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viernes, 9 de marzo de 2018

DEL RETORNO A LA PATRIA ORIGINAL (MATRIZ PRIMORDIAL DE LA CREACIÓN) CON LA LLAVE QUE CIERRA Y QUE ABRE (parte II), por Ana Emilia Agüero de Chazal

William Adolphe Bouguereau, Madre Patria (1883) 

La separación de Dios y la Matrona

Dijimos que la Shekinah está ligada al centro sagrado. También dijimos que el pecado es lo que crea distancia con el principio, y en palabras del Zohar lo que separa a la Matrona de Dios.
Durante el Éxodo la Presencia Divina habitaba sobre el Arca de la Alianza, dentro del Tabernáculo realizado por Moisés bajo las instrucciones de Dios. Luego pasó a habitar en el Tabernáculo del Templo construido por Salomón, “desde donde se establece un vínculo directo con la morada del Rey en la Jerusalén Celestial”. Manifiesta el Zohar que, con Moisés la Divina Presencia o Matrona toma contacto con el Mundo de Abajo por primera vez; pero Salomón fue el primero en unir a la Matrona con su Esposo de Arriba, permaneciendo ella aquí abajo. Con Salomón la Shekinah al habitar el Templo que simboliza el corazón del centro sagrado del mundo, se encuentra ocupando el lugar del polo espiritual, asegurando así la comunión entre la Tierra y el Cielo, aquello que significa en algún nivel la Unión de la Matrona y el Rey.
Pero desde que el Templo fue destruido y profanado por los pecados de los hombres, Dios se retira a lo más alejado del cielo y quita sus ojos del templo, y del pueblo de Israel. El pueblo es exiliado y acompañado en este exilio por la Shekinah, la cual debe abandonar desde entonces el lugar del polo, el centro sagrado se ha perdido y con esto el contacto directo con el Cielo. La Shekinah se retira al exilio para proteger al pueblo de Israel, y sufre por él como una madre sufre por sus hijos.
El exilio de la Shekinah al abandonar el lugar del polo espiritual, el corazón del centro sagrado del mundo, puede ser considerado de alguna manera como un alejamiento de la Presencia Divina del mundo, nos advierte el Zohar. Dicho alejamiento produce la pérdida del centro sagrado, el cual deviene inaccesible. Desde entonces al no haber comunicación directa entre el Mundo de Abajo y el Mundo de Arriba de donde proviene la Misericordia Divina, este mundo cae bajo el dominio del Rigor y la Shekinah sufre porque el pueblo de Israel está en exilio en la tierra del rigor.
“Pero ahora que el Templo está destruido y que la Shekinah está con Israel en el exilio, no hay ni un solo día sin maldición; el mundo está maldito y no hay alegría ni Arriba ni Abajo.”


La Shekinah Superior y la de Shekinah Inferior en relación con la realización del Hombre Verdadero y el Hombre Universal en el camino de la Redención o Retorno al Principio

Dijimos antes que, la teshuvah superior y la teshuvah inferior están  relacionadas a la primera y a la segunda ח he del Nombre de Dios. Y que también como lo expresa el Zohar, “Existe una rosa y existe una rosa.”, es decir, la Shekinah de arriba  y la Shekinah de abajo, y cada una está ligada también a cada una de estas ה  he del nombre de Dios יהוה.
El camino de la guehulah “redención”, podemos comprenderlo como un camino a través de la teshuvah inferior y la teshuvah superior, donde el primer nivel de retorno se relacionaría con la Shekina de abajo (Maljut) y el segundo con la Shekinah de arriba (Binah).
Observemos que si a la palabra גאולה guehulah (17) “redención”, le quitamos el alef, el cual es la letra polar al corresponder su nombre al valor 111, nos da la palabra גולה  golah que significa diáspora, exilio. O sea que, si a la palabra exilio le agregamos el alef, letra relaciona con el centro sagrado, el polo, entonces esa palabra pasa a significar redención en el sentido de retorno al principio. Esto nos retrotrae nuevamente a la palabra jet “pecado” entendido como un alejamiento del principio (aquello mismo que significa el exilio); pero cuando agregamos el alef que responde al número polar y la unidad, entonces la diáspora ligada al pecado en el sentido de alejamiento del centro, deviene en “Redención” entendida como retorno al principio.
Podríamos decir que, la primera escala de la redención desde esta perspectiva, es representada en la teshuvah inferior, con el retorno al principio entendido en relación al centro sagrado del mundo y la realización de la naturaleza humana primordial, representada en el concepto de "hombre verdadero". Por ello este nivel de teshuvah se relaciona con la Shekinah de abajo referida a Maljut.
 En una escala más universal o metafísica, el retorno al principio (o camino de la gueulah) es entendido como vuelta a la patria original del alma, Binah, allí donde se encuentra el origen de las almas del pueblo de Israel; este último retorno es representado en la teshuvah superior, el que se refiere a "la gran liberación" simbolizada en el tema del Jubileo. Gran liberación que conduce a Binah, por lo cual este nivel de teshuvah se relaciona con la Shekinah de arriba. A esa gran liberación podemos comprenderla en la realización del Hombre Universal, entendida como la realización completa y perfecta del ser total, que incluye tanto los estados manifestados como no manifestados. 
Hay diferentes liberaciones, estas son solo parciales nos dice el Zohar, pero la gran liberación es aquella asociada al Mesías, quien es el que retorna a Binah, aquel que podemos relacionar con el concepto de Hombre Universal.
 Podemos observar que el primer nivel de significación del exilio se relaciona con la Shekinah de abajo, y el segundo con la Shekinah de arriba. La Shekinah de abajo es representada en Maljut, y la Shekinah de arriba en Binah; la primera está asociada al centro sagrado del mundo, y la segunda, la alta, a la Matriz Primordial de la Creación. Raquel en algún punto representa a las dos (no solo a la de abajo), ella llora porque sus hijos están en exilio, exilio que significa la pérdida del centro sagrado del mundo por un lado, como también en el nivel más alto, es el exilio de las almas que han partido de Binah, la Madre Primordial.
Debemos aclarar además, que el primer nivel de significado del exilio supone tanto la pérdida del centro sagrado del mundo como así también de la condición central o primordial humana, condición caracterizada por la posesión del doble atributo macho y hembra. La posesión de este doble atributo es lo que caracteriza la condición previa a la caída (en ambos niveles). En este nivel, el del hombre verdadero, el doble atributo macho y hembra podríamos representarlo a través de la línea horizontal (principio pasivo) de la cruz, atravesada en su centro por la vertical que representaría el principio activo celeste. El hombre verdadero al simbolizar el centro de su condición, estaría ubicado en el medio de la horizontal que representa el plano humano, y por ello ocupando el espacio atravesado por la vertical; en este sentido él ha de poseer ese doble atributo macho y hembra ligado a esa posición central que caracteriza la unión de la naturaleza humana con lo celeste, fuera del lugar donde se producen estas bodas es estar en posición de caída, y es cuando la Shekinah se encuentra en exilio.
De la misma forma que el hombre se ha desviado de su centro sagrado íntimo, su tabernáculo interior que lo conectaba con lo divino (aquel punto donde la horizontal es atravesada por la vertical), alejándose de su centro por la periferia errante de su ser y su existencia; lo mismo sucede por correspondencia con respecto al centro sagrado del mundo, el alejamiento de este supone su pérdida, una errancia, un exilio. Y tenemos que tener en cuenta que la restauración de esa antigua condición primordial humana, con el regreso simbolizado de la periferia al centro del círculo, conlleva la consecuente recuperación en otra escala del centro sagrado del mundo, ya que es imposible retornar al polo espiritual del mundo sin haber retornado primero al tabernáculo íntimo.
Así también, el segundo y más profundo nivel del significado del exilio, es decir, el que representa la partida del alma de la madre primordial, Binah, supone una pérdida de la condición original en la que se encontraba el alma dentro de aquella. Esta condición está también caracterizada por la posesión del doble atributo macho y hembra, ese doble atributo que contiene la simiente divina. El Zohar nos relata que el alma antes de encarnar posee estos dos aspectos uno al lado del otro, pero al venir al mundo manifestado se divide en dos, un hombre y una mujer. Por ello manifiesta el Zohar que el Adam primordial era varón y hembra a la vez a imagen y semejanza de Dios. 
El doble atributo macho y hembra en el nivel del hombre verdadero es representado en el símbolo de la cruz; y en el nivel del hombre universal también es representado en la cruz, la cruz tridimensional, la conjunción de ambos principios estaría expresada en el punto donde la línea vertical representando el principio activo celeste atraviesa el punto central del plano  horizontal que simboliza los distintos y múltiples estados o grados del ser total. 
La realización de todos los grados del ser total que caracteriza al hombre universal, conduciría al retorno hacia aquella simiente divina primera anterior a la caída, la cual posee ese doble atributo macho y hembra, ya que es la simiente que viene del Padre gestada en el útero de la Madre, poseyendo ambos aspectos, activo y pasivo, como el andrógino alquímico o rebis.


