Verso 29
तद्वद्धर्माधर्मस्वर्निरयोत्पत्तिमरणसुखदुःखम्।
वर्णाश्रमादि चात्मन्यसदपि विभ्रमबलाद्भवति। २९॥
Tad-vad dharmādharma
svar-nirayotpatti-maraṇa-sukha-duḥkham|
varṇāśramādi cātmany asad api
varṇāśramādi cātmany asad api
vibhrama-balād bhavati || 29 ||
De forma semejante, los méritos y los no méritos, el cielo y el infierno, el nacimiento y la muerte, la alegría y la tristeza, las castas (varṇa) y los diferentes estados de la vida (āśrama), a pesar de que no existen en el Sí Mismo puro, surgen debido a la fuerza de la ilusión.
Exactamente como un trozo de cuerda, que aunque exista realmente como tal cuerda, es percibido [erróneamente] como una serpiente debido a la ilusión, y, por tanto, da lugar a una respuesta [en el que percibe] en concordancia con esa mala percepción, igualmente en el caso del mérito, etc., a pesar de que no existen en realidad [ en el Sí Mismo puro], sin embargo son conocidos falsamente como existentes [en el Sí Mismo] debido al poder de la ilusión de māyā. Acciones meritorias como la realización del sacrificio del aśvamedha; acciones no meritorias como matar a un Brahmin etc.; el cielo, es decir, el disfrute de una felicidad insuperable; el infierno, o sea, un sufrimiento terrible; el nacimiento y la muerte que es el final de la vida; el estar contento y triste, todos estos son productos de rajas. Igualmente varṇa en referencia al sentimiento de “Yo soy un Brahmin” y āśrama en referencia a los diferentes estados de vida como el de brahmacarya así como el caso de tapas (las acciones ascéticas) y vrata (los votos religiosos). Todos estos estados son creaciones mentales producidas por el poder de la ilusión de māyā Śakti y son falsamente experimentadas en el Sí Mismo al que se identifica como el cuerpo. Todos ellos surgen del poder de la ilusión a causa del cual los seres limitados se convierten en sujetos destinados a nacer y morir y a disfrutar del cielo y del infierno. Pero, en realidad, el mérito y el no mérito existen aparte del puro Sí Mismo cuya naturaleza es la Pura Conciencia y la masiva Felicidad etc.
Comentario de Yogaraja al verso 30
Así pues, después de describir el poder de la ilusión al poner de manifiesto lo no existente, ahora se muestra el origen de dicho poder.
Verso 30
एतत्तदन्धकारं यद्भावेषु प्रकाशमानतया।
आत्मानतिरिक्तेष्वपि भवत्यनात्माभिमानोऽयम्॥३०॥
etat tad andhakāraṃ
yad-bhāveṣu-prakāśa-mānatayā|
ātmānatirikteṣv api
ātmānatirikteṣv api
bhavaty anātmābhimāno 'yam || 30 ||
Estas tinieblas de la ilusión, que se manifiestan a través de los objetos existentes, hacen que se experimente el no-sí mismo en las cosas que de hecho están identificadas con el Sí Mismo.
Comentario de Yogaraja al verso 30
Como ya ha sido establecido, es la ilusión universal, la que teniendo como naturaleza el no-conocimiento (akhyati) de su plenitud, se manifiesta en todos los sujetos que perciben y en los objetos percibidos que existen en los diferentes niveles de la creación. Así ha sido escrito:
Aquello, que no se manifiesta realmente, no puede manifestarse.
