará tu deuda y exigirá su dinero antes de que tú puedas disponer de él».
«…Quien malgasta inútilmente a diario un solo céntimo, derrocha seis libras al cabo del año, que constituyen el precio del uso de cien… Quien pierde cinco chelines no solo pierde esa suma, sino todo cuanto hubiese podido ganar con ella aplicándola a la industria, lo que representa una cantidad considerable en la vida de un joven que llega a edad avanzada»(10).
Como se puede observar, no son meros consejos los que da Benjamín Franklin sino que se trata de un comportamiento ético global que preside no solo la vida en los Estados Unidos sino que es mostrado como el espíritu más profundo del Capitalismo hoy presente a nivel mundial. Kunberger califica a esta Ética como la «Filosofía de la Avaricia» y la resume diciendo que «de las vacas se hace manteca y de los hombres dinero»(11).
Este espíritu del capitalismo, esta Ética, el mismo Benjamín Franklin la asocia a sus creencias protestantes. Franklin justifica que el ideal humano es hacer dinero haciendo referencia a una frase bíblica que su padre, un calvinista radical, le había inculcado: «Si ves a un hombre solicito en su trabajo, debe estar antes que los reyes» [Proverbios 22, 29]. Max Weber señala como: «la ganancia del dinero, cuando se verifica legalmente, representa dentro del orden económico moderno, el resultado y la expresión de la virtud del trabajo,… virtud que constituye el verdadero alfa y omega de la moral de Benjamín Franklin»(12).
A partir de aquí la conexión del espíritu del capitalismo con la moral protestante calvinista es clara. Para el Calvinismo el individuo está predestinado y nada ni nadie, ni la religión pueden cambiar ese destino.
Pero hay señales para saber que estás elegido. Si trabajas [industrialmente] con total entrega y tienes éxito económico esta es la gran señal. No hay que retirarse del mundo para agradar a Dios sino por el contrario hay que dedicarse a la actividad mundana [o sea, a la actividad industrial con la perspectiva del beneficio] de forma intensa. Lutero ya había criticado despiadadamente el retiro a la vida monacal como la forma suprema de agradar a Dios.
Weber sintetiza la relación entre el calvinismo y el espíritu capitalista en estas frases: «…en efecto, de acuerdo con el Antiguo Testamento y de modo análogo a la valoración ética de las “buenas obras”, no solo se vio en la aspiración a la riqueza como el fin último el colmo de lo reprobable y, por el contrario, una bendición de Dios en el enriquecimiento, como fruto del trabajo profesional, sino que, (y esto es más importante) la valoración ética del trabajo incesante, continuado y sistemático, como medio ascético superior y como comprobación absolutamente segura y visible de regeneración y de autenticidad de la fe, tenía que constituir la más poderosa palanca de expansión de la concepción de la vida que hemos llamado ‘espíritu del capitalismo’»(13).
A esto Weber añade que: «el calvinismo proveyó al capitalismo emergente de trabajadores sobrios, sensatos e inusitadamente industriosos, que se unieron con su trabajo en un propósito de vida encomendado por Dios». Igualmente Weber explica como el calvinismo justifica la desigualdad ya que proporciona al capitalista «la cómoda seguridad de que la distribución desigual de los bienes de este mundo es un don de la Divina Providencia»(14).
Aquí quisiera subrayar como en esta forma liberal del capitalismo la Artefactolatría está presidida a su vez por la obtención del constante beneficio. Lo cual conduce a dar prioridad a aquellos artefactos que producen beneficio inmediato aunque esos artefactos sean perjudiciales para la salud y el medio ambiente o sean meramente inútiles y creen falsas necesidades.
Hay que señalar que, siguiendo esta ética de la consagración de la vida al trabajo artefactual ligado a la obtención del máximo de beneficios, la pareja ideal humana es la que en Estados Unidos se llama DINK: «Double income no Kid», la pareja con doble sueldo y sin hijos. La virtud del trabajo sobrio y prolongado como medio para hacer dinero. Y claro los hijos estorban en esta carrera agotadora por el aumento del beneficio. Y el premio que se obtiene es: disfrutar de todo tipo de artefactos con ese dinero.