La Shekinah y Raquel

Nos explica el Zohar que la Shekinah de arriba relacionada con Binah, está representada en Lea (primera esposa de Jacob y hermana mayor de Raquel); en tanto que la Shekinah de abajo relacionada con Maljut, estaría representada en Raquel  (18)(segunda esposa de Jacob y hermana menor de Lea). 
El Zohar también nos advierte que la Shekinah de arriba y la Shekina de abajo pueden representar un solo partzuf “rostro”. Y aquí vamos a señalar cuando Raquel parece estar representando no solo a la Shekinah de abajo, sino también a la de arriba.
En otros textos presentamos la relación entre la Virgen y la Shekinah dentro del cristianismo, ahora vamos a referirnos a su representante dentro del judaísmo, Raquel (19), la matriarca del pueblo judío.
Raquel llora por sus hijos han perecido, pero el Zohar nos explica que Raquel representa a la Shekinah quien llora en realidad porque sus hijos (el pueblo de Israel) están en exilio. Ahora bien, dijimos también que a dicho exilio lo podemos considerar desde dos diferentes escalas: por un lado tenemos el exilio relacionado con la Shekinah de arriba, simbolizada en Binah, donde se encuentra origen de las almas al representar ella la Madre primordial de donde nacen, entonces dicho exilio significaría haber partido de ese útero que representa la patria original del alma para venir a encarnar al mundo manifestado. El segundo nivel del exilio relacionado con Maljut, la Shekinah de abajo, correspondería a la pérdida del centro sagrado del mundo, patria original del hombre en el mundo, y la pérdida de la condición primordial humana.
Por eso, en este caso podríamos considerar a Raquel representando no solo a la Shekinah de abajo, sino también a la Shekinah de arriba (20).


El Retorno al Principio anunciado en la promesa de Dios a Raquel en Jeremías 31:17

