Adjuntamos un artículo aparecido en la web: www.tendencias21.net por tocar un tema candente y podríamos decir crucial en estos tiempos de especial confusión y vacío espiritual. Precisamente, las fuentes del mismo parten de trabajos del Sr. Enrique Martínez Lozano, sacerdote y teólogo que, después de años de labor religiosa, al conocer las doctrinas no-duales de oriente, especialmente del advaita vedanta, reformuló completamente su orientación espiritual. Ahora es un activista reconocido de estas tendencias del que pueden encontrarse muchos escritos y conferencias bien interesantes por internet. También La Sra. Mª Dolores Prieto Santana que colabora en el artículo, educadora y antropóloga, coincide con este pensamiento.
La única cuestión que señalamos es que una nueva manera de vivir la espiritualidad no es posible sin el amparo y el apoyo de una tradición viva y, por supuesto, más poderosa doctrinalmente que las meramente exotéricas, como son las no-duales de oriente. Es cierto que han habido y hay intentos bien interesantes de restituir la esencia no-dual del mensaje de Jesús-Cristo (que a la práctica es no-dual dual –bhedâbheda-), a la luz de la cual cobra un sentido infinitamente más amplio que el meramente confesional y ecuménico. Sin embargo no es tarea demasiado sencilla aunque siempre sería bienvenida de hacerse cabalmente respetando las formas del propio mensaje evangélico.
Redacción
Analistas afirman que nos encontramos ante el umbral de una etapa transreligiosa, transconfesional y postcristiana. Ni las personas ni los grupos humanos pueden soportar por mucho tiempo el vacío existencial. En un primer momento, quizás se eche mano de la compensación y de la "distracción", pero la insatisfacción creciente desencadenará una actitud de búsqueda de la plenitud presentida: es la búsqueda espiritual. Algo así parece estar sucediendo entre nosotros. A ojos de muchos analistas, resulta innegable que, en nuestro medio sociocultural, nos hallamos frente a un creciente resurgir de la espiritualidad. Y que dicho resurgir corre paralelo a un no menos evidente declive de la religión institucional. Hasta el punto de que, según ellos, nos encontraríamos ante el umbral de una etapa transreligiosa, transconfesional y postcristiana. ¿Es así en realidad?
En diversos artículos recientes de Tendencias21 de las Religiones se ha abundado en la tendencia emergente en el siglo XXI hacia la espiritualidad. Un mundo dominado por la modernidad líquida necesita interiorizarse. La sociedad efímera necesita recuperar consistencia, solidificar la columna vertebral con valores que la reconstruya con solidez. Este proceso no es monopolio de las religiones establecidas. Está siendo asumido por movimientos sociales muy diferentes.