«The dreams come true». Los sueños se hacen realidad… pero solo para una parte. Y es que desde esta ética todo depende de tu duro esfuerzo personal, de tu entrega sin reservas al trabajo. El «redentor», en este caso, es la firme voluntad del individuo escindido y dual, la excelencia, los emprendedores,.. Pero no todos estamos predestinados a ser salvados. Por eso frente a los ganadores, «winer», están los perdedores, «loser», los no bendecidos por Dios que reciben el menosprecio social.
Finalmente, y con respecto hacia donde se dirige esta sociedad artefactual, Max Weber se aventura a predecir la posible siguiente evolución: «Nadie sabe… si al término de esta extraordinaria evolución surgirán profetas nuevos y se asistirá a un pujante renacimiento de antiguas ideas e ideales; o si, por el contrario, lo envolverá todo una ola de petrificación mecanizada y una convulsa lucha de todos contra todos. En este caso, los ‘últimos hombres’ de esta fase de la civilización podrán aplicarse esta frase: ‘Especialistas sin espíritu, gozadores sin corazón: estas nulidades se imaginan haber ascendido a una nueva fase de la humanidad jamás alcanzada anteriormente'» (15).
Examinemos, pues, que conclusiones generales podemos deducir de todo lo expuesto. En ambas concepciones, la marxista y la liberal conviven unos valores comunes, que ahora son compartidos y seguidos a nivel social tanto por la izquierda como por la derecha. Estos valores se resumen en concebir la historia de la humanidad como el progreso incesante de invención, producción, intercambio y consumo de artefactos (16). Estos son los valores comunes dan cohesión a nuestras sociedades. No es la lucha de clases el principal enfrentamiento en presencia sino, sobre todo, un conflicto permanente de nación contra nación por liderar y realizar más plenamente esta idea del Progreso reducida al disfrute de artefactos y al beneficio.
Vale la pena recordar la película 2001, Una Odisea en el espacio: el simio que ve el fruto del árbol, intenta conseguirlo, pero no llega. Entonces coge un palo (un artefacto) y lo lanza haciendo caer el fruto. El palo se convierte en una nave espacial y se pasa del artefacto primigenio al más complejo tecnológicamente. Todos los futuros, que se nos exponen, son de sociedades altamente tecnológicas. ¿Cuáles son, por tanto, los Valores comunes que compartimos en Occidente y que se están extendiendo por el resto del mundo? Lo podríamos sintetizar en una frase: «Continuemos con el progreso incesante de artefactos pero, que su disfrute sea igual para todos (modelo comunista) o que se consigan el máximo de beneficios individuales (modelo liberal). O también la combinación de ambos modelos, es decir, el estado del bienestar, (modelo social-demócrata)».
El motor de la producción de artefactos es la Invención Ingeniera: sin la Invención Ingeniera no hay artefactos. Quiero hacer hincapié en como la Ciencia Moderna está al servicio de esta Ingeniería. Los que dominan la Invención Ingeniera de artefactos dominan el mundo (17). Los nuevos santos y prohombres son ingenieros inventores de nuevas tecnologías. Hemos asistido recientemente a la muerte y, diría yo, a la canonización del brillante ingeniero inventor de Apple Steve Job. Millones de personas han sentido su muerte y le han admirado por la felicidad que les ha proporcionado con los artefactos de Apple.
Se nos enseña que el Progreso de la Humanidad consiste en ir inventando, vendiendo y consumiendo cada día nuevos artefactos. Se nos inculca como nuevo dogma de fe que inventado y consumido un nuevo artefacto, una nueva tecnología, la sociedad se humaniza, es decir, se perfecciona más a nivel social y político. ¿Es esto cierto? Hoy en día que tenemos el nuevo artefacto ingeniero de Internet ¿Qué contenidos fundamentales y valores de la sociedad capitalista han cambiado automáticamente? O, por el contrario, ¿en realidad, no los ha reafirmado y acelerado? Ciertamente podemos afirmar que el uso de Internet se centra principalmente en dar más efectividad al propio desarrollo industrial.