Raquel llora porque sus hijos están en exilio nos advierte el Zohar, Dios la consuela diciendo que ellos regresarán a su propia tierra. En este retorno que anuncia la promesa de Dios, podemos encontrar esos dos niveles de sentido que mencionamos antes:
Por un lado, el retorno al centro sagrado entendido como patria original del hombre en el mundo, referido a Maljut; y el retorno en un segundo lugar, entendido como regreso a la patria original del alma representada en Binah. Estos dos niveles de retornos al origen podemos considerar en esa promesa que hace Dios a Raquel en Jeremías 31:16, 17
31:16 Reprime del llanto de tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice el Señor, y volverán de la tierra del enemigo.
31:17 Esperanza hay también para tu porvenir, dice el Señor, y los hijos volverán a su propia tierra.
En hebreo la última frase literalmente dice así: 
"Esperanza hay detrás de ti, dice el Señor, y retornarán los hijos a sus fronteras".
 La expresión “a sus fronteras” o “para sus fronteras” en hebreo es la palabra לגבולם legbulam, que contiene en el centro, entre ל lamed y ם mem  (la primera y la última letra), la palabra גבול gbul  “límite” o “frontera”, la cual guemátricamente equivale al valor 41 como la palabra hebrea אם Em “Madre”, advierten algunos cabalistas. 
O sea, Dios consuela a Raquel, la matriarca del pueblo hebreo relacionada con la Shekinah, quién llora porque sus hijos están en el exilio, como nos explica el Zohar; y la consuela diciendo según lo que acabamos de explicar, que sus hijos retornarán a ella, su madre, su origen. Se podría objetar que esta frase puede aludir al retorno a Binah como Madre Primordial, no a la Shekinah de abajo, porque ella se encuentra con sus hijos en el exilio, pero el Zohar también afirma que este exilio de la Shekinah del centro sagrado equivale en algún punto a la partida de ésta del mundo, y por consiguiente al alejamiento de sus hijos. Por lo tanto, con esta frase, Dios consuela a Raquel diciéndole que sus hijos retornarán a ella, su madre, relacionando a esa madre con el centro sagrado del mundo en una escala, y con la madre primordial en otra escala. A esta promesa de Dios, sobre el retorno del pueblo de Israel a su madre entendida como su origen, la podemos considerar en el marco de estos dos niveles de significación.
Otro aspecto de honda significación, el cual parece no haber sido advertido por los cabalistas hebreos (como sí lo ha sido que la palabra gbul dentro de legbulam valga 41 al igual que la palabra madre), es que el valor de la palabra completa legbulam sea 111 y esto no se destaque. Quizás esto que no tienen en cuenta los cabalistas hebreos sea porque la noción de polo se considere un concepto de la cultura árabe y no de la judía, pero el concepto de polo en realidad viene de la tradicional primordial, y que no se lo mencione en la cultura hebrea no significa que no exista, ya que este símbolo está presente, pero solo virtualmente al no ser señalado.
Así como al nombre de la letra alif árabe le corresponde el valor 111, lo mismo pasa con el nombre de la אלף alef hebrea; como también la palabra polo qtub en árabe equivale a 111, lo mismo sucede con dicha palabra en hebreo, koteb. Es más, el largo del Arca de la Alianza (21), la cual  representa el corazón del centro sagrado del mundo marcando el lugar del polo espiritual, equivale a 111 cm, es decir que incluso el Arca de la Alianza nos está indicando el número polar. 
Lo que nos está señalando la palabra legbulam, es el lugar del polo espiritual. Dios consuela a Raquel (quién llora por el exilio del pueblo de Israel) diciendo que sus hijos regresarán con ella, su madre, y además está señalando que volverán al lugar del polo espiritual (aquel lugar donde se lleva a cabo el matrimonio de Dios y la Shekinah). La palabra לגבולם legbulam vale 111 y al contener en el centro la palabra גבול  gbul “límite”, “frontera” que equivale a 41 como אם  Em “Madre”, nos está señalando a la Shekinah localizada en el mismo lugar del polo espiritual (como antes de la destrucción del templo), en el corazón del centro sagrado del mundo, allí donde la comunicación entre el Cielo y la Tierra es directa cuando ese lugar es habitado por ella, y se producen las nupcias del Rey y la Reina. Esa es la promesa de consuelo que Dios hace a Raquel cuando le dice: los hijos regresarán “a sus fronteras”.
La expresión “para sus fronteras” o “a sus fronteras” está delimitando un espacio, está separando un lugar de otro: el espacio sagrado del polo espiritual que comunica el cielo con la tierra, del espacio profano localizado fuera de éste y relacionado con la diáspora y el exilio. A mayor distancia o alejamiento del principio, más graves los pecados y más fuerte aquel exilio, ya que la luz del principio a medida que nos alejamos de él va decreciendo.
 Cuando Dios promete el regreso de los hijos de Raquel de la tierra del enemigo “para sus fronteras”, se está refiriendo hacia dentro de las fronteras del espacio sagrado, donde se llevan a cabo las bodas del Mundo de Arriba con del Mundo de Abajo. Y en el nivel más elevado esa frontera señala el espacio del útero primordial.
Por ello Jeremías 31:16 dice: “…tus hijos regresarán de la tierra del enemigo”, esa tierra del enemigo hace referencia a la tierra profana que está por fuera del lugar del polo. Estar alejado del polo espiritual es estar en tierra del enemigo אויב oieb, estar en errancia, en exilio, lo que equivale de alguna manera a estar en pecado חטא  jet. 
Fuera del centro sagrado no hay comunicación directa con lo divino. Recordemos que pecado significa en hebreo “errar al centro o al blanco”, podríamos entender que estar en pecado es como un estar desviado de ese espacio sagrado que al habitarlo produce el matrimonio entre el Mundo de Arriba y el Mundo de Abajo. Por eso, se dice que el pecado separa, nos separa del principio, y separa a la Shekinah de Dios, cuyo matrimonio representa en cierto nivel la unión del Cielo y la Tierra. Esto significa que, al alejarnos, desviarnos del polo espiritual, pecamos porque rompemos esa comunión con el Mundo de Arriba dejando de estar en contacto con él (22).
Esto es cuando consideramos al principio dentro de este mundo, pero desde (23) el nivel más elevado, la promesa de Dios sobre retorno de los hijos “para sus fronteras”, señala el retorno de los hijos al útero primordial, ese espacio sagrado donde se gesta la simiente primera de la Creación, en la cual se encuentran en matrimonio ambos aspectos Divinos, masculino y femenino, y que es anterior a la caída misma. Aquí la expresión “para sus fronteras” o “a sus fronteras” señala el lugar interior del útero divino, el cual representa el primer tabernáculo de Dios.
El retorno al Principio en este nivel es a aquel comienzo expresado en la palabra Berishit. Recordemos la presencia en ella de un aspecto masculino y otro femenino en matrimonio dando origen a la Creación a través del germen divino primero. “Para sus fronteras” en este nivel señala el espacio representado también dentro de la letra בּ bet, entendida como útero original, recordemos que el significado de su nombre es “casa”. Entonces “a sus fronteras” alude al espacio sagrado de la propia casa o útero divino, allí donde se gesta la simiente primera simbolizado en el punto en el interior de la bet con la que comienza Bereshit.
Una sola palabra puede contener muchos niveles de significación . Si profundizamos aún más, podemos observar además de que legbulam valga 111, y que en el centro contenga a la palabra gbul de valor 41 (como Em “Madre”); podemos reparar también, que aquí hay dos aspectos en conjunción, un “Matrimonio”; el aspecto masculino del polo representado en el valor 111, y el aspecto femenino que representa a la madre con el valor 41 de la palabra gbul. Este matrimonio está presentando a la Shekinah localizada en el lugar del polo espiritual, aquello que le posibilita la unión con Dios, o también la unión del Cielo y la Tierra. Pero en la otra escala es el matrimonio expresado en Bereshit, entre esos dos aspectos divinos (masculino y femenino, o activo y pasivo) que ha dado origen a la Creación.
Es interesante además notar que, גבול gbul “frontera” está rodeada en לגבולם  legbulam entre una ל lamed (30) al principio, y una ם  mem (40) al final,  que juntas suman 70, valor ligado a palabra sod “secreto” o “misterio” en la cábala. 
Cuando la frase dice “tus hijos retornarán a sus fronteras”, nos está indicando que existe una frontera, y en la palabra legbulam ésta idea parece estar doblemente expresada. Por un lado en el interior con gbul, palabra que tiene ese significado literal y que se corresponde con la guematría de Em “Madre”; ésta frontera podríamos decir, se refiere a ese retorno ligado a la Madre Primordial, retorno que equivale a la liberación total. Por otro lado, la idea de frontera también se expresa entre la primera y la última letra que rodean la palabra gbul, y esta segunda frontera está ligada a la guematría de secreto; el retorno a esta frontera es el retorno inferior que se corresponde a la Shekinah de abajo relacionada al centro sagrado del mundo. Retorno ligado con la vuelta a las fuentes tradicionales y su aspecto esotérico secreto, en el que se expresa la luz de la verdad. 
El secreto lleva implícito la idea de estar apartado, aislado, al igual que el espacio sagrado; por ello el secreto y lo sagrado están íntimamente vinculados entre sí. En la palabra legbulam confluye el significado de la Madre y de Polo al mismo tiempo, enlazados entre sí, es decir, nos presenta a la Shekina localizada en el lugar del polo espiritual, dejando de estar en exilio. Como también nos presenta la idea de espacio sagrado rodeado por la frontera del secreto. Es oportuno mencionar que, la palabra secreto o misterio en arameo es raz y posee el mismo valor de la palabra or (24), luz; como también que de los 4 niveles de sentido que contiene un texto sagrado, el último es el sentido secreto, aquel en el cual habita la verdad, y llegar a este de sentido de alguna manera implica la reconstrucción del Templo, retornar al Principio.
Para retornar al lugar del polo espiritual debemos salir de la tierra del enemigo, aquel lugar del pecado donde estamos desviados del centro y donde nos encontramos en diáspora y exilio. Y para ello hay que llegar a la frontera del nivel secreto que separa el exterior profano del interior sagrado; el lugar sagrado donde se produce la unión entre el cielo y la tierra, o el matrimonio entre el Santo, bendito sea y la reina Shekinah, matrimonio que ha dado origen a todo. Retorno que conduce finalmente al germen divino del comienzo.