A pesar del hecho que la manifestación no puede ser lógicamente explicada [excepto como Suprema Conciencia], y a pesar de que todo es esencialmente no diferente de la Suprema Conciencia que se manifiesta por medio del cuerpo físico, los objetos aparecen como diferentes del Sí Mismo en forma de objetos de conocimiento, y también como exteriores y diferentes del conocedor o del sujeto. [Sin embargo, son esencialmente uno e idénticos con la Suprema Conciencia]. La experiencia del Sí Mismo en el no-sí-mismo [es decir, el cuerpo físico experimentado por el ser encarnado]
no es otra cosa que la experiencia de un contenido, que no es real, y que en cuanto tal ocurre por medio de la negación de la conciencia. En otras palabras, la manifestación de los objetos que realmente son no manifestados, causados por las impresiones residuales externas (vāsānas), nunca es vista. Pero el Sí Mismo, siendo por naturaleza su propia luminosa Luz, es libre de manifestar a Sí Mismo como un objeto en la forma de propiedades como la tristeza, la alegría etc. Por tanto, la naturaleza real no dual del Sí Mismo, la cual está constituida por la experiencia del puro Yo (su propia experiencia bajo la forma de Sí Mismo), expresada en la forma de la relación sujeto-objeto, no se manifiesta; solo la distinción irreal entre el sujeto y el objeto se manifiesta [durante la experiencia mundanal diaria]. Es por esta razón que la ilusión ha sido comparada a las tinieblas, lo cual es debido a la ausencia de la manifestación de la verdadera naturaleza del Sí Mismo.
Comentario de Yogaraja al verso 31
Mientras se mantiene que la experiencia del Sí Mismo en el no-sí-mismo está precedida por la experiencia del no-sí-mismo en el Sí Mismo real, en este verso se describe la naturaleza totalmente ilusoria de la ignorancia.
Verso 31
तिमिरादपि तिमिरमिदं गण्डस्योपरि महानयं स्फोटः।
यदनात्मन्यपि देहप्राणादावात्ममानित्वम्।३१॥
timirād api timiram idaṃ
ga.ṅdasyopari mahānayaṃ sphoṭaḥ |
yad anātmany api deha-
prāṇadāv-ātma-mānitvam||31||
La experiencia del Sí Mismo en el no-sí-mismo, representada por el cuerpo físico y el aliento vital, es como tinieblas sobre tinieblas, o como un forúnculo sobre una piel dañada.
Comentario de Yogaraja al verso 31
En el principio, la manifestación de lo material* grossness, que se caracteriza por la diferenciación, es causada por las tinieblas de la ilusión en el sí mismo existente, el puro Ser-conciencia, debido a que aquellos objetos existentes, que son realmente no-diferentes del Sí Mismo, son experimentados como diferentes del Sí Mismo [la experiencia del no- Sí Mismo en el Sí Mismo, o pauruṣa ajñāna, la cual conduce a la experiencia del Sí Mismo en el no- Sí Mismo, o bauddha ajñāna]. Se ha dicho, por lo tanto, que la ilusión es como tinieblas sobre tinieblas. Precisamente al igual que una luna es [falsamente] vista doblemente como si fueran dos lunas debido a la presencia de “las tinieblas” en el ojo enfermo, de la misma manera todos los objetos, a pesar de que su naturaleza es el Sí Mismo, [la pura Conciencia], aparecen como diferentes [del Sí Mismo] en la forma del no-sí mismo, y, en consecuencia, diferenciados unos de otros. En este sentido, otro velo de tinieblas [es decir, bauddha ajñāna, o la ignorancia intelectual] aparece tras haber caído en las primeras tinieblas [que proceden de la contracción del Sí Mismo o pauruṣa ajñāna], y es otra ilusión que surge de la ilusión fundamental, en este caso comparada con un furúnculo sobre una piel dañada. Se experimenta el Sí Mismo [en el no-Sí Mismo] en todos los objetos de experiencia, como el cuerpo, el aliento vital, etc. [debido a la falsa identificación causada por la ignorancia]. Los objetos de la experiencia aparecen como algo grosero*inanimado [claramente falso] debido a la negación de su naturaleza como Conciencia bajo la forma de “yo estoy flaco”, “yo estoy gordo”, o “yo tengo hambre”, “yo estoy feliz”, “Yo no tengo nada”, y demás expresiones similares. Semejantes experiencias del Sí Mismo en el no-Sí Mismo son obviamente debidas a la falsa identificación del Sí Mismo con el no-Sí Mismo [debido a la ausencia del conocimiento de la naturaleza real del Sí Mismo causada por su propia contracción], y, en cuanto tal, son muy perturbadoras. De la misma forma que [esta identificación del Sí Mismo con el no-Sí Mismo] es perturbadora debido a la ausencia del conocimiento del Sí Mismo en el real Sí Mismo, igualmente es cierto en el caso en el que [propiedades como] ‘tristeza’, ‘felicidad’, etc. son percibidas como diferentes del Sí Mismo. Esto también es posible en el caso de cualquier objeto. Y esto es cierto en el caso de algunos objetos como el cuerpo físico, etc., que a pesar de que su naturaleza es insensible, hay algunas ‘gotas del néctar’ del Sí Mismo en los cuerpos vivos debido a la presencia de la conciencia en ellos. Por otra parte, algunos objetos [o propiedades] como ‘tristeza’, ‘alegría’ etc., son experimentados como objetos (idam) desprovistos de animación. Esta dos experiencias de tipo divergente de los objetos, o del no-Sí Mismo, que surgen de la sobreimposición del Sí Mismo sobre el no-Sí Mismo [en un caso], y de la sobreimposición del no-Sí Mismo sobre el Sí Mismo o pura Conciencia [en el otro caso] constituyen un estado deplorable de los asuntos en el mundo, y son responsables de causar la esclavitud a los individuos así como de afligirlos con el dolor.
