Visto que algunas personas, publicaciones y webs nacionales e internacionales, afirman que swami Lakshman Joo ha sido el último gran maestro de este linaje, y por lo tanto ya no hay del mismo más maestros en presencia, y dado que esta afirmación es falsa, creemos necesario subsanar este error quizá algo intencionado.
Precisamente, este linaje (sampradaya) dispone de maestros bien vivos e importantes, reconocidos y respetados como gurujjis en su lugar de residencia (especialmente en Varanasi, Ujjain y Shrinagar, India), y continuan manteniéndo el depósito espiritual contenido en dicho linaje, su doctrina y su sâdhana y dando dikshâ y transmisión.
Recordemos que el sampradaya y/o dikshâ de S. Lakshman Joo (o Swami Jii) lo recibe directamente de Swami Mahatabkak ; este de Swami Ram (1852-1914) y este de Swami Manakak (1860). A su vez, Swami Rameshwar Jha (1895-1981), pándit vedántico de renombre en Varanasi y Ujjain, lo recibe de S. Lakshman Joo en 1934 (a raíz de esta transmisión, entró al poco tiempo en el estado de Pùrnatâpratyabhijña o reconocimiento de la Identidad perfecta con su Señor).
A mediados de los setenta, Rameshwar Jha inicia a Gopinat Kaviraj (también iniciado por Swami Vishuddhânanda en el Vedanta) y a Kamlesh Datta Tripathy. El primero murió hace unos años (maestro de Jaideva Shing entre otros); el segundo reside actualmente en Varanasi y es un reconocido pándit del shivaismo y gurujji de este linaje “acharya rameshwar Jha abhinavaguptapada”, además de otros cargos.
Ciertamente, esta tradición y este linaje, a diferencia de otros, no se ha vulgarizado ni siquiera en India, ni sus representantes tienen el menor interés de hacerlo, sobretodo vistas las consecuencias de su ambigua difusión en Occidente, especialmente, por parte de algunos “espontáneos” y también de “schoolars” bien poco aptos para tal menester.
A parte de esta línea shaiva cachemir de Varanasi, que sepamos, S. Lakshman Joo transmitió el linaje al hijo mayor de John Hugues y a él mismo, quién actualmente dirige el ashram de California en EE.UU, y otro en Srinagar (ciudad natal de Swami Jii) con la autorización de Swami (+1992), y de cuyas actividades muy amablemente nos informa.
A parte de estos dos, no hay linajes directos suyos que sepamos. Muchos “schoolars”, eruditos y especialistas académicos trataron a Swami Jii (Lilian Silburn, Mark Dyczkowski, Alexis Sanderson, Gherardo Gnoli, etc...) recibiendo iniciación pero manteniendose en ámbitos académicos. Otros que reclaman el linaje, dicen haberlo recibido via “saktipata”, es decir, por descenso directo de la Gracia divina en ellos y sin mediación humana, aunque en esta línea más abundan prosélitos provenientes del Siddha-Yoga de Swami Muktananda, el cual hizo una amalgama entre vedanta advaita y shivaismo cachemir de gran difusión sobretodo en EE.UU.
Sin embargo, el linaje vivo y directo de S. Lakshman Joo, S. Rameshwar Jha y K.D. Tripathy, en su doctrina y sâdhana, es una forma iniciàtica bastante distinta a la del Siddha Yoga, más concisa y sin duda bastante menos accessible para todo el mundo.
Necesariamente, y a parte de los estropicios que hicieron los teosofistas con las doctrines hindúes, todas las tradiciones orientales implantadas y “adaptadas” en amplia difusión en Europa y EE.UU. han tenido que pagar el impuesto del “listón”, es decir, bajarlo hasta el nivel mismo de la mediocridad mental de la mayoría impregnada de concepciones democráticas, materialistas y, sobretodo, fuertemente individualistas, en suma, de mentes bien “modernas”, un mensaje cuyo nivel más elemental supone, precisamente, trascender eso mismo. Y en efecto, en su “adaptación” o bien han quedado aminoradas, desvirtuadas, o contaminadas con cosas ajenas a ellas mismas, o cuando no convirtiéndose en verdaderas caricaturas del original.
En cuanto a la iniciación espontánea vía Saktipata, sin maestro directo (sino en sueños, en imagen o foto), o por toque o mirada del gurú, está contemplada en la tradición como variantes de transmisión excepcionales pero en absoluto imposibles; grandes maestros espirituales la han recibido de este modo, pero nunca se ha dado real y efectivamente a nadie que no estuviera suficientemente maduro espiritualmente hablando para recibirla, ya que ni en esos casos: “lo que natura no da Salamanca no presta”. El problema aquí son los posibles casos de uso y abuso de esta excepción iniciática y lo bien que puede enmascarar una estafa espiritual, elevar a la categoría de guru, en el mejor de los casos, a un simple erudito, a un “schoolar”, o, en el peor, a un mero charlatán preñado de autoestima y con ganas de mandar.
Hemos señalado, pues, la presencia viva y actual del linaje de Swami Jii en Varanasi, Ujjain y Srinagar para sentar precedente de que existe y está en perfecto estado de salud. Y si apuntábamos la posibilidad de mala fe y mala intención por parte de algunos que ven en Swami Jii al último y único exponente del shaivismo cachemir, como una rama ahora desprovista de gurujjis autóctonos, es porque seguramente les interesa ningunearla a favor suyo y de su excepcional recepción espiritual sin intermediarios humanos; son los que no creen demasiado en los maestros y gurus para ellos mismos, aunque eso si, se invisten rápidamente de tales enseguida, afanados para tener el máximo número de discípulos posibles.