Mundo Tradicional es una publicación dedicada al estudio de la espiritualidad de Oriente y de Occidente, especialmente de algunas de sus formas tradicionales, destacando la importancia de su mensaje y su plena actualidad a la hora de orientarse cabalmente dentro del confuso ámbito de las corrientes y modas del pensamiento moderno, tan extrañas al verdadero espíritu humano.

sábado, 26 de diciembre de 2015

PERSPECTIVAS NO DUALES DE LA PSIQUE. APROXIMACIÓN FENOMENOLÓGICA AL LOGOS ASTRAL (*) , por Sergio Trallero Moreno

Resumen:
Se plantea en líneas generales la visión de la psique humana y de los límites de su cognición dual desde la perspectiva metafísica de la espiritualidad tradicional, basada en una radical evidencia no dual, tanto epistémica como ontológica, puramente intuitiva, directa e inmanente a la Conciencia misma. Desde esta percepción se constata el sustrato no dual de todo aparecer y manifestación, entre cosmos y hombre, como establecen saberes ancestrales como la Astrología, a pesar de la aparente dinámica dual, polarizada en forma de devenir cíclico. Es así que toda reducción auténticamente fenomenológica debe desembocar en la Conciencia no dual de lo Absoluto, sin ser confundida con la mente de la individualidad humana, que eclipsa y vela en una falsa identidad egoica la única Realidad posible. 


Conocimiento no dual, conciencia y psique

Toda filosofía occidental, principalmente la moderna, permanece prisionera de categorías y esquemas duales, crecientes en la medida que la razón discursiva ha negado o eclipsado toda dimensión gnoseológica que pueda rebasarla. Vemos un mismo paradigma subyacente, como es comúnmente sabido, ya desde Platón entre el mundo arquetípico y el mundo sensible, o en Descartes entre la substancia pensante y la substancia extensa. Pero es la epistemología kantiana la más paradigmática ya que se encuentra en el trasfondo de cualquier esquema psicologista y positivista posterior. Intentando resolver precisamente la dualidad básica moderna entre racionalismo y empirismo, Kant no hizo más que desplazar el problema llegando a un callejón nouménico sin salida, a pesar de intentar salir de él a través de la fe en una “ideas reguladoras” o de la experiencia estética como confluencia de entendimiento e imaginación, soluciones más bien ad hoc en tanto corolario de su personal arquitectónica filosófica. El resultado es un sujeto atrapado en su propio esquema de entendimiento formal además de limitado a los datos sensorios, y al que se le escapa por tanto el sustrato último de su objeto, no empírico. Esto es, la conocida distinción entre el fenómeno y el noúmeno, que incluso podemos entrever en el principio de indeterminación de Heisemberg. Pero, ¿es realmente imposible toda ontología o no digamos ya metafísica (en tanto aprehensión epistémica de lo nouménico esencial) como se desprende de estas categorías y laberintos duales en los que ha desembocado el pensamiento occidental?(1)

jueves, 10 de diciembre de 2015

LA CRUZ CÚBICA Y EL OCTAEDRO, por Xavier Martínez Robles y Honorio Gimeno Pelegrí

La Geometría espacial es un medio muy utilizado por las Tradiciones Sagradas, sobre todo en las lecturas que, de ellas, hacen los grandes Maestros. El I-Ching, en la Tradición Extremo Oriental, y el Vedanta, en el Hinduismo, dan prueba de ello. 
Quizás la teoría de que “una imagen vale más que mil palabras”, fuera aplicable al caso, pero lo que sí es cierto es que las palabras, por sí solas, no pueden abarcar la comprensión de la Verdad revelada; pues, como todos sabemos, muchas veces una sola mirada, es suficiente para la comprensión de una verdad inmutable. 
Siguiendo el caso del I-Ching -que se originó por la teoría de que a Dios no se le puede nombrar, pero se le puede dibujar, lo que dio lugar a los trigramas y los hexagramas-, intentaremos exponer, mediante la Geometría espacial, la representación de la Manifestación divina, basándonos en la Cruz Cúbica y en los Cuerpos Platónicos, concretamente: el Octaedro. 
Para iniciar la representación Geométrica, es interesante empezar por la Ontología de la Zarza Ardiendo (Ahí, acudimos al Judeo-Cristianismo). En este pasaje bíblico Dios se da a conocer a Moisés diciéndole: “Yo Soy el que Soy”. Expresión bastante taxativa de su correspondencia con la hindú: “El Ser Es”. Lo que nos lleva a representarlo geométricamente como el punto origen de todo el Universo, del cual todo emana en la formación de su Manifestación, que constituye lo que en Cristianismo denominamos como “Creación”. 
Geométricamente, de ese punto Original emana el haz de indefinidos radios de longitud indefinida, que colman la totalidad del Universo; por lo que, obviamente, su forma espacial sería la de una esfera. Y, para facilitar la comprensión, haremos que su representación venga dada por los tres diámetros: Zénit-Nadir, Este-Oeste, Sur-Norte, de los que, el primero, unirá los dos polos y, los segundos, los ejes perpendiculares del ecuador; representado así, esos tres diámetros, los ejes de los que puede partir el Universo en cada uno de los Grados de Existencia (Este-Oeste, Sur-Norte), como en el conjunto de todos ellos (Zénit-Nadir). Este cruce de ejes, geométricamente, sería, a todas luces, una cruz cúbica. (Ver Figuras 1 y 2

lunes, 16 de noviembre de 2015

REQUISITOS INICIÁTICOS PARA UNA REALIZACIÓN ESPIRITUAL EFECTIVA SEGÚN EL ADVAITA VEDANTA (Según las indicaciones de Sankara en su Vivekashudamani (La joya suprema del discernimiento) (*), por H:. Graal