Todo esto ha sido establecido por la Maestra Madālasā en el Mārkaṇdeya Purāṇa:
Un carruaje se encuentra en la tierra; el cuerpo físico [del hombre] se sienta en el mismo carruaje; el hombre [es decir, el Sí Mismo diferente de su cuerpo físico] habita en el cuerpo; sin embargo* el hombre no siente ningún tipo de apego hacia la tierra y sí lo siente por su propio cuerpo – este es el colmo de su estupidez.
Comentario de Yogaraja al verso 32
Por tanto, él se encadena a sí mismo a través de las propias falsas experiencias que proceden de la ignorancia acerca de su verdadera naturaleza; esto se establece en el siguiente verso.
Verso 32
देहप्राणविमर्शनधीज्ञाननभःप्रपञ्चयोगेन।
आत्मानं वेष्टयते चित्रं जालेन जालकार इव॥३२॥
Deha-prāṇa-vimarśana-
Dhījñāna-nabhaḥ-prapañca-yogena |
ātmānam veṣṭayate
citraṃ jālena jāla-kāra iva || 32 ||
De la misma forma que una araña se [se atrapa a sí misma] en su propia telaraña, igualmente [el hombre encarnado en el mundo] se ata a sí mismo al experimentar los objetos mundanos como el cuerpo físico, el aliento vital, el conocimiento intelectual, y la extensión del cielo.
Todos los sujetos, que experimentan la pura conciencia cubierta por la ignorancia, se atan a sí mismos con los lazos del conocimiento conceptual generado por ellos mismos [el conocimiento del Sí Mismo en el no-Sí Mismo]. ¿De qué forma? La respuesta es: con la ayuda del cuerpo físico. Se crea el conocimiento conceptual del Sí Mismo en el no- Sí Mismo con la ayuda de la experiencia del Sí Mismo identificado con el cuerpo físico, o con el aliento vital o con el conocimiento intelectual, o con la expansión del cielo etc. De la misma forma que una mujer ignorante o unos granjeros mal educados consideran su cuerpo físico como el Sí Mismo, y en consecuencia tienen la experiencia de ‘yo estoy gordo’, ‘yo soy guapo’, ‘yo soy un erudito”, y demás cosas semejantes, igualmente las personas con visión limitada consideran falsamente todo ese tipo de experiencias como la experiencia de su propio Sí Mismo. El cuerpo físico se disuelve aquí en el mundo [después de la muerte]; ¿Cómo, entonces, el cuerpo físico puede ser visto como si fuera el Sí Mismo real? En el mismo sentido, aquellos que consideran el aliento vital como si fuera su Sí Mismo real sobre la base de experimentar que ellos tienen hambre, sed, etc. [están también equivocados], a pesar de que se consideren más sabios que los anteriores [es decir, aquellos que consideran que su cuerpo físico es el Sí Mismo]. Y ya que el cuerpo físico y aliento vital son también materiales en su naturaleza como un trozo de tierra ¿Cómo pueden ambos ser vistos como el Sí Mismo? Igualmente están aquellos que experimentan placer o dolor y que lo expresan en dichos como ‘yo soy feliz’, ‘yo soy desgraciado’, y que consideran a la conciencia encarnada como su propio sí mismo. Semejante tipo de personas, véase los Mimānsakas, se consideran más sabios que aquellos que ven el aliento vital como su propio sí mismo. Pero, ya que la experiencia de placer o dolor son características o propiedades del intelecto (buddhi) [que a su vez consta de sattva, rajas y tamas], ¿Cómo puede el intelecto poseyendo tales características ser considerado como el Sí Mismo?
