La ciencia empírica moderna no ha hecho sino substituir un modelo anterior vivo, orgánico y multidimendional del universo (una verdadera Imago Mundi) por otro mecánico, como los propios artefactos que fabrica. ¿Qué Imago Mundi mental tiene el hombre moderno contemporáneo?
Para eso ha tenido primero que invertir el orden natural de las cosas, especialmente el concepto de calidad o cualidad por el de cantidad en todos los órdenes, presumiendo después de que es la cantidad de la que proceden por evolución todas las cualidades, en última instancia, la consciencia y la vida mismas, y eso es el materialismo. Sin embargo, nadie en su sano juicio podría afirmar que la cualidad sea reducible a la cantidad, bien a la inversa, la cualidad es absolutamente independiente de ésta. Del mismo modo, la naturaleza de la consciencia no es cuantitativa (ni “material”) sino puramente cualitativa; un grado “mayor” o “menor” de consciencia entre seres y especies no puede medirse por referencias cuantitativas sino por evidencias cualitativas, no materiales. Tampoco la finalidad de la inteligencia o la consciencia en el hombre es el poder fáctico de construir artefactos cada vez más sofisticados, desarrollar la tecnología, sino conocerse a ella misma en todo lo que tiene de profunda e ilimitada, en eso consiste su plenitud y su perfección.