Pero pongamos un ejemplo más paradigmático la invención de la Inteligencia Artificial, que es el motor clave de toda la invención tecnológica actual. El artefacto que dio lugar a la invención de la Inteligencia Artificial, «The Logic Theory Machine» [La Máquina del Lógico Teórico] tiene la capacidad de simular procesos de pensamiento humano. Pero ¿Qué procesos de pensamiento simula? Simula los procesos de pensamiento de la Lógica Dual Aristotélica. Esta Máquina del Lógico Teórico fue capaz de probar la verdad o falsedad del Teorema 2.15 de los «Principia Mathematica» de Bertrand Russell y Alfred North Whitehead. Luego este artefacto reafirma la visión dual de la realidad. ¿Dónde está el progreso humano que genera? (18).
H. A. Simon, el inventor de la Inteligencia Artificial junto con Allan Newell, le escribe eufórico a Bertrand Russell una vez inventada la Maquina del Lógico Teórico: «Querido Russell: el Sr. Newell y yo pensamos que le podría gustar el informe que le incluimos de nuestro trabajo consistente en simular ciertos procesos de resolución de problemas humanos con la ayuda de una computadora electrónica. Cogimos para nuestro objetivo el capítulo 2 de los “Principia”, y buscamos como construir un programa [informático] que descubriera [y realizara] las pruebas de los teoremas, similar a las pruebas que se dan allí [en los “Principia”]» (19).
Es paradójico que esta sociedad occidental moderna tenga como la adquisición más gloriosa el que un artefacto simule los procesos de pensamiento humanos duales, mientras el «homo productivus» se pasa 8 horas actuando como apéndice de una máquina y apenas desarrolla sus capacidades internas intelectuales, afectivas y espirituales.
Todo lo anterior nos remite de nuevo a la pregunta clave ¿El artefacto nos proporciona un presente pleno? Ciertamente no. El mito occidental nos cuenta que estamos ante un presente alienado en lucha por un futuro desalienado: nunca se descansa en el presente. Se desprecia el pasado por atrasado y se vive lanzado hacia un posible futuro, utópico (no está presente todavía) que nunca acaba de instalarse definitivamente. A un artefacto, le sigue otro, y otro en contante tensión hacia el futuro. Todo lo excelente en nuestra sociedad pertenece al futuro. Esta sociedad nos está anunciando incesantemente futuros: los coches del futuro, el programa político del futuro, la enseñanza del futuro… Siempre pendientes del futuro como Utopía, como una sociedad que todavía no está en presencia, u-topos, que no está en ningún lugar. Asombra lo bien que define esta situación un Maestro Tradicional como el Dalai Lama:
«Lo que más me sorprende de los occidentales es que pierden la salud para ganar dinero, después pierden el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en el futuro, no disfrutan el presente, por lo que no viven ni el presente ni el futuro, Viven como si no tuviesen que morir nunca, y mueren como si nunca hubieran vivido».
Pero también me gustaría destacar otra idea en lo referente a las utopías que Occidente nos ha ido proponiendo desde el Siglo de la Luces. ¿Acaso no se ha cumplido ya lo substancial del Modelo Capitalista tanto en su experiencia comunista, socialista o liberal? Por esto, quiero recordar ahora al destacado filósofo de Georgia Merab Mamardashvili (1930-1990) cuyo pensamiento representó el intento de una original síntesis entre las diferentes tradiciones culturales de Alemania, Francia y Rusia. Mamardashvili destacó dentro de la Unión Soviética por su fundada crítica a la cerrada mentalidad comunista dominante. Denunció el dualismo soviético uno de cuyos fundamentos era el concepto de «la imagen del Enemigo», o del «Enemigo del Pueblo», o del “Traidor a la Nación”. Mamardashvili decía: «El enemigo es la encarnación de algo que está enraizado en lo más profundo del individuo como su parte más vulnerable» (20). Como veremos más adelante la contradicción amigo- enemigo está presente en todas las visiones duales de Occidente sean comunistas o democráticas.