Aunque aquí vayan a tratarse los requisitos iniciáticos que contempla el advaita vedanta, veremos que la mayoría no son incompatibles con la iniciación masónica, o no tendrían que serlo, al menos en su generalidad y aplicación individual y a pesar de que en la orden masónica no exista un gurú o maestro espiritual de carne y hueso, siendo substituido por la práctica ritual de un simbolismo sagrado y de un trabajo colectivo realizado bajo los auspicios de los principios espirituales de la orden y la omnipresencia del G:.A:.D:.U:., pues : 

“Allí donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos.” (Mateo 18. 20)

Dice Sankara: “Ciertamente, hay tres cosas que son muy difíciles de obtener y que se consiguen solamente por la gracia de Dios: un nacimiento humano, sentir un fuerte anhelo y disposición por alcanzar la liberación espiritual y la protección de un sabio perfecto o Satgurú” (v.3), o aquí en su defecto, de una tradición o vía espiritual viva y una doctrina metafísica perfecta. (La palabra Satgurú, en este caso, cabe analizarla; la sílaba “gu” significa oscuridad, y la sílaba “ru” significa luz; así pues, Gurú es aquel que disipa la oscuridad mediante la revelación de la Luz, que en la masonería es aquello que pide el candidato al entrar en el templo y aquello que dispensa la orden a sus iniciados. “Sat” significa Ser o Verdad, en este caso, el G:.A:.D:.U:. Satguru significaria pues Maestro de la Verdad revelador de la Luz y disipador de la oscuridad.)

“Aquel que después de haber nacido humano (y varón añade Sankara) y como un necio no hace esfuerzo alguno para obtener la liberación, es como si se suicidase. Ese hombre se labra su propia destrucción apegándose a este mundo irreal y a los objetos transitorios.” (v.4)
“¿Hay alguien más estúpido que aquel que después de haber obtenido excepcionalmente un cuerpo humano se deja llevar por la pereza y no hace el debido esfuerzo para realizar el verdadero propósito de esta vida?” (v.5)

jueves, 29 de octubre de 2015

NOTA EDITORIAL. OTOÑO 2015

Mundo Tradicional cumple cinco años de su existencia en la red con un saldo de más de 3000 visitas al mes, principalmente del mundo hispano-hablante, que si bien es nada comparado con otras webs, es bastante, a nuestro parecer, para este tipo de temas, dando por sentado que jamás hemos pretendido ser “populares”, hacer proselitismo ni vulgarizar los temas.
A estas alturas y visto que algunos sitios y blogs usan nuestros trabajos y estudios originales (más de un centenar ya), a la vez que algunos seguidores se han puesto en contacto con la Redacción, tendríamos que señalar de nuevo que, a pesar de tocar tradiciones diversas, ninguna se toca desde “fuera” o desde un saber “académico”, y mucho menos de “aficionado” o de “buscador”. 
Curiosamente, algunos asiduos a M.T. nos han llamado “académicos” o han deducido que lo somos a decir por la seriedad y el rigor en el tratamiento de los temas. Sin embargo, no lo somos y francamente no nos interesa la óptica “escolar” ni académica, ni la erudición ni el historicismo, bien interesantes desde otro punto de vista pero que no es el nuestro. 
Nuestra perspectiva es esencialmente iniciática con toda modestia, precisamente porque es la que menos atención prestan los medios y los medias en general, sino no es casi siempre desde un lamentable enfoque pseudo-iniciático cuando mucho, cargado empero de pueriles pretensiones. Vale decir que nuestro enfoque se desprende de linajes iniciáticos bien concretos y reales y nada más… ni menos.
Hemos intentado cumplir lo mejor posible con el enunciado del subtítulo: Espiritualidad de Oriente y de Occidente, sobretodo acercando tradiciones vivas pero prácticamente desconocidas de Oriente a Occidente, como el Shivaismo advaita cachemir y el Tasawwuf islámico, sin dejar de ser fieles al espíritu de ellas mismas y sin intención de alterar su discurso con la excusa de  “adaptarlas” a la mentalidad occidental.
Esperamos poder continuar con tan loable labor y ser útiles a muchas personas que ya mismo sienten un intenso deseo de ser realmente ellas mismas y no un confuso producto mental del difícil medio que nos ha tocado vivir.
                                                                                            
