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miércoles, 20 de abril de 2016

EL TAO COMO ORIGEN Y DESPLIEGUE DE FUERZAS CÓSMICAS EN LA CIVILIZACIÓN CLÁSICA CHINA (I), por Armando Montoya Jordán

En los mundos antiguos, todo lenguaje del saber y todo arte era enmarcado en una concepción cosmológica universal, para a partir de ahí, configurar las disciplinas del conocimiento, las ciencias y por extensión todo todo paradigma mítico, estableciendo de este modo los fundamentos de una tradición. Ahora bien, para una concepción tal, todo acto de conocimiento se presenta necesariamente como un experiencia que buscará trascender las leyes espacio-temporales que determinan el denominado orden natural que a primera vista determina nuestra existencia, en otras palabras la realidad como finitud. De este modo, a partir de la experiencia de lo finito se llevará a cabo una apertura hacia una realidad infinita cuya esencia se manifiesta de manera ubicua en todo el cosmos. Esto es lo que comúnmente se conoce como “Cosmovisión”, es decir una valoración del mundo a partir de una mirada en la que la naturaleza y el cosmos son vistas como la manifestación de un orden superior, orden que es la fuente de toda creación. Desde la perspectiva tradicional, el mundo no es más que un reflejo de una realidad trascendente y omnipresente, cuyo origen es necesariamente divino.
En el mundo clásico chino, todas las ciencias y disciplinas que configuraron la tradición del saber tal y cual fuera reformulado a partir de la síntesis  canónica que emergió durante la era de los “Reinos Combatientes´´, se enmarcaron en esa cosmovisión sagrada establecida principalmente sobre las bases de la doctrina taoísta, y en menor grado sobre la doctrina confuciana. Resulta evidente que los maestros taoístas se vieron a sí mismo como los herederos de ciertas disciplinas arcaicas que el taoísmo había recogido y preservado, y cuyo desarrollo resulta evidente en sus obras más representativas (Laozi, Zhuangzi, Liezi, y sobre todo Huainanzi). 

Dicho marco canónico hizo posible la unificación de concepciones cosmológicas procedentes de patrimonios míticos y tradiciones cultuales diversas, a partir de la reelaboración de una serie de doctrinas pero preservadas a partir de entonces en un lenguaje simbólico acorde con el cambio de era. Dichas concepciones son los que conforman el corpus textual de obras clásicas como el Yijing y sobre todo el Daodejing, elaborados por los maestros de las ramas confucianas y taoístas siglos antes de la instauración de la era imperial. El elemento cosmológico más característico de todo este proceso unificador es la noción central de armonía entre el Cielo y la Tierra –ya presente en el Yijing y la obra confuciana- y la noción del Tao como realidad Omnipresente, formulado por la cosmogonía taoísta (Laozi y Zhuangzi principalmente). 

lunes, 4 de abril de 2016

CORRESPONDENCIAS ENTRE EL PROCESO DE LOS TATTVAS Y EL PROCESO DE VAK

Dadas unas consultas de interesados sobre el tema de la correspondencia entre los niveles de Vak (Palabra) y los 36 Tattuas publicamos estas aclaraciones, en base a citas de:
---“VACEl concepto de la Palabra en los textos tántricos hindúes”. Andre  Padoux. Sri Satguru Publications.  Delhi- India.    Capitulo IV.    Los niveles de la Palabra [VAC]
---- “Paramarthasara”, de Abhinavagupta

 Parāvāk   

a) Parāvāk  se identifica con la Suprema Conciencia por encima del proceso de los Tattvas

  “Parāvāk, se identifica con la Suprema Conciencia, que para la Escuela Trika es prakāśa- vimarśa-maya [maya:pleno], que es a la vez la Luz indiferenciada o Pura Conciencia (prakāśa)  y la Concienciación o realización de esta Pura Luz (vimarśa).  
  Estos dos aspectos no pueden ser nunca separados y, por tanto, se encuentran en Parāvāk, a pesar de que el segundo [aspecto] corresponde más en concreto al aspecto de la concienciación. Esto está probado por la afirmación de Abhinavagupta de que Parāvāk está caracterizado por camatkāra, (1) la admiración, la alegría emocionada, el maravillarse, el intenso éxtasis experimentado por la Conciencia al revelarse a Sí Misma y al Concienciarse a Sí Misma, o al contemplar la manifestación que reside [en forma seminal] en su propio Sí Mismo.” …
    Aquí cito el pasaje de Abhinavagupta al respecto:
    “La representación (patryavamarśa) es por naturaleza una verbalización (śabdana), es decir, una enunciación interna o una expresión (antarabhilapa). Esta verbalización, realmente, no tiene nada que ver con el lenguaje [ordinario] y ‘convencional’ (samketa). Es un acto de experiencia subjetiva indiferenciada (camatkāra) comparable a un gesto de asentimiento con la cabeza (subrayando o indicando un acuerdo). Es lo que da vida no solo a la letra a sino a todas las demás que constituyen el lenguaje convencional en el plano de māyā, siendo la base de todas la otras “representaciones” tales como “yo soy Chaitra” o “ Esto es azul” [es decir, tanto de las representaciones mentales reflexivas como de las no reflexivas]. [Esta Palabra es llamada] parā  [esto es, Suprema, entendida como plenitud] porque es la Plenitud y vāk (Palabra) porque habla (vakti), es decir, expresa el universo gracias a esta “representación” (patryavamarśena). Por esta razón, [Upaladeva dice de esta Palabra] que es producida y manifestada (udita) por Ella Misma, porque es conciencia (cid-rupataya), [lo cual significa] que permanece en su propio Sí Mismo [siendo] el “Yo” eternamente existente”…