Así pues, los śūnya-vadins (los Budistas Nihilistas) mantienen que el Sí Mismo es aquello en el cual hay una total ausencia de cualquier tipo de conocimientos [imaginaciones] como es el caso del Sí Mismo identificado con el cuerpo físico, el aliento vital, el intelecto, etc. En este sentido, ellos argumentan que cualquier cosa que sea experimentada como “este” no puede ser considerada como el Sí Mismo. El Sí Mismo es “incognoscible” y, en cuanto tal, es indescriptible [śūnya o vacio]. En otras palabras, su naturaleza es intrínsecamente la negación. Este [vacio] está indicado en el verso por la palabra “cielo”. Durante el estado de trance, el iniciado conoce la negación o el vacio como el objeto de su conocimiento. [Pero ya que el sí mismo del que conoce no puede ser un objeto de conocimiento], el iniciado [cuando reflexiona] tiene la experiencia de “yo no soy ni siquiera esa negación o vacio”. Siguiendo en esta dirección, otro tipo de vacio tiene que ser admitido como el Sí Mismo. Por tanto, [los Brahmavadins] consideran el vacio como el Sí Mismo solo después de renunciar a cualquier tipo de vacío en sus descripciones del Sí Mismo real, usando expresiones como “No es esto, No es esto”. El autor ha intentado expresar esto en el verso usando la frase “la expansión del cielo”.
Los yoguis, que no son capaces de comprender al Sí Mismo real como de la naturaleza de la pura conciencia, permanecen inmersos, por así decirlo, en la cueva del ‘sueño sin sueños’, considerando que el Sí Mismo tiene por naturaleza el “Vacio”. De esta manera, estos yoguis atrapan su “Sí Mismo”, que tiene por naturaleza la pura conciencia, en una red de insensibilidad al identificar el Sí Mismo con algo mudo.
[Se pensaría que tal ilusión debería ser la causa] de sorpresa o angustia la cual podría el no individuo posiblemente causar a él mismo [pero sorprendentemente son los individuos los que abrazan convencidos tal ilusión]. Citando un ejemplo a partir de la experiencia diaria el autor dice:
De la misma forma que una araña atrapa su ‘omnipresente’ sí mismo en la forma de un cuerpo con la telaraña hecha por ella misma con sus tripas*, y en consecuencia perece en ello, de la misma forma el ser individual al contemplar su cuerpo como si fuera su Sí Mismo, se atrapa a él mismo imaginando conceptos (vikalpa) como “yo”, y “mío”.
Esto ha sido también expresado bellamente por los budistas:
Cuando alguien se mira a sí mismo como si fuera el Sí Mismo, entonces se considera a él mismo como un ser único debido a la distinción entre el Sí Mismo y otro ser [es decir, el no-Sí Mismo]; esto causa esclavitud y hostilidad [entre el Sí Mismo y el no-Sí Mismo]. Todos los males se siguen a partir de asumir tal esclavitud.
Comentario de Yogaraja al verso 33
¿Cómo puede esta gran ilusión, que surge de la experiencia del Sí Mismo en el no-Sí Mismo, como es el caso del cuerpo físico, y que es muy difícil de erradicar, ser destruida? [La respuesta dada por el autor de los versos es que solo la Libertad Divina del Supremo Señor es capaz de erradicar todas estas ilusiones, como se establece en el siguiente verso]
Verso 33
स्वज्ञानविभवभासनयोगेनोद्वेष्टयेन्निजात्मानम्।
इति बन्धमोक्षचित्रां क्रीडां प्रतनोति परमशिवः॥३३
Sva-jñāna-vibhava-bhāsana-
yogenodveṣṭayen-nijātmānam|
iti banda-mokṣa-citrāṃ krī
iti banda-mokṣa-citrāṃ krī
āṃ pratanoti paramaśivaḥ || 33 ||
El Señor Paramaśiva se libera a Él Mismo de la esclavitud perdiendo toda sujeción a la ilusión, por medio de la gloria del conocimiento primigenio de Sí Mismo. Esta esclavitud y liberación constituyen el divino juego del Señor Paramaśiva.
