No podemos combinar dos visiones al respecto: una de carácter dual religioso o científico que coincide o es más completa que la que nos proponen desde las distintas corrientes en presencia, y “completarla” con la visión No-Dual.
Solo debemos dar una única visión, la que se deriva del Shivaismo Advaita, para no entrar en contradicción con el avance en la transmisión y meditación propia de nuestro camino iniciático.
Esta visión No-Dual se sintetiza en que la única Realidad existente Paramashiva, el Único Yo Absoluto (Purnahamta), Eterna Vibración (Spanda, Shakti, Svatantrya) no está nunca en “crisis” ya que es la eterna Plenitud. Su Autolimitación (Akhyati), los distintos ciclos de Universos, no constituye ninguna “crisis”, ni pecado que espera redención en el futuro, sino que es su Divino Juego que en nada le afecta a su Plenitud. Paramashiva es el Gran Experimentador y todos los experimentadores y en ellos Se Autolimita y Se Auto-reconoce.
Por tanto, nada ni nadie está en “crisis” ya que la propia Autolimitación y la ignorancia que se deriva de ella es Paramashiva de modo indivisible. Todo, Paramashiva es Plenitud ya que toda la diversidad del Universo no deja de ser indisolublemente Él aunque sea finita o esté en la ignorancia.
Como dice Lakshman Joo en aquella entrevista: “No tenemos conciencia de que todo es divino, la Absoluta Conciencia si la tiene. Por tanto, la Absoluta Conciencia no se siente culpable cuando mata a un individuo. No se siente culpable porque de ninguna manera es un carnicero, un asesino, Se trata solamente de un cambio de estado”. Desde la visión dual esto aparece como la lucha entre el Bien (Dios) y el Mal (el Demonio, el pecado), entre La Justicia y la Injusticia, entre la Culpa y el Castigo o la redención,.. Por eso Lakshma Joo insiste: “Para nosotros es un dolor, es una tortura. Para la Divina Conciencia es un teatro”.
¿Significa esto que permanecemos insensibles a todo lo finito? Por supuesto que no. Nuestro Dharma o deber como iniciados en el Shivaismo Advaita es avanzar en nuestra iniciación y transmitir esa iniciación: esto es lo principal. En segundo lugar dar a conocer de modo “más amplio” la visión No-Dual, explicándola lo más pedagógicamente posible, pero sin disminuir sus contenidos. Estamos en la Edad Oscura y la mayoría que nos oiga aquí en Occidente apenas podrá entender lo que transmitimos.
Lakshman Joo nos indica en este sentido: “Lo que quiero decir es que si tú te diriges a la Profundidad de la Suprema Conciencia, entonces tú no puedes enseñar a la gente. Tú estás por encima de eso. Tú ya no encuentras ignorante a nadie… Si tú estás viendo desde el ángulo de la Suprema Conciencia: cualquier persona te aparece como divina.” Y concluye diciendo: “…tú tienes que elevar el nivel de conciencia de los demás. Y debes de constatar que existe este tipo de ignorancia… Tienes que ser consciente de estas malas.” Se refiere aquí a los tres malas o limitaciones que produce la Autolimitación: anava mala (La ilusión de que no tengo la Plenitud, soy imperfecto), mayiya mala (La ilusión de que no soy el Uno sin segundo. Me percibo como múltiple y dual) y karma mala (La ilusión de que no soy omnipotente y solo puedo hacer acciones limitada de carácter bueno o malo).
Subrayar también que este dharma o deber de transmitir nuestra Tradición lo hacemos desde la “indiferencia ante los frutos de la acción” ya que desde la indivisible Pelinitud de la Suprema Conciencia nada se necesita ni de nada se carece. Se trata de reconocer esta Plenitud. Cuando se desea algo es que se carece de ese objeto del deseo.
Vale la pena recordar lo siguientes versos del “Bagavad Gita” ante las dudas que Arjuna tiene a la hora de cumplir con su dharma como Shatriya, debatiéndose a nivel individual entre los frutos buenos y malos que dicho dharma pude producir. Frente a esta visión dual “no digna de un hombre sabio” El Señor Krishna le dice:
“Yo nunca deje de existir, ni tú, ni los que gobiernan, tampoco nunca todos nosotros dejaremos de existir” (capitulo 2. Verso 12).
“Aquel que sabe que es indestructible, eterno, no nacido, inmortal, ¿cómo puede ese hombre, o Partha, causar la muerte a cualquiera?” (Capitulo 2. Verso 21).
“Establecido en la Suprema Unión, oh conquistador de riquezas, lleva a cabo tus acciones habiendo abandonado las limitaciones (malas), y muéstrate ecuánime (con el mismo ánimo) ante la victoria y ante la derrota, a toda esta actitud se le llama Yoga o Suprema Unión” (Capitulo 2. Verso 48).
Solo existe una Indivisible Realidad el Yo Absoluta Conciencia – Eterna Vibración “indestructible, eterno, no nacido, inmortal” y su Divino Juego de experimentar la Autolimitación en la diversas formas del Universo, que también son Él Mismo.