Mamardashvili y yo nos conocimos participando en unas Jornadas de Dialogo intercultural en el año 1988, invitado por mi buen amigo el profesor Pere Romero. Recuerdo que en uno de los debates de aquellas Jornadas, dos dirigentes del Partido Comunista ruso excusaban los errores del sistema soviético afirmando que la Utopía Comunista estaba todavía por cumplirse. Me impresionó tremendamente el comentario que les hizo este filósofo georgiano: «Lo malo de las utopías es que se cumplen». En efecto, ya se está cumpliendo lo substancial de las utopías del Modelo Industrial- Artefactual tanto en su experiencia comunista, socialista o liberal, aunque no dejen de anunciarse nuevas utopías liberadoras.
Finalmente me voy a referir a la llamada «Utopía arcaica», desarrollada en el libro del mismo título por el escritor Mario Vargas Llosa (21). Frederik Ugarte sintetiza muy bien lo que significa dicha «Utopía Arcaica»: «Las ideologías antagónicas del siglo XX han sido grandes utopías, ya en crisis. Eran utopías modernas, por eso hoy se escribe de postmodernismo, de crisis de la modernidad, de crisis de paradigmas. En su libro [“La Utopía Arcaica”], Vargas Llosa nos habla más bien de una utopía arcaica, esto es, pasada, fuera de la historia o anterior a ella. Una utopía arcaica idealizadora del antiguo Tahuantinsuyo, capaz de imaginar, proyectar y esperar un Tahuantinsuyo moderno con las virtudes de antaño en el tiempo presente» (22). En efecto, para Vargas Llosa el advenimiento de la Sociedad Industrial moderna supone la sociedad más avanzada de la tierra frente a la cual las culturas tradicionales indígenas deben disolverse y no pretender mantener sus modos de vida atrasados.
Pero las sociedades tradicionales luchan por mantenerse en pie frente a la destrucción constante de sus modos de vida promovida por las naciones modernas ya sean fascistas o demócratas. Estas sociedades tradicionales ven su futuro como una vuelta al pasado perfecto que les ha sido arrebatado por sus colonizadores, es decir, ven de forma justa y sabia su futuro como una Utopía Arcaica. Este fenómeno se ha producido en aquellas tribus y sociedades donde la expansión occidental ha forzado a los indígenas a romper con su modo de vida tradicional y a adoptar a la fuerza uno sucedáneo del modelo colonizador. El resultado más habitual ha sido que las sociedades indígenas u originarias han comenzado a experimentar de su forma de vida de modo dual como siendo a la vez ellas [sus valores tradicionales originarios] y su contrario [los valores occidentales impuestos] y, por tanto, a tener una existencia alienada. En consecuencia, su Utopía, su futuro, lo pasan a concebir como una vuelta al pasado tradicional originario que les ha sido arrebatado por la fuerza. Este sería el caso de los restos de civilizaciones originarias americanas como los mayas – con sus distintas variantes étnicas locales –, los quechua, aimará, fueguinos, por no nombrar más que algunos pocos. También en África negra observamos tales procesos.
El escritor Mario Vargas Llosa, desde su perspectiva occidental, califica la Utopía de estas sociedades tradicionales de tremenda ignorancia ya que no han entendido que la Utopía se refiere siempre a un futuro nuevo y nunca a un pasado: la Utopía no puede ser, por tanto, de ninguna manera «arcaica». Pero lo cierto es que el ignorante es Vargas Llosa ya que tanto la utopía marxista como la cristiana y la anarquista son arcaicas ya que todas ellas anhelan un estado primigenio perdido ya sea el comunismo primitivo sin clases, el Paraíso originario o la sociedad inicial sin Estado ni Patrón. La propia Utopía del liberalismo calvinista norteamericano es tan arcaica como los fundamentos bíblicos del Antiguo Testamento en los que dice apoyarse.
La lógica de las «identidades separadas»: la lógica aristotélica
La Lógica Aristotélica no solo sintoniza con las Lógicas Dialécticas Duales [de carácter cristiano, marxista y liberal] y sino que constituye su punto de partida. Es cierto que Aristóteles todavía acepta la Transcendencia: todo tiene su principio en el Motor Inmóvil. Pero el Motor Inmóvil está muy lejos de los humanos y se diferencia de ellos.