Comentario de Yogaraja al verso 33
El Supremo Señor se libera Él Mismo [de la esclavitud que se ha impuesto a Sí Mismo] experimentándose Él Mismo como Pura Conciencia. Esta experiencia de Sí Mismo implica el conocimiento de su innata Libertad divina, la “gloria “ de la cual causa la disolución de la [falsa] identificación del Sí Mismo con el cuerpo físico, etc. [es decir, con el no- Sí Mismo]. Y esto tiene como resultado la experiencia del Supremo Yo (purṇāhaṃtā), significando la expansión de Su Libertad. Por tanto, Él experimenta: “Yo soy la pura Conciencia, la masiva Felicidad, y la absoluta Libertad”, realizando así Su verdadera naturaleza como Supremo Señor. Esta experiencia de Sí Mismo por el Supremo Señor de su naturaleza como puro conocimiento y libertad se expresa bajo la forma de “Todo este mundo-objeto es mi propia gloria”. De esta manera experimenta todo el mundo-objeto que existe externamente como existiendo en el interior de Él Mismo. La constante meditación de esta experiencia por Él culmina en su fortalecimiento. El Supremo Señor libera pues al ser individual, que teniendo por naturaleza la pura conciencia y no siendo otra cosa que Él Mismo, por medio del luminoso conocimiento de su divino Sí Mismo bajo la forma de experimentar: “Yo soy la pura Conciencia y la absoluta Libertad”. El Supremo Señor se ha encadenado a Sí Mismo por su propia libre voluntad con grilletes bajo la forma de experimentar su propio Sí Mismo en el cuerpo físico o en el aliento vital o en el cuerpo sutil o en el vacio [todos ellos pertenecientes a la categoría del no-Ser], y es Él el que se encadena por su libre Voluntad. De esta forma, aquello que oculta al real Sí Mismo, que surge de la identificación del Sí Mismo con el cuerpo físico, etc. debido al no conocimiento de la real esencia de uno mismo, es totalmente eliminado por la luz resplandeciente del conocimiento real. Esta esclavitud es, por tanto, solo de tipo imaginario, creada por las construcciones mentales de uno mismo. Así ha sido establecido por el autor mismo [Abhivagupta] en su libro Tantrasara: “el ser encadenado (paśu) imagina que él es “material” por naturaleza, limitado por sus propias acciones, afectado por las tres impurezas [āNava, māyīya, karma malas] y motivado por otras cosas.” Este tipo de falsa experiencia es eliminado completamente por otro tipo de verdadera experiencia, que culmina en su inmediato estado como Supremo Señor siempre omnipresente.
Se podría preguntar porque el Supremo Señor primero se encadena a Sí Mismo y después se libera a Sí Mismo. La respuesta dada por el autor [Abhinavagupta] en la frase que aparece en el presente verso con “por tanto, el atarse” significa que el Supremo Señor Paramaśiva, que es absolutamente libre, y cuya naturaleza es la masiva y absoluta conciencia y masiva felicidad, asume su acción de atarse a Sí Mismo al identificarse Él Mismo con el cuerpo físico, etc. después de negar su divina esencia, debido a la naturaleza deportiva de su propio ocultamiento. Y a continuación, Él deja de lado la atadura que se ha impuesto a Sí Mismo por su libre Voluntad a través de la luz resplandeciente del verdadero conocimiento de su esencia. Así pues, el Supremo Señor se libera a él mismo [es decir, al ser encadenado], el cual realmente no es otro que Él Mismo [el Supremo Señor]. De esta forma, muestra su divino juego, que consiste en la esclavitud que Él Mismo se impone y en la consiguiente liberación. Y esta es su naturaleza que consiste en no poder permanecer solo. Y esta es la verdadera naturaleza de Śiva, el cual, permaneciendo siempre como el Supremo Señor, se manifiesta Sí Mismo desempeñando diferentes papeles en el mundo en la forma de distintos sujetos. Esta es la esencia de su ilimitada divina Libertad.
*Traductor: Arcadio Rojo. Supervisión: Kamalesha Datta Tripathi
*Traductor: Arcadio Rojo. Supervisión: Kamalesha Datta Tripathi