El Retorno al Principio como un camino en dirección inversa al de la Creación

Continuando con el versículo Jeremías 31: 17, otro detalle interesante para notar en la traducción al español, es que ésta dice así:
 “Esperanza hay también para tu porvenir, dice el Señor, y los hijos volverán a su propia tierra”.
La palabra porvenir o futuro en hebreo es atid, esa palabra nos habla de algo que tenemos al frente, adelante. Pero en hebreo la frase no emplea la palabra atid que significa futuro, o ninguna palabra que signifique delante de Raquel, sino que utiliza la palabra leajorej, “por detrás de ti”, entonces la frase completa nos diría:
“Esperanza hay detrás de ti, dice el Señor y los hijos retornarán para sus fronteras.”
La esperanza no está “ubicada” en la dirección que indica adelante (continuando el desvío, la dispersión, la diáspora, el exilio), sino está atrás, en la dirección del retorno. Y con respecto a esto podemos advertir también que en la palabra לגבולם legbulam están presente dos palabras: לגב legab  “a la espalda”  y  מול mul “frente”; es decir, esta palabra está relacionado la dirección de enfrente o adelante con la espalda, lo que está atrás. Lo que significa que el camino a seguir en realidad es el que está hacia atrás, al que le dimos la espalda al alejarnos de la verdad, del principio, aquello mismo que representa la caída, un alejamiento de la verdad.
La frase nos está indicando la dirección de retorno, teshuv, del que nos habla la teshuvah, que si bien se traduce como “arrepentimiento de los pecados”, significa literalmente “retornar” (retornar al origen). Dijimos que pecado jet es “errar al centro”, lo que representa un desvío, entonces la teshuvah “el arrepentimiento del pecado” es en realidad retornar por la dirección de donde hemos partido, retornar a ese centro, a ese origen del cual nos hemos desviado.
En la palabra Bereshit están contenidos tres grandes misterios: Creación, Caída y Redención. Y entre el misterio de la Creación y el de la Redención hay una analogía de orden inverso, ya que la Redención marca un camino en dirección opuesta al de la Creación. La forma que nos presentaba el Génesis relacionada con la Creación (o Generación), es la misma forma asociada a la Salvación (o Re-generación) pero en movimiento opuesto.
Esta forma se repite tanto en la primera palabra que encabezaba el Génesis, como en la primera frase encabezada por aquella palabra, y en el primer relato encabezado por aquella frase; como además en la misma forma con la que se describe el Jardín del Edén (25). Y esta forma, es la de la cruz tridimensional o septenario (26). Pero mientras que el movimiento que describe la creación es en sentido irradiante (27) desde el centro hacia el exterior de los seis ejes que representan todos los contrarios y la multiplicidad; el movimiento que describe la redención en cambio ea en sentido inverso (28), desde el exterior de los seis ejes al interior, al centro del cual ellos han partido, en el sentido de retorno, aquello que implica la palabra teshuvah.
Continuando ahora con Jeremías 31, el retorno al origen que representa la teshuvah, como un regreso al comienzo, al principio, vuelve a estar indicado más adelante, en este mismo capítulo de Jeremías 31, en los versículos 21 y 22
21 Establécete señales, hazte majanos altos; pon atención al camino, vuelve al camino por donde te fuiste, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades.
22 ¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija contumaz? Porque el Señor creará una nueva cosa sobre la tierra: la mujer rodeará al varón.
La virgen de Israel representa a la Shekinah entendida como la comunidad de Israel (29), ella está en el exilio, “vuelve al camino por donde te fuiste”, indica el camino de retorno al principio, un camino de dirección inversa a la Creación. Este camino en dirección de vuelta al origen podemos considerarlo como señalamos antes, en esos dos niveles: 
Desde lo más exterior al interior, podemos considerar al primer retorno en relación con el regreso al centro sagrado del mundo, este sería, la teshuvah inferior, una liberación parcial ligada a la Shekinah de abajo relacionada con Maljut. Y el segundo retorno estaría relacionado con la teshuvah superior, la gran liberación del retorno a Binah, la Madre Primordial, la Shekinah de arriba. Podemos señalar en este sentido, que la palabra legbulam nos estaba señalando la idea de doble frontera, una exterior, que puede relacionarse con el regreso inferior a la Shekinah de abajo en Maljut; y la segunda interior relacionada a la palabra gbul cuya guematría respondía a Madre Em, sería la teshuvah superior relacionada a la alta ShekinahBinah, la Madre Primordial. Ese retorno hacia esas dos fronteras podemos considerar en la expresión: “vuelve al camino por donde te fuiste, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades.” Tus ciudades serían, por un lado la Shekinah de abajo y por otro, la Shekinah de arriba (30); como también pueden simbolizar la Jerusalem terrestre y la celeste.
Con respecto a este último retorno, a la Matriz Primordial de la que parte la Creación, el versículo Jeremias 31:22 nos da una señal, diciendo: “Porque el señor creará una nueva cosa sobre la tierra, la mujer rodeará al varón”, “nequebah tesobeb gueber”, nequebah significa femenino y gueber masculino, o sea que nos indica que lo femenino rodeará a lo masculino. Esta disposición de lo femenino rodeando a lo masculino nos lleva al abrazo “en el Principio” la Creación, Bereshit בראשית, primera palabra del Génesis, recordemos que allí está la llave que cierra y que abre, del comienzo y del fin.
Que lo femenino rodee a lo masculino nos indica el abrazo del comienzo que representa el matrimonio entre ambos principios que da origen a la Creación. El principio femenino debe abrazar al masculino como en el comienzo para retornar al lugar del polo espiritual y salir del exilio, este abrazo representa las bodas del Rey y la Reina.
בְּרֵאשִׁית
En la palabra Bereshit se presenta el principio femenino (relacionado con la madre) en la palabra bait o beit בית “casa”, el cual se encuentra rodeando, como abrazando al principio masculino (relacionado con el padre) expresado en la palabra rosh ראש “cabeza” (31). Esta forma de lo femenino rodeando a lo masculino que describe Bereshit es la misma forma que nos señala el Zohar cuando relata el Comienzo a través de un principio llamado “ rosh cabeza de la creación”, el cual construye para sí una bait “casa” o palacio. Recordemos que la letra bet que representa este espacio es llamada también bait “casa”.