La Redacción

jueves, 15 de octubre de 2015

LA SHAKTI Y EL DESPLIEGUE DEL UNIVERSO EN EL SHIVAISMO ADVAITA CACHEMIR, por Manuel Plana

En el Shivaismo advaita Cachemir, también llamado Trika, el proceso cosmológico (o cosmogónico) no hace sino reseguir, como en un juego de papiroflexia, las diferentes contracciones o “pliegues” de los poderes divinos resumidos todos en la divina Shakti, íntima consorte de Shiva. Aunque nociones aquí aparentemente contrarias, contracción y despliegue se complementan, ya que la primera lo es con respecto al Principio y la segunda con respecto a la manifestación. Estos poderes o energías, aunque en número ilimitado, se resumen todos en tres principales: Icchâ-Shakti (Poder de Voluntad), Jñâna-Shakti (Poder de Conocimiento) y Kriyâ-Shakti (Poder de Acción o de Hacer-jugando –Lila o Kridâ),  a las que se añaden también Cid-Shakti (Poder de Conciencia) y Ânanda-Shakti (Poder de Beatitud o Plenitud – Pûrna). (1)
Entiéndase que estos poderes son ilimitados, infinitos y eternos, ligados respectivamente a la Omnipotencia (Sarvarkartrtuam), la Omnisciencia (Sarvajñatuam) y la Omnipresencia (Vyâpakatuam) divinas inherentes al Sí-Mísmo o Pâramahanta (Yo Supremo). No son atributos, cualidades o hipóstasis, como  tampoco lo es Su Shakti, sino el poder indivisible e inseparable de Shiva de tomar conciencia de Sí-Mismo (Vimarsha) como tal.
Este despliegue se efectúa según un número determinado de Tattuas, categorías o condiciones de manifestación (2), 36 en total, las cuales se dividen en tres principales grupos: la Tattuas puros o no-duales (Aparâ), los puros-impuros (Parâ-Aparâ), y los impuros (Aparâ). El grado de pureza lo marca precisamente el carácter más o menos no-dual de los mismos, que según “desciende” el proceso de contracción divina (Akhyati), se vela progresivamente con la falsa apariencia dual de los mismos por efecto de Mâyâ, y decimos falsa apariencia dual porque realmente todo el proceso es no dual, pues jamás implica separación o división de la Unidad no-dual o sin segundo de Shiva. En efecto, entre el Tattua supremo o Shiva y el último, Prithivi, la solidez  y “corporalidad” del elemento Tierra, no existe separación o escisión ninguna. Ningún otro que Shiva podría manifestarse aún en los estadios más burdos y particularizados del Ser, pues Él es también Omniforme. De igual modo, la estructura de los 36 Tattuas no es estática a modo de “lista” sucesiva de condiciones, sino que: “Además, en las escrituras se ha determinado que en cada unos de los Tattuas o categorías existen los treinta y seis Tattuas. Igualmente, todos los treinta y seis Tattuas residen únicamente en Shiva”. (Parâtrinshikâ Vivarana 5-8 (3).

sábado, 12 de septiembre de 2015

DIÁLOGOS INTERRELIGIOSOS Y FANATISMOS MODERNOS (*), por Manuel Plana

A partir de cierto momento y para hacerse inteligibles a la mayoría de los hombres, las realidades espirituales se han tenido que adaptar a formas de expresión que, en el curso de los tiempos, se acomodaran de manera diferente al horizonte intelectual de la mentalidad general, fluida y mudable como las circunstancias cíclicas y también propensa al olvido. En eso consisten precisamente todos los “exoterismos”, sean religiosos o no, la versión “externa” de una tradición metafísica encarada a lo social y dirigida a la mayoría. Lo esencial de una doctrina o verdad espiritual se reviste a veces de una simplicidad expresa, de clichés formales comunes para ser accesible a la comprensión de todos y un modo efectivo de participación en lo sagrado. 

La expresión directa de esas realidades por parte de Enviados y Profetas a quienes se han revelado ya debe acomodarse a ello; Jesús habla claro y directamente a los apóstoles, pero a la mayoría en parábolas, para que “oyendo no oigan y viendo no vean”(Marcos 4:12. Lucas 8:12); Muhammad (slaws) afirma que si hablara abiertamente de las verdades que le han sido reveladas, la muchedumbre lo lapidaría; y Moisés destruye las primeras tablas de la Ley al constatar la incomprensión y degradación de su propio pueblo, cosa que habrá de persistir durante toda su misión obligándole a modificar mediante unas segundas tablas la primera revelación. 

jueves, 20 de agosto de 2015

SOBRE LOS FALSOS MAESTROS ESPIRITUALES, por Manuel Plana

En un artículo del Sr. Nuredinn Gastón Gandolfi (1) se denuncia acertadamente la creciente avalancha de falsos maestros y líderes “espirituales”. “En la actualidad, dice, los maestros de las distintas tradiciones orientales abundan más que discípulos”, hecho que a mayor profusión incluso, puede apreciarse también en lo que toca a las tradiciones occidentales. Precisamente, el autor elabora una lista de “protocolos” de comportamiento por los cuales poder advertir la estafa pues, ciertamente, son bastante recurrentes, aunque dada la variedad de casos, toda lista será siempre esquemática y provisional. Señalemos un punto que podría prestarse a confusión cuando el autor dice que: “sólo un profesor en la materia, asignado por un verdadero maestro, puede impartir enseñanza espiritual”, lo cual es perfectamente cierto. En el tasawwuf, por ejemplo, nadie que no esté en posesión del “idn” (permiso o autorización) del sheikh de una tariqa regular, puede impartir enseñanza alguna sin quedar automáticamente descalificado. Sin embargo, la palabra “profesor” podría confundir la función con una  enseñanza de tipo académico o escolar, es decir, profana y exterior, cuando aquí se trata de un ámbito estrictamente iniciático y los conocimientos en causa también, sin relación alguna, más bien lo contrario, con lo “académico”. Los moqaddem o delegados de un sheih pueden dar en nombre suyo el pacto a un nuevo hermano y también en muchos casos enseñanza (dhars) de din, fiq o ‘aqida islámicos pero nunca substituir la que da en presencia el propio sheikh. Lo mismo podríamos decir de otras tradiciones en las que existe una organización iniciática en presencia.