Los tres principios de la lógica aristotélica: identidad, no-contradicción, de tercero excluido
El profesor Guillermo Bustamante explica así, siguiendo a Morin, los tres principios de la Lógica Aristotélica:
«Aristóteles plantea (tomado de Morin [1991]) que, al mismo tiempo y dentro de la misma relación, solo bajo estas condiciones,
1. algo no puede ser y no ser. Este es el llamado “principio de identidad”: A=A. O sea: si A es, A no puede no ser, al mismo tiempo y dentro de la misma relación;
2. es imposible que un atributo pertenezca y no pertenezca al mismo sujeto. Este es el llamado “principio de no-contradicción”: si {A es x} → {A no es no-x}, donde x y no-x son atributos contrarios; ejemplo: algo no puede ser blanco y no-blanco, al mismo tiempo y dentro de la misma relación;
3. dos proposiciones contradictorias no pueden ser verdaderas ambas. Este es el llamado “principio del tercero excluido”: dados los enunciados {A es x} y {A es diferente de x}, solo uno de los dos puede ser verdadero, al mismo tiempo y dentro de la misma relación» (23).
Erich Fromm en su obra El arte de amar muestra la tremenda influencia de estos principios duales de la Lógica Aristotélica en la forma de procesar la realidad en Occidente y que se diferencian de la Lógica No- Dual de las Tradiciones orientales [que este autor llama «Lógica Paradójica»] y que analizaré más tarde en profundidad:
«Pero aquí surge otra dimensión de la cuestión del amor a Dios, que debemos analizar para medir la profundidad del problema. Me refiero a una diferencia fundamental en la actitud religiosa entre Oriente (China e India) y el Occidente, diferencia que cabe expresar en función de conceptos lógicos. Desde Aristóteles, el mundo occidental ha seguido los principios lógicos de la filosofía aristotélica. Esa lógica se basa en el principio de identidad que afirma que A es A, el principio de contradicción (A no es no A) y el principio del tercero excluido (A no puede ser A y no A, tampoco A ni no A). Aristóteles explica claramente su posición en el siguiente pasaje: «Es imposible que una misma cosa simultáneamente pertenezca y no pertenezca a la misma cosa y en el mismo sentido, sin perjuicio de otras determinaciones que podrían agregarse para enfrentar las objeciones lógicas. Este es, entonces, el más cierto de todos los principios… (Aristóteles, Metafísica, libro 3, 1005b, 20.). Este axioma de la lógica aristotélica está tan hondamente arraigado en nuestros hábitos de pensamiento que se siente como «natural» y autoevidente, mientras que, por otra parte, la confirmación de que X es A y no es A parece insensata. (Desde luego, la afirmación se refiere al sujeto X en un momento dado, no a X ahora y a X más tarde, o a un aspecto de X frente a otro aspecto.) En oposición a la lógica aristotélica, existe la que podríamos llamar lógica paradójica, que supone que A y no-A no se excluyen mutuamente como predicados de X» (24).
Desde esta perspectiva dual aristotélica queda claro que «yo no puedo ser tú» al mismo tiempo y bajo la misma relación. «Yo no puedo ser la naturaleza» al mismo tiempo y bajo la misma relación. «Yo no puedo ser el árbol», al mismo tiempo y bajo la misma relación. «Yo no puedo ser Dios», al mismo tiempo y bajo la misma relación, dice la religión.
De aquí se deriva una concepción de la realidad y de la propia sociedad como un conjunto de seres o cosas idénticos solo a ellos mismos, – «cada A individual es solo idéntica a ella misma» –, y todos diferentes del resto. Se trata de una realidad de identidades separadas entre ellas que establecen pactos para relacionarse. En este caso la unidad o el conjunto social es una suma de las partes, de las diferentes identidades, que se mantienen siempre distintas y autónomas.
Se trata, por tanto, de una Lógica Dual basada en parejas de opuestos no complementarios, es decir, enfrentados entre ellos. La primera pareja de opuestos, – y de la que deriva el resto –, es la de Verdadero – Falso. O estas en la Verdad o estas en el Error. Si estas en la Verdad eres Bueno y si estas en el Error eres Malo. Si estas en la Verdad [en «mi» Verdad] eres Bueno y en consecuencia eres mi Amigo; y si estas en el Error eres Malo y en consecuencia eres mi Enemigo. Y si estas en «mi» Verdad, eres Bueno y eres mi Amigo te Defiendo; y si estas en el Error, eres Malo y eres mi Enemigo te Destruyo.