Solo el Mesías podrá consolar a Raquel

 Raquel llora por el exilio del pueblo de Israel y no quiere recibir consuelo ni siquiera por Dios, solo el Mesías podrá consolar a Raquel, advierte el Zohar.
Si la promesa de consuelo de Dios a Raquel le está anunciando el retorno de sus hijos no solo al centro sagrado del mundo, al que podríamos llamar, patria original del hombre en el mundo; sino también que le anuncia el retorno a la patria original del alma, a Binah “la Madre Primordial” ¿Por qué Raquel (quién representa a la Shejinah) no quiere recibir consuelo ni siquiera de Dios y solo puede ser consolada por el Mesías? 
Raquel solo puede ser consolada por el Mesías porque él representa quién libera a sus hijos del exilio diaspórico. La gran liberación relacionada con el Mesías implica la liberación en ambos niveles del exilio, correspondiendo un nivel con la teshuvah inferior y el segundo con la teshuvah superior. La primera liberación supone la realización del hombre verdadero con la restauración del estado primordial, la que permite una comunicación directa con el centro supremo en el mundo, aquello que supone su reconquista. Esta realización del hombre verdadero es la condición previa para la conquista de los estados supraindividuales con la realización del Hombre Universal, realización completa de los estados múltiples del ser que supone el retorno a Binah, la Madre Primordial. 
Si Raquel llora porque sus hijos están en exilio, entonces solo puede ser consolada por el Mesías, porque él representa quién libera a sus hijos de él; y esta liberación implica tanto al mundo de abajo, con el retorno a la patria original dentro de mismo, representada en el centro sagrado supremo; y también al mundo de arriba, con el retorno a la patria original del alma representada en Binah, la Madre Primordial, retorno que implica la realización del Hombre Universal.
¿Y quién es el Mesías? El mesías está relacionado con la iud de Bereshit que representa la simiente divina del comienzo la cual aparece asociada a la cruz. Es la simiente divina que trae la Salvación Yeshua. Mientras el camino de realización de los hombres es del exterior de los seis ejes al interior, o en sentido ascendente; la realización del Mesías es descendente y del interior al exterior tendiendo el puente que une el Cielo con la Tierra, para que por él se realice la humanidad.
El Mesías parece estar en relación con el concepto de Hombre Universal, representado siempre en la Cruz. Esa cruz tridimensional que nos repite tantas veces el Génesis (32), forma asociada tanto a la Creación como a la Redención, e íntimamente ligada al matrimonio de esos dos aspectos divinos (masculino y femenino) representados en el Santo, bendito sea y la reina Shekinah. Por eso nos dice el Zohar que solo el Mesías producirá la unión permanente entre Dios y la Matrona uniéndolos en matrimonio. Matrimonio ligado al centro mismo del septenario, el cual simboliza la conjunción armónica de todos los contrarios, el lugar de la Paz.
El significado metafísico de la cruz está expresado plenamente en la cruz tridimensional, aquella ligada al concepto de Hombre Universal, el cual  representa la realización de los estados múltiples del ser, realización completa y perfecta del ser total que abarca el conjunto de los estados manifestados y no manifestados. Realización que representa la gran liberación con el retorno a Binah, la Madre Primordial, y a través de ella al principio entendido como simiente divina del comienzo.