sábado, 1 de agosto de 2015

“GURUS” NEO-ADVAITA Y SUS DETRACTORES

El persistente confusionismo -y travestismo- que en estas últimas décadas se ha producido entre las verdaderas doctrinas tradicionales advaitas (no-duales) orientales y sus linajes iniciáticos, y las corrientes pseudo-espirituales llamadas neo-advaita, de manufactura occidental, merece aclaraciones cada vez más precisas y pertinentes, al tratarse de un tema muy importante que toca precisamente la esencia y el núcleo de toda verdadera forma de espiritualidad encarada según la posibilidad de su realización efectiva, siendo lo último, por cierto, que quedaba por malograr y confundir.
A este respecto, el estudio del profesor Phillips Charles Lucas, del cual facilitamos el enlace para su lectura, es muy explícito al explorar el fenómeno en su raíz. Aunque enfoca el tema como fenómeno sobretodo en los EE.UU, su difusión sigue las mismas pautas en el continente europeo.

http://www.advaitainfo.com/articulos/gurus-neo-advaita.html


La Redacción

jueves, 16 de julio de 2015

EL SIMBOLISMO DEL ELEMENTO AGUA (y II), por Sergio Trallero Moreno

Observamos primeramente la naturaleza mediadora del Agua, al situarse entre los elementos espirituales masculinos Fuego-Aire y la Tierra o elemento de concreción material última, lo que le otorga interesantes posibilidades combinatorias. En este sentido, se da un misterio en la génesis y combinación de los cuatro elementos siempre que los consideremos más allá de los postulados racionalistas y descriptivos al uso para el hombre occidental. El trasfondo simbólico es riquísimo en la gama de perspectivas que nos abre en la percepción de lo real, pues es la misma Naturaleza hablando en un lenguaje claro, simple y esencial. Sin ir más lejos, en una primera aproximación fenomenológica, constatamos que el Agua conserva el carácter fluídico del Fuego pero más coagulado y no ya ascendente sino descendente; también conserva cierta invisibilidad del Aire debido a su carácter translúcido y transparente; y a su vez se puede cerrar en formas opacas, con superficies definidas, al igual que el elemento Tierra, con el que comparte la atracción por la fuerza de la gravedad. Pero es lógico ver significativas correlaciones pues realmente constituyen cuatro aspectos de una misma sustancia de la que está hecho el mundo sublunar de la generación y la corrupción, siendo el éter el quinto elemento del mundo supralunar de las esferas planetarias, como enseña la cosmología tradicional.  
Desde un lenguaje hermético-alquímico, un tanto más críptico pero igualmente directo, se describe que así como la acción del Fuego sobre el Aire produce el Azufre (la voluntad espiritual), la influencia del Aire sobre el Agua genera el Mercurio (la psique en su conjunto de facultades), y a su vez la del Agua sobre la Tierra produce la Sal (el estado cristalizado de la corporeidad). 

viernes, 3 de julio de 2015

EL SIMBOLISMO DEL ELEMENTO AGUA (I), por Sergio Trallero Moreno

¿Dónde está lo real-, en el cielo o en el fondo de
las aguas? En nuestros sueños, el infinito es tan profundo
en el firmamento como bajo las aguas.
El sueño le da al agua el sentido de
la patria más lejana, de una patria celeste.

Bachelard, G. El agua y los sueños. 

El Agua representa el elemento plástico de la naturaleza, permeable, fluido, magnético, reflector. Desde siempre se ha identificado con la psique en su amplio sentido, ese universo de vivencias interiores en el que se gesta sutilmente todo proceso de trasformación y de crecimiento necesarios para el despliegue de la vida misma. Para una mejor comprensión de ello es imprescindible una breve aproximación a cómo se ha considerado este elemento en sentido arquetípico y universal desde las tradiciones sagradas más importantes, en lo que sería el legado de una misma sabiduría perenne. Pues es el elemente generador de las imágenes por excelencia y nada mejor para su comprensión profunda que la visión milenaria de sus mitos.  
Lo que destaca de forma unánime es el símbolo universal de unas Aguas primordiales, un estado amorfo, indiferenciado, caos metafísico en la noche de los tiempos que precede a todo acto “cósmico”, creativo, ordenador y discriminativo. Es así que estas aguas serían la verdadera materia prima, esa sustancia original de la que emergen todas formas de vida en tanto fuente y origen. Ante todo representan la matriz de todas posibilidades de existencia, la totalidad indefinida que gesta en su seno todas las formas en estado sutil de latencia, a modo de receptáculo de todos posibles gérmenes y semillas.  
Por tanto nos encontramos con el sustrato metafísico que permite toda physis, toda naturaleza y manifestación, es decir, el Ser indiferenciado del que están hechos todos los seres diferenciados, una misma sustancia que todo lo envuelve y penetra, y de la que necesariamente todo brota y es gestado.Es curioso que el considerado padre de la filosofía occidental, Tales de Mileto, escoja al agua para referirse a ese principio esencial y constitutivo (arkhé) que subyace a la naturaleza misma, llegando a afirmar que todo está vivo y animado. Seguramente se inspiró en mitos que le precedían, pues ya en Homero se habla de un misterioso Océano original totalmente ilimitado y abierto (apeiron) como origen de todos los dioses. 