Desgraciadamente estas parejas duales de opuestos presiden la vida diaria de la sociedad capitalista artefactual en su interior llevando al enfrentamiento entre naciones, entre empresas, entre individuos, entre religiones. Pero también este comportamiento dual es la base de las relaciones de Occidente con las otras Culturas cuyos valores tradicionales son distintos. Estas Culturas son consideradas como «atrasadas», «no científicas [están el Error]», «no amigas», «malas» y, por tanto, deben de ser convertidas a los valores «verdaderos» occidentales, es decir, industrializadas, democratizadas ya sea recurriendo al convencimiento o impulsando guerras de destrucción (25).
1- La Lógica Dialéctica se deriva de la propia Lógica Aristotélica y de sus categorías duales Verdad- Error, Bien- Mal, amigo- enemigo… como se explica más adelante.
2- Génesis, 3, 4-6. Sagrada Biblia, Biblioteca de Autores Cristianos, 1957, p. 36
3- Evangelio de San Mateo 4, 1-11. Sagrada Biblia, Biblioteca de Autores Cristianos, 1957, pp.1267-1268
4- Rojo, A., «Verdad- Dialéctica- Universalismo. Las claves de los sistemas de poder en Occidente», Botinas, Ll., Iniesta, F., Rojo, A. (eds), De Marx a Platón: Retorno a la Tradición Occidental. Ediciones Liza. Barcelona. 1999, pág. 198
5- Marx, K., La Ideología Alemana, p. 19
6- Ritzer, G., Teoría Sociológica Clásica, Mc GRAW-HILL, Madrid, 2002, pp. 202-203
7- Marx, K., Manuscritos: economía y filosofía, Alianza, Madrid, 1968, pp. 105-106
8- Marx, K. y Engels, F., The German Ideology, Parte 1, C.J. Arthur (ed), International Publishers, Nueva York, 1970, p. 53
9- Ritzer, G., p. 308
10- Weber, M., La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo, Ediciones Península, Barcelona, 1975, pp. 42, 43, 44.
11- Citado por Weber, M., p. 45
12- Weber, M., pp. 48, 49
13- Weber, M., p. 244
14- RITZER, G., p. 310
15- Weber, M., pp. 259, 260
16- Rojo, A., «La invención de máquinas simuladoras de los procesos heurísticos de pensamiento», en Anthropos, nº. 164, enero 1995, Barcelona, pp. 33-39
17- Rojo, A., «La invención ingeniera informática. La invención social. Un nuevo saber distinto del científico», en Anthropos, nº. 164, enero 1995, Barcelona, pp. 6 -19.
18- Rojo, A., «La invención de máquinas simuladoras de los procesos heurísticos de pensamiento», en Anthropos, nº. 164, enero 1995, Barcelona, pp. 34-35.
19- Simon. H. A., Models of my life, Basic Books, USA, 1991, p. 207.
20- «Merab Mamardashvili vs the Soviet Mentality», en Lali Zakaradze, European Scientific Journal November 2014 /SPECIAL/ edition vol.2 ISSN: 1857 – 7881, p. 79.
21- Vargas Llosa, M., La Utopía Arcaica, Fondo de Cultura Económica, México, 1996
22- Ugarte Mego, F., «Ucronía Moderna. La Utopía Arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo de Mario Vargas Llosa», en Revista de Antropología, 4ª etapa, Año I, nº. 1, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2003, Lima, Perú.
23- Bustamante, G., «Los tres principios de la Lógica Aristotélica: ¿Son del mundo o del hablar?», en Revista FOLIOS, Segunda época, nº. 27, Primer semestre de 2008, pp. 24-30
24- Fromm, E., El arte de amar, Ediciones Paidós Ibérica, S.A, Barcelona, 2007, p. 89.
25- Rojo, A., «Los procesos de sustitución del sistema tradicional basaa por el estado moderno», en Iniesta, F. (ed), La frontera ambigua. Tradición y democracia en África, Edicions Bellaterra, Barcelona, 2007, pp. 381-391