La cruz en la realización del hombre verdadero y el hombre universal

Retornar a la condición central humana con la realización del Hombre Verdadero (aquello que simboliza el Adam Primordial en este nivel), dentro del simbolismo de la cruz, donde la línea horizontal representa al principio pasivo del estado humana particular, es ocupar el centro de la horizontal, el punto donde es atravesada por el eje vertical que representa el principio activo celeste; es decir, es ocupar el corazón de la cruz. Por ello el Adam primordial posee el doble atributo macho y hembra en conjunción que señala ese corazón de la cruz, doble atributo que representa el estado de plena receptividad del corazón en el cual el hombre deviene receptáculo de los influjos celestes, los cuales lo fecundan con su luz permitiéndole despertar a estados superiores. La pérdida de ese doble atributo macho y hembra trajo aparejada la caída adánica, lo que supone haber abandonado el punto central donde ambos ejes convergen en conjunción, con la consecuente pérdida del estado primordial o central humano y el desvío por la periferia de esta línea o plano horizontal que representa la condición humana. Este desvío por la periferia de la existencia, de la condición humana representa a la Shekinah de abajo en exilio, fuera del lugar central donde puede abrazar al principio activo celeste.
Pero el retorno a la Shekinah de arribaBinah, implica el regreso a la naturaleza original entendida como el Adam Primordial representado en este nivel en la realización del Hombre Universal; condición que ya no es exclusiva del estado humano porque es trascendente con respecto a él, estando más allá de la humana naturaleza. Esta realización completa del Hombre Universal representaría la gran liberación relacionada al tema del Jubileo, tema vinculado también al septenario que no es otro que la cruz tridimensional símbolo del Hombre Universal. En esta realización debemos considerar el aspecto tridimensional de la cruz, donde el eje vertical que representa el atributo activo celeste atraviesa el plano horizontal que representa el aspecto pasivo relacionado a los múltiples estados del ser. Donde la realización no estaría ligada a una condición particular humana sino a la realización completa del ser total que incluyen esos múltiples estados del ser. Dicha realización completa y perfecta nos retornaría a ese germen primero de la creación también caracterizado por el doble atributo macho y hembra (ya que es la simiente que viene del padre gestada en el útero de la madre), el cual es anterior a la caída. Caída en este caso considerada como la partida fuera de la frontera de ese útero primigenio para venir a la existencia de un mundo manifestado, aquello mismo que significa existir “estar fuera de”, en este nivel, el útero primordial.
En realidad podemos comprender ambas realizaciones: por un lado la del Hombre Verdadero (asociada al retorno inferior y la Shekina de Abajo) y la realización del Hombre Universal (relacionada al retorno superior y la Shekinah de arriba), como una sola realización que se expresa en dos niveles. Porque la segunda realización (la del Hombre Universal), no puede tener lugar sin la primera (la del hombre Verdadero), la cual ya implica virtualmente a la segunda.
A esta realización completa que incluye estos dos niveles de retornos, la podemos pensar en función a dos septenarios, uno que representa la unión de Dios con la Shekinah en el Mundo de Abajo, y otro relacionado con el matrimonio en el Mundo de Arriba. Si multiplicamos 7x7 de los dos septenarios, nos da el número el 49 ligado al tema del Jubileo que simboliza la gran liberación. Gran liberación que representa la llegada a la puerta número 50, Binah. 
Estos dos septenarios que expresan el matrimonio de Dios y la Shekinah en el Mundo de Abajo y el Mundo de Arriba, podemos verlos simbolizado en los siete años que pasan para que Jacob se case con Lea, quién simboliza la Shekina de arribaBinah; y los otros 7 años transcurridos para casarse con su segunda esposa Raquel, quién simboliza la Shekinah de abajoMaljut.
Ambos septenarios relacionados al matrimonio de Dios y la Shekinah arriba y abajo son lo que se nos presenta la Shema, oración que expresa el misterio de la Unidad de Dios.
Debemos aclarar que el matrimonio de Dios y la Matrona en el Mundo de Arriba es permanente, pero no así en el Mundo de Abajo, por ello la Shekinah está en exilio en él. Dicho matrimonio en éste último nivel es simbolizado a través de la unión entre Tierra con el Cielo, o de la unión entre el Mundo de Abajo con el de Arriba. Para que el matrimonio entre el Mundo de Arriba y del de Abajo sea posible, la Shekina inferior debe regresar del exilio al lugar del polo espiritual donde se produce la unión con Dios, entonces ella se une en vínculo directo con la Shekinah superior, es cuando el séptimo palacio en el Mundo de Arriba se une al sétimo palacio en el Mundo de Abajo, séptimo palacio que representa el centro de cada  septenario, y cuando esto se produce, entonces la liberación es completa y perfecta, se llega a la puerta número 50.



El septenario en las estructura de las oraciones Shema y Ana becoaj que proclaman la Unidad de Dios como el Retorno al Principio

La forma de los dos septenarios que expresan la unión de Dios y la Shekinah en el Mundo de Arriba y el de Abajo, es precisamente la que nos describe la Shema (33), una de las oraciones más importante de la tradición Judía, la cual proclama la Unidad de Dios. 
Las dos primeras frases (34) de la Shema son las que describen ambos septenarios:



La primera frase nos dice: “Shema Israel, Adonai Elohenu, Adonai Ejad” (Escucha Israel, el Señor nuestro Dios, es uno solo). Esta oración está compuesta por 6 palabras que señalan las 6 direcciones del espacio, y proclama el matrimonio de Dios y la Shekinah en el Mundo de Arriba, nos explica el Zohar.
La segunda frase reza: “Baruj Shem Kbod Maljutó leolam vaed” (Bendito sea el nombre glorioso de tu reino por siempre). Esta oración también está compuesta por 6 palabras que señalan las 6 direcciones espaciales (norte, sur, este, oeste, arriba y abajo), y proclama el matrimonio de Dios y la Shekinah en el Mundo de Abajo.
La forma que nos señalan las 6 direcciones del espacio, no es otra que la cruz tridimensional o septenario, recordemos que los 6 ejes que corresponden a las seis direcciones espaciales parten de un centro relacionado con el número 7. Si multiplicamos ambos septenarios ligados al matrimonio de Dios y la Matrona tanto en el mundo de arriba como en el de bajo, obtenemos (7x7) 49; ese es además el número de letras que suman la primera oración con la segunda, ya que la primera frase está compuesta por 25 letras, y la segunda por 24, entonces tenemos que 25+24 es 49. Y si consideramos el 25 de la primera como 2+5 obtenemos 7, y el 24 de la segunda como 2+4 obtenemos 6; en esta relación entre 6 y el 7 nuevamente aparece el tema del septenario compuesto por 6 ejes relacionados a las direcciones del espacio más su centro asociado al 7, número siempre ligado con el descanso y la paz del origen, por ser el lugar en el que los contrarios se equilibran.
Cuando se reza la Shema y su respuesta (Baruj shem…), que expresan esos septenarios que simbolizan la unión de Dios y la Matrona, tando en el Mundo de Arriba como en el Mundo de Abajo; de alguna manera ellos también representan ambas realizaciones la del hombre verdadero que produce el matrimonio del Rey y la Reina en el Mundo de Abajo, y la del Hombre Universal con la unión del Rey y la Reina en el Mundo de Arriba. Cuando se producen ambas realizaciones el séptimo palacio de Abajo, se une al séptimo palacio del Mundo de Arriba (35), y cuando se unen ambos se produce la liberación completa y perfecta. La gran liberación total relacionada con el 49 y el 50 del Jubileo, se llega a la puerta número 50 de la Torah, representada en Binah. 
La Shema proclama la Unidad de Dios y de su Nombre, es decir, que este misterio está relacionado con el matrimonio de los dos aspectos divinos, en el Mundo de Abajo y el Mundo de Arriba, pero también con ambas realizaciones del Hombre Verdadero y del Hombre Universal.
Esta es la oración Shema completa:



Aquí podemos observar que el cuerpo de la oración (el que se encuentra debajo de las dos primeras frases mencionada), está compuesto por 42 palabras, 42 que surge como producto de la relación 6x7 que nos advierten esas dos primeras oraciones que lo encabezan (Shema Israel y Baruj shem).
La Shema proclama la Unidad de Dios y de su Nombre y nos presenta la estructura del septenario, llevándonos a la misma forma descripta en el principio con el Génesis, así el Zohar señala esta estructura, donde Bereshit se puede leer como Bara shit  “creo 6”: 
Bara shit “creó 6”, desde el fin del cielo hasta otro fin, seis lados se extienden desde la suprema esencia mística, a través de la expansión de la fuerza creadora de un punto primario. Aquí fue inscripto el misterio del nombre de 42 letras.”
Aquí está expresada la relación entre el comienzo con el septenario, y con el 42 (36), que viene de multiplicar 6x7. 
Esta misma relación se expresa en otra de las principales tefilot de la tradición hebrea, Ana becoj. Cuando se reza el Ana becoaj se dice que se retorna al Principio, principio anterior a la caída, lo que supone “la liberación”, aquello que se proclama también con la Shema. Por ello ésta oración tiene una estructura similar a la de  la Shema, ligada al tema del septenario, porque de alguna manera, la Shema también nos conduce al Principio ya que el tema de la Unidad de Dios está relacionado con él, como con el matrimonio del que parte toda la Creación.

Ana becoia:



La oración está compuesta por 42 palabras, cada letra inicial de cada palabra pertenece a una letra del Nombre de Dios de 42 letras (sacadas del Génesis). Sin tener conocimiento del hebreo podemos observar que ésta oración está compuesta por 42 palabras que son el producto de un cuerpo formado por 7 líneas que contienen 6 palabras cada una. Esta es la estructura que nos lleva al momento del Génesis (recordemos que en la relación de los seis días de la Creación y el séptimo de descanso se expresa la estructura del septenario), al momento sin mancha anterior a la caída. Por ello ésta oración habla del Retorno al Principio, lo que supone la Liberación, tema íntimamente ligado al septenario, la cruz tridimensional.



NOTAS:


17- La palabra Gueulah “redención”, posee el mismo valor guemátrico que la palabra Adam, 45. Podríamos decir que la redención está ligada al retorno a la condición original del hombre, representada en el Adam primordial.

18- Tengamos en cuenta que Jacob espera 7 años para casarse con Raquel, pero se casa en realidad con Lea, y luego debe esperar otros 7 años para casarse con Raquel. Estos 7 años que pasan en relación al primer matrimonio con Lea, y los 7 del segundo con Raquel, nos están señalando en realidad la forma de dos septenarios. Porque el matrimonio de Dios y la Shekinah en el mundo de arriba es representada en un septenario, como el matrimonio de Dios y la Shekinah en el mundo de abajo en otro septenario. Estos dos septenarios relacionados con la boda de la Shekinah de arriba y la boda de la Shekina de abajo, representadas en ambas esposas de jacob, son los dos septenarios que nos describe la oración Shema como veremos más adelante.

19- Es interesante mencionar que la tumba de Raquel se encuentra en BelénBeit Lejem, allí donde da a luz la Virgen. Y que tanto Raquel como la Virgen están se relacionan con la Shekinah; así como Beit Lejem por ser el lugar donde nace el Mesías en el Cristianismo, se relaciona con la idea de residencia de la divinidad o casa de Dios, y que por otra parte Guénon advierte que era la antigua Beit El “Casa de Dios”.

20- Tengamos en cuenta que Raquel muere al dar a luz a su segundo hijo, y esta muerte es enunciada en el texto bíblico con la frase “se le salió el alma”. Debemos detenernos en este detalle porque aquí parece haber una oculta relación entre la muerte de la madre y la partida del alma, pero en realidad parece aludir a la partida del alma del hijo desde la madre. Hay aquí un simbolismo que está ligando a Raquel con la matriz primordial de la que parten las almas para venir a la existencia del mundo manifestado. 

21- El Arca de la Alianza medía 2,5 codos de largo; 1,5 codo de ancho y 1,5 de alto. Si pasamos estas medidas a centímetros teniendo en cuenta el codo romano, el que se utiliza en la Biblia, donde un codo vale 44,4 cm. Entonces tenemos que los 2,5 codos de largo del Arca equivalen a 111 cm, en tanto que de ancho y alto tendrían 67 cm. Ambas medidas son muy significativas ya que el largo nos señala el número polar, en tanto que en el 67 del ancho y alto podemos advertir que 6+7 suman 13, el valor tanto de la palabra ahabah (amor) como ejad (uno), y que además la relación entre el 6 y 7 nos lleva otra vez al septenario.

22- Esta comunicación entre el Mundo de Arriba y el de Abajo que se produce a través del polo espiritual, hace posible que la misericordia del cielo descienda al mundo y disuelva los Rigores a los que está sometido. Cuando el Mundo de Arriba y de Abajo se alejan y no hay comunicación entre ellos, la Tierra cae bajo el dominio del Rigor.

23- Recordemos que a esta letra ב  Bet de la palabra Bereshit en el texto “La Virgen como Casa de Dios” la presentamos como un holograma de la Virgen, ya que Betulah, Virgen en hebreo comienza con la misma letra Bet, y además posee el mismo valor guemátrico del nombre Beit El “Casa de Dios” 443, aquello mismo que representa la letra Bet de Bereshit, cuando contiene ese punto en su interior que simboliza la simiente divina primera, punto que por otra parte estaba el correspondencia con la iud dentro de esa palabra, letra que representa el germen divino del comienzo en la cábala, y  es la misma con la que comenzaba el nombre de Yeshua. Por ello en la la relación de la letra bet y iud de la palabra Bereshit se pueden ver correspondencias con la Virgen y su hijo Yeshua “Salvación”. Esa iud que representaba tanto al hijo como germen divino, como al Padre al ser la simiente que viene de aquel; ese misterio ligado a la iud es el mismo misterio relacionado con Yeshua en el sentido de hijo de Dios, y su identificación con aquel.

24- El valor de la palabra or “luz” como el de raz “misterio” es 207.La palabra misterio o secreto en arameo es raz, y posee el mismo valor que la palabra hebreo or “luz” (207).

25- El relato bíblico nos señala que en el centro del Jardín del Edén está el Árbol de la Vida, de cuya base parten cuatro ríos. Debemos considerar al árbol como el eje del mundo, donde las raíces representan el nivel subterráneo, el tronco el intermedio, y la copa con las hojas el celeste, es decir que el árbol es el eje que señala la dirección arriba y abajo, en tanto que los cuatro ríos los cuatro puntos cardinales, por lo tanto aquí también tenemos expresadas las seis direcciones espaciales de la cruz tridimensional o septenario una vez más dentro del Génesis.

26- El septenario o cruz tridimensional, está formado por seis elementos que señalan las seis direcciones del espacio que parten de un centro relacionado con el siete, es la llave que encierra los grandes misterios y los abre, y que está codificada ya en la palabra Bereshit que puede leerse como Bara shit “Creó 6”. En Bereshit está contenido ya el principio y el final como afirma el Zohar:

27- La forma irradiante que nos describe la Creación está expresada especialmente en la primera frase del Génesis: Bereshit bará Elohim et ha-shamáyim ve-et ha-árets, frase encabezada por la palabra Bereshit más otras seis que parten de ésta primera. Bereshit representaría el centro del septenario asociado a siete, y las seis palabras que parten de ella, las seis direcciones espaciales. La frase nos presentaría la fórmula 1+6 donde el centro del septenario ( asociado al siete) está representado en la primera palabra, el 1 en la ecuación. A este movimiento lo podemos ver como un centro del que parten seis ejes desde el interior hacia el exterior.

28- El movimiento inverso a la Creación que nos describe la Redención es desde el exterior de los seis al interior, al centro ligado al siete. Este movimiento está expuesto en los seis días de la Creación y el séptimo de descanso que relata el Génesis. Donde la fórmula es 6+1, aquí el centro ligado al siete está relacionado con el uno de la fórmula, es decir después del seis, lo que no señala que esos seis retornan al centro del septenario su origen, representado en el séptimo día, allí donde todos los contrarios se equilibran en armonía, el lugar de la Paz, el descanso.

29- Israel significa Iashar El “directo a Dios”. Israel representa a los hombres que están en camino de la sabiduría y la verdad de Dios.

30- Podemos ver en la relación entre la Shekinah de abajo y la de arriba, la misma relación que hay entre la Jerusalem terrestre y la Jerusalem celeste.

31- Esta arquitectura de la palabra בְּרֵאשִׁית Bereshit estaba en consonancia con el concepto cabalístico de tzim tzum “retracción”, que nos describe la contracción de aquel Dios infinito que todo lo ocupa, para dejar un espacio libre donde se manifieste la creación; contracción representada en la palabra ראש rosh “cabeza” envuelta por el espacio libre representado en la palabra בית  bait “casa”, simbolizando la matriz de la cual parte la creación al ser fecundada por el rayo de luz que sale de esa cabeza de la Creación. La simiente producto de dicha fecundación es representada en la letra י iud que se encuentra entre la bet y la tav dentro de la palabra בית bait.

32- No solo el Génesis nos repite la estructura de la cruz tridimensional, sino los principales símbolos del judaísmo, como también su principales tefilot (oraciones). Por esto habíamos advertido ya que el símbolo fundamental del judaísmo no es otro que la cruz, presentada ésta en su aspecto tridimensional.

33- Así como el septenario se manifiesta en la propia estructura de la Shema, la cual proclama la Unidad de Dios y de su nombre, también se manifiesta en la oración Ana becoaj, que proclama la vuelta al principio.

34- El Zohar señala que quién rezar diariamente éstas dos oraciones (Shema y Baruj shem) con plena consciencia de su significado,  es como cumplir con toda la Torah y todos preceptos, es decir, éste hombre se encuentra liberado.

35-  En ésta imagen del séptimo palacio del mundo de abajo representado en el centro del septenario de abajo, que se une al séptimo palacio en el mundo de arriba, expresado en el centro del septenario de arriba; podemos ver una analogía de la unión de la Jerusalem terrestre con la Jerusalem celeste.

36- El número 42 está ligado a ésta relación entre el 6 y el 7 del septenario, ya que 42 es el producto de 6x7. Ese número 42 está relacionado también con el nombre de 42 letras presente en el Ana Becoaj que proclama la vuelta al principio. Por otro lado son 42 las paradas del Éxodo hasta llegar a la tierra prometida, recordemos que si el Exilio de Israel tiene que ver con el alejamiento del principio, el Éxodo entonces con el retorno a él, por ello también aquí hay una relación con el tema del septenario que dijimos es la forma que representa tanto la Creación como la Salvación, y con relación a esto último Cristo nace en la generación número 42. El 42 también está ligado al nombre de Dios que corresponde a la séfirah Keter, Ehieh, el cual vale 21. Este nombre es el que Dios da a Moisés en el capítulo de la zarza ardiente, cuando Moisés le pregunta por él, él responde Ehieh asher Ehieh. Dos veces Ehieh es 42.