miércoles, 10 de junio de 2015

SIGNIFICADO Y FUNCIÓN DE LA CREACIÓN ARTÍSTICA, por Manuel Plana

Las categorías oficiales que la entelequia moderna establece entre las diversas aplicaciones artísticas son relativamente recientes (especialmente las que inspiran las vanguardias) y no concuerdan con ninguno de los modelos tradicionales de otras culturas ni con los de la suya propia anterior a la modernidad, es decir, al Renacimiento. Tampoco responden a criterios inspirados en alguna nobleza superior del gesto creativo ni de su trascendencia espiritual; tampoco, de hecho, con la lógica de un sentido cualquiera de unidad cultural o de estilo, sino en la expresión exclusiva y anárquica del universo mental-emotivo del artista. Ante eso hay que admitir que el arte moderno es algo bien singular dentro de la historia universal del arte, y habría de preguntarse si esa singularidad culmina magistralmente su propia historia o bien por el contrario, es una grotesca parodia residual, la deriva hacia una vía muerta o los detritus más  arrogantes de la decadencia de la sociedad occidental moderna. (1) 

El poco valor dado a oficios y artesanías tradicionales en provecho de un supuesto “Gran Arte” moderno, al que ahora toda groseria, mediocridad y estupidez le son aplaudidos además de bien remunerados, no podría ser más que el resultado de una incomprensión profunda del gesto creativo, de la función verdadera del arte y de una deriva irreversible hacia el caos de la intelectualidad, la sensibilidad y el oficio abandonados a sí mismos sin un modelo orgánico ni dirección sana. 

viernes, 15 de mayo de 2015

SOBRE ALGUNOS RITOS MASÓNICOS SUPLEMENTARIOS, por H:. Graal

Dentro de la regularidad masónica existen algunas prácticas iniciáticas compatibles con su ritual que algunas logias incluyen en sus trabajos. La ausencia de actividad ritual regulada entre la apertura y la clausura de los trabajos ha dado pie a ello si lo que se pretende es salir del protocolo normal de tipo administrativo más que iniciático. Las prácticas pueden ser variadas siempre que se atengan al grado y a las características de la Orden; los sincretismos, aquí como en cualquier otro contexto iniciático, son funestos para la coherencia y unidad de la vía tradicional en juego y, desde luego, para la salud espiritual del iniciado. La invocación de ciertos nombres sagrados, por ejemplo, siempre ha revestido polémica al tener que elegir. Se sabe que El-Shadai (el Omnipotente) era una fórmula de invocación y evocación ritual entre los antiguos operativos, lo cual ha quedado fijado en algunos grados del R.E.A.A. No obstante, su invocación ritual en las logias actuales presenta algunas dudas a parte de ser muy incierta.
De hecho, si tuviéramos que atenernos a los libros sagrados, es decir, a las tradiciones que la Masonería acepta como compatibles (los que figuran y pueden figurar encima del Altar de los Juramentos), algunos de los nombres sagrados que aparecen en ellos podrían invocarse ritualmente en logia y como parte de la labor iniciática, sólo que cabría afinar muy bien las características simbólicas de cada uno con respecto al grado y a la función, cosa que exigiría una sólida formación simbólica de ambas tradiciones por parte del cuadro de oficiales. Pero aunque así fuera, al tratarse de ámbitos iniciáticos, para invocar un nombre sagrado hebreo, islámico o hindú, por ejemplo, no lo podría decidir el sólo criterio del taller sino el permiso y la transmisión de un representante autorizado de la tradición concertada. 

miércoles, 29 de abril de 2015

SOBRE ALGUNOS SÍMBOLOS Y OPERACIONES DE LA ALQUIMIA HERMÉTICA, por Manuel Plana

Algunas puntualizaciones a modo de introducción

Como se sabe, las etapas de la realización espiritual varían según cada vía y forma tradicional; la propia variedad de estados en que se manifiesta el Sí mismo, meta y objeto de toda realización, es en número indefinido. Sin embargo, ningún esquema iniciático tradicional sigue pautas arbitrarias, sino que responde a su propio punto de vista metafísico o al Plan creacional mismo contemplado desde alguno de sus principales aspectos, siendo la iniciación su mimesis ritual y consciente. Este Plan, aunque comporte indefinidos estados, ellos mismos se agrupan por categorías universales, del mismo modo que en el cuerpo las células, los órganos, los miembros, etc... dándose por entendido que no se trata de recorrerlos todos sino que, en tanto modalidades de una misma cosa, alcanzando el centro de cada una de estas categorías, quedan todos realizados por añadidura. Así, en cuanto tales, son distintos o diferenciados hasta cierto punto, a partir del cual ya no puede hablarse de diferencias ni tampoco darles el sentido cuantitativo ordinario. 

Todas las tradiciones completas hablan de dos grandes fases en la vía, en relación directa con los principales aspectos de la deidad o del Sí mismo, el inmanifestado y el manifestado, el Impersonal y el Personal, Grandes y Pequeños Misterios en la antiguedad occidental; Bauddha-Ajñâna y Paurusha-Âjñâna del shivaismo advaita cachemir; el-Fana y el Fana al-Fanai (extinción y la extinción de la extinción) en el sufismo; grados azules y altos grados en la Francmasonería, etc... los cuales se corresponden igualmente con la propia división general de la cosmogonía en Cielo y Tierra o Aguas Superiores e Inferiores, es decir, en dos grandes órdenes de posibilidades distintas de ser y de realidad, una informal y supraindividual y otra individual y formal que el hombre incluye en sí mismo.

Los Pequeños Misterios lo son de la Tierra en el sentido más ámplio del término, es decir, de lo que suponen todas las posibilidades del plano de existencia que corresponde al humano de este ciclo o Manvántara. Por ello su culminación incluye la restauración de su perfección primordial  (paradisíaca), la redención cristiana de la "caída", con la consiguiente regeneración psíquica del misto, que para ello ha tenido que pasar por una serie de transmutaciones internas y desandar todo el trecho laberíntico que lo separa del Origen. En el caso de los Grandes Misterios, del Cielo, ya no se trata de ninguna transmutación o pasaje por estados individualmente (o formalmente) diferenciados, sino al contrario de una transformación o paso más allá de las formas y las diferencias, y por tanto de la propia noción de separatividad, dualidad y cantidad. Existe entre ambas posibilidades una jerarquía ontológica que hace de los primeras un reflejo sucesivo y condicionado de las segundas, la corriente psico-somática de las formas y el mundo espiritual de los principios inmutables en términos platónicos. Unos se recorren horizontalmente, en modo sucesivo y distinto, como una metamórfosis hacia la forma verdadera, y otros verticalmente y fuera de toda idea de sucesión, de cambio  y de forma. A este respecto puede hablarse, como hace el sufismo, de estados (Ahwal) y estaciones (Maqam); los primeros van y vienen, los segundos suponen algo estable y adquirido de una vez por todas. Y es patente que el paso  de una a otra de estas categorías o estados, supone siempre una muerte y un nacimiento simultáneo, precisamente porque no existe otro modo de pasaje; se impone un paso al límite, una ruptura de nivel, que no puede provocar ningún recorrido sucesivo y cuantitativo de estados.


martes, 7 de abril de 2015

“VIA SECA” Y “VIA HÚMEDA”, por Manuel Plana

En la tradición Hermética se habla de dos vías diferentes que conducen a la realización de la Gran Obra, equivalente a los Pequeños Misterios de las antiguas iniciaciones grecolatinas, es decir, los misterios cosmogónicos y la restauración del estado primordial humano, siendo una preparación a los Grandes Misterios que, como veremos, también están prefigurados en el hermetismo. Estas dos vías son llamadas "vía seca" y "vía húmeda", equiparadas respectivamente a la "vía solar" y a la "vía lunar", siendo obvia la relación entre las aguas, lo húmedo y la Luna, así como entre el Sol, el fuego y lo seco.
Según Guénon: "las diferencias esenciales que existen entre la vía de los iniciados y la de los místicos,  digámoslo de paso, corresponden respectivamente a la "vía seca" y la "vía húmeda de los alquimistas" (1). Parece extraño a primera vista que una forma iniciática y no religiosa como es la Hermética, incluya en sus propios métodos unos que no lo son, puesto que ambas vías difieren en muchos aspectos.  ¿Cómo puede acomodarse una forma místico-religiosa en la tradición Hermética? ¿Conducen las dos vías a metas distintas, o son quizá etapas diferentes de un mismo camino? A grandes rasgos, según Guénon lo que caracteriza a una y otra vía, según el contexto iniciático de la "seca" y el místico-religioso de la "húmeda", es que mientras la primera es una ascesis espiritual por el conocimiento, activa y ordenada según etapas precisas que conducen a la superación de los límites individuales, la segunda es una ascesis pasiva donde prima el elemento sentimental y no el intelectual de la Gnosis, por lo que los estados místicos tienden a quedar encerrados en los límites formales de la individualidad, solo superados esporádicamente en momentos de rapto, visiones u otro tipo de estados, mayormente de orden psíquico más que espiritual.  Así, mientras la primera supone la perfección y superación del estado humano, la segunda tan solo el acceso a determinados estados parciales de aquel.     

lunes, 16 de marzo de 2015

INTRODUCCIÓN AL SHIVAISMO ADVAITA CACHEMIR. La doctrina del Reconocimiento

La Consciencia es el Señor

Meditaciones sobre el texto Pratyabhijñahrdayam de Utpaladeva

El divino juego (kridhâ, lilâ) de ocultarse y revelarse del Sí-Mismo. El reconocimiento de nuestra verdadera naturaleza.

Charla y coloquio a cargo de Manuel Plana, Sergio Trallero y Artur Sala (sádhakas del linaje Parama Maeshwara Acharya Abhinavaguptapada, y de su guruji Kamlesh Dutta Tripaty de Varanasi, India)


LIBRERÍA SANTO DOMINGO

C/Santo Domingo del Call nº 4. 08002 Barcelona
Barri Gòtic. P. San Jaime. 933173222
Sábado 28 de Marzo 2015. 19 h. - 21’30 h. 


