Aunque aquí vayan a tratarse los requisitos iniciáticos que contempla el advaita vedanta, veremos que la mayoría no son incompatibles con la iniciación masónica, o no tendrían que serlo, al menos en su generalidad y aplicación individual y a pesar de que en la orden masónica no exista un gurú o maestro espiritual de carne y hueso, siendo substituido por la práctica ritual de un simbolismo sagrado y de un trabajo colectivo realizado bajo los auspicios de los principios espirituales de la orden y la omnipresencia del G:.A:.D:.U:., pues :
“Allí donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos.” (Mateo 18. 20)
Dice Sankara: “Ciertamente, hay tres cosas que son muy difíciles de obtener y que se consiguen solamente por la gracia de Dios: un nacimiento humano, sentir un fuerte anhelo y disposición por alcanzar la liberación espiritual y la protección de un sabio perfecto o Satgurú” (v.3), o aquí en su defecto, de una tradición o vía espiritual viva y una doctrina metafísica perfecta. (La palabra Satgurú, en este caso, cabe analizarla; la sílaba “gu” significa oscuridad, y la sílaba “ru” significa luz; así pues, Gurú es aquel que disipa la oscuridad mediante la revelación de la Luz, que en la masonería es aquello que pide el candidato al entrar en el templo y aquello que dispensa la orden a sus iniciados. “Sat” significa Ser o Verdad, en este caso, el G:.A:.D:.U:. Satguru significaria pues Maestro de la Verdad revelador de la Luz y disipador de la oscuridad.)
“Aquel que después de haber nacido humano (y varón añade Sankara) y como un necio no hace esfuerzo alguno para obtener la liberación, es como si se suicidase. Ese hombre se labra su propia destrucción apegándose a este mundo irreal y a los objetos transitorios.” (v.4)
“¿Hay alguien más estúpido que aquel que después de haber obtenido excepcionalmente un cuerpo humano se deja llevar por la pereza y no hace el debido esfuerzo para realizar el verdadero propósito de esta vida?” (v.5)