La verdadera naturaleza del ser humano no es su corporalidad ni su ego ni su universo mental. El envoltorio que le sirve de instrumento para percibir su entorno no es sino eso, una herramienta que, como todo lo material y compuesto, nace, crece y muere cuando ya no sirve. El Ser verdadero es otra cosa muy distinta. Es simple, autónomo y no sujeto al cambio, al tiempo ni al espacio, pero tan próximo a uno mismo que no lo advierte. De ahí que los Vedas digan de Él que: “es más tú mismo que tu mismo”, y el Sufismo: que su propia evidencia (unicidad) es su velo.  Conocerlo es el fin de la existencia y la meta de todos los deseos, pues sólo en Él se encuentra el centro del verdadero reposo y el cese de todos los afanes. 
La programación mental es lo único que se interpone entre el individuo y el Ser verdadero, que las tradiciones llaman Dios, Absoluto, Gran Espíritu o Consciencia Suprema, aunque ningún nombre le hace justicia pues es la fuente desconocida de todo lo conocido, la única Realidad y el único Sujeto verdadero. Todas las tradiciones proponen un camino para llegar a Él. Pero las no-duales aportan una luz diferente al tema. Lo que no tiene principio ni fin no puede realizarse porque ya está desde siempre realizado y en presencia. Nadie nunca ha podido separarse de su Sí Mismo, y dado que no existen dos Sí Mismos, he aquí la cuestión. Es la programación mental-egótica con todo su universo de falsas concepciones contrarias las que, fuertemente arraigadas en los hábitos y el comportamiento, se alzan como verdaderos obstáculos a la realización, promoviendo una confusión continua entre el verdadero Sí Mismo y el falso sí mismo o estado psicosomático.
El Shivaismo advaita Cachemir, rama de la tradición espiritual más antigua de la humanidad, propone un método preciso para eliminar esos obstáculos, resumidos todos en dos tipos principales de ignorancia igualmente decisivos: la ignorancia intelectual (Bauddha-ajñana) y la ignorancia experiencial (Paurusha-ajñana). La primera nos hace conscientes de nuestros falsos conceptos de la realidad y de nosotros mismos. La segunda nos permite vivenciar, aquí y ahora, la experiencia no-dual, es decir, de plenitud, del verdadero Sí Mismo.
El método es el “reconocimiento” (Pratyabhijña) inmediato de la ilusión como ilusión y lo verdadero como la Realidad, eliminando la confusión que hacemos siempre entre nuestros procesos mentales (vikalpas) y la Consciencia (samvit, cid, etc…),  que es siempre pura, eterna e inmaculada como el propio acto de Ser.

lunes, 2 de marzo de 2015

HITLER VS EVOLA, por Karl Santhrese

A propósito de las diferentes acusaciones que se ven circular contra Julius Evola por su supuesto compromiso con el nacionalsocialismo y el fascismo, por su supuesta militancia en esas ideologías políticas u otras de igual radicalismo obtuso, tenemos de primera mano el testimonio de lo que opinan de él los propios nazis contemporáneos para hacernos una idea clara de la insensatez de esas acusaciones. 
Evola siempre declaró ser de la derecha “tradicionalista”, incluso gibelino “imperialista”, pero nazi y “facha” no precisamente. En sus escritos y su correspondencia privada, no se cansa de decir que jamás militó en esas facciones y que por eso mismo estuvo siempre mal visto por ellas, por su falta de completo compromiso que le reclamaron sin éxito. Y mal visto también por las izquierdas democráticas, ateas y progresistas,  por su supuesto interés por aquellas.  En fin, fue siempre un personaje “incómodo” para ambas partes, como Guénon que, ya en vida y también muerto, le hacían centro de las ideas más reaccionarias a pesar de desmentirlo insistentemente. 
La Redacción

El siguiente artículo que elaboré esta destinado a prevenir a los camaradas sobre la influencia nefasta de un escritor italiano llamado Julius Evola. 
El desconocimiento de muchos camaradas que se están formando doctrinalmente, muchas veces les juega en contra. Actualmente observamos que prácticamente la mayoría de los camaradas NS son autodidactas, pero esta formación puede muchas veces “descarrilarse” de la esencia del NS, cuando no se le advierte a los nuevos camaradas, sobre algunos peligros ideológicos. Mucho más peligrosos para un nacionalsocialista, que el marxismo (ya que el marxismo es directamente combatido), son las ideas disolventes de Evola. Este escritor (que no fue nazi, ni fascista) es peligroso porque abarca la problemática de los males modernos, lográndose mimetizar con términos utilizados por nosotros, pero al efectuar la crítica bajo un punto de vista radicalmente diferente al nuestro, el efecto final es la confusión y el desastre. Algunos evolianos han intentado infiltrar sus ideas a las nuestras, intentando cambiar su esencia. Ante todo debemos tener en cuenta que el NS no se puede perfeccionar, es perfecto, el 99% de las ideas de Hitler vertidas en “Mi Lucha” son inmortales. Lo que si puede ser sano, es brindar ideas que amolden el NS a las distintas realidades en los distintos países de raza blanca, pero jamás cambiar su esencia y su norte. Evola no solo combate el nazismo de una manera muy pero muy fina, sino que justamente destruye la esencia de la concepción racista hitleriana, brindando una “nueva visión del racismo” pero desde la “derecha tradicional”, los efectos del influjo de estas ideas en muchos camaradas son espantosos (mostraré más adelante algunas ideas y frases de los evolianos). Nosotros debemos saber que no se puede mejorar lo perfecto. El NS fue una obra perfecta en todos los sentidos. 

viernes, 13 de febrero de 2015

NOTA SOBRE LA DUALIDAD Y NO-DUALIDAD EN LAS TRADICIONES ESPIRITUALES, por Manuel Plana

A propósito del pensamiento dualista religioso, un autor cristiano (1) comentaba: “El dualismo es un problema que nos ha molestado durante muchos años, aproximadamente 1900, aunque suene simpático este problema ha significado un inconveniente mayúsculo en las áreas filosófica y teológica de nuestro pensar, por casi toda nuestra existencia como iglesia cristiana” (…) “Nuestro origen argumental es la palabra de Dios antes y después de la venida de Cristo, pensaba, es un hecho comprobado que la forma de ser de los judíos vetero-testamentarios y neo-testamentarios (en los que están todos los apóstoles) el que todo su ser fuera una sola realidad, ellos no observaban divisiones como las observamos nosotros, (2) esto principalmente porque su forma de desarrollar el pensamiento no estaba dividida como en el caso de los griegos helenistas. Gordon J. Spykman define uno de sus puntos iniciales en su prolegómena como el rechazo a ver filosofías helenistas en el trasfondo del nuevo testamento y por ende observar su trasfondo hebreo como punto de interpretación.” (3) (…)  “Pensar en dos reinos ha significado el más grande obstáculo que nuestra filosofía y teología ha tenido hasta el día de hoy, incluso podríamos definir que todos nuestros problemas básicos son originados en esta forma de pensar dual que hasta el día de hoy nos alcanza.” (…) “Desde el comienzo de la ética cristiana, después de los términos del nuevo testamento, el principal concepto subyacente al pensamiento ético, y el que consciente o inconscientemente ha determinado la totalidad del curso, ha sido el concepto de la yuxtaposición y el conflicto de dos esferas, una divina, santa, sobrenatural y cristiana, y la otra, mundana, profana, natural y no cristiana.” (4)

Este fenómeno no solo afecta al cristianismo sino a las religiones en general e incluso, como demuestra el autor, a todo el modo de pensar especialmente occidental (5). El enfoque dual de las religiones también es propio de la perspectiva cosmológica tradicional, sino el punto de vista cosmológico mismo. Esencia y substancia, cosmos y microcosmos, Cielo y Tierra, Espíritu y Materia, Solve et Coágula, son los pilares de toda la dialéctica cósmica y sirven, efectivamente, para explicar las causas del devenir y la estructura del mundo, del ciclo y del hombre, pero siempre como un proceso orgánico, unitario y orientado a la unidad o no-dualidad, pues es de ahí de donde surgen y en ella en quien se resuelven perpetuamente todas las tensiones que esa dualidad genera o parece generar en su mutua interacción. Si no es así, las cosmogonías pronto degeneran en animismos dualistas, politeístas o formas de magia y pequeños poderes. Siendo originalmente reveladas junto a todas las ciencias sagradas, inseparables del carácter unitario de la totalidad manifiesta, sirven provisionalmente de modelo para la realización espiritual del ser humano, pues explican su constitución interna y externa. Y en su aplicación social, para el ordenamiento espacio-temporal de lo  humano, que así queda “sacralizado” a imagen del orden cósmico. No obstante y mientras el enfoque queda circunscrito al ámbito de la cosmogonía, la dualidad permanece.

miércoles, 28 de enero de 2015

DIVERSIDAD Y CONFLUENCIAS DEL PENSAMIENTO ISLÁMICO, por Sergio Trallero Moreno

En el vasto y complejo mundo llamado Islam, tanto la filosofía, como el sufismo, como la jurisprudencia, como el chiísmo, comparten la búsqueda y acceso hacia la Verdad, en este caso simbolizada por la Revelación de Muhammad. Otra cosa será las vías, métodos, doctrinas y exclusivismos propios, que crearán tanto paralelismos reconciliables como divergencias imposibles de integrar. Partiendo de la base de la elaboración de un “corpus” y entramado genuinos que se forjaron durante los primeros siglos después de la hégira, y que dio lugar al desarrollo de una “cultura clásica” propia del Islam, no fueron ni mucho menos homogéneas las interpretaciones posteriores que se dieron, sobre todo con respecto al estatus, lugar o preservación de la Revelación. 
Debido a la creciente asimilación de saberes extranjeros procedentes de la antigua Grecia, apareció la corriente de los falasifa. El Islam de los filósofos planteó serios problemas a la ortodoxia interpretativa que se derivaba de la ciencias tradicionales islámicas, aunque no por eso dejó de tener su culmen con figuras como Avicena o Averroes, que importaron conceptos platónicos y aristotélicos en sus hermenéuticas filosóficas y religiosas. Otra corriente es la que desarrolló una espiritualidad islámica muy elaborada, identificada con el sufismo (tasawwuf) pero que no por eso ha dejado de incorporar elementos filosóficos o gnósticos de otras tradiciones. Entrelazada con filosofías que desarrollaron metafísicas de la luz o del ser altamente simbólicas como las de Avicena o Suhrawardi, tuvo su máxima expresión en el andalusí Ibn Arabi. Pero hubo toda una línea que se opuso a las dos anteriores, además de distanciarse de la teología, y es la que Ibn Taimiyya restauró y que toma su origen en la jurisprudencia (fiqh) estricta que formuló Ibn Hanbal, más centradas en la literalidad e integridad del mensaje revelado, frente a otras supuestas desviaciones, y que en los tiempos modernos ha nutrido concepciones deformadas de la sharia. Tampoco se puede olvidar el chiísmo, que reivindicó la legitimidad propia de la transmisión espiritual y temporal de Muhammad a través de su yerno Alí y continuada por sus descendientes, los Imames. Pero la historia nos dice que en los primeros tiempos se daba una cierta confluencia entre el sufismo primitivo y los elementos chiís. 
 A continuación se van a analizar brevemente las relaciones entre estas cuatro formas paradigmáticas de pensamiento islámico, no tanto en sus evidentes divergencias sino en los posibles puntos de